"Si te veo con otro macho en cosas raras, te voy a cortar el cuello a vos y a él". La frase fue parte de las amenazas que Faustino Leoncio Rojas, de 56 años, le espetó a su pareja en abril de 2018. Un mes después, la atacó con un cuchillo. Desde ayer, Rojas enfrenta un pedido de pena de 12 años de prisión, por tentativa de femicidio, cometido delante de dos de los hijos de ambos, cuando ella los llevaba a la escuela, el 7 de mayo de 2018. La violencia no empezó en esa época. Ambos convivieron durante 27 años. Tras el nacimiento de su primera hija --son ocho--, comenzaron los malos tratos. Ella todavía era un niña y soportó durante años los sometimientos, tras la llegada desde Chaco a barrio Ludueña. La fiscal de la Unidad de Violencia de Género, Luciana Vallarella, acusó al imputado y llevará a juicio los testimonios que darán cuenta de esa relación desigual de poder que advirtió en la investigación. Los jueces Rodolfo Zvala, Hernán Postma y José Luis Suárez deberán decidir sobre el suceso que casi le cuesta la vida a la mujer de 38 años.
Lorena tenía 12 años cuando se fue con Rojas, tras padecer violencia por parte de un familiar, en Chaco. Ambos llegaron a Rosario y se instalaron en el barrio Ludueña. Ella misma contó que Rojas siempre fue agresivo. "Recuerda que la violencia física comenzó tras el nacimiento de su hija mayor y que, entonces, durante 25 años la maltrató y violentó y que esto se agudizó cuando Lorena empezó a estudiar, a asistir a la escuela nocturna, constantemente le decía que ella seguro estaba con otros hombres y la perseguía y controlaba", expresó la fiscal en sus alegatos.
En 2018, la mujer estaba siendo acompañada por profesionales del grupo Desde el pie y por sus hermanas cuando se animó a decirle a Rojas que se fuera de la casa. También pudo denunciarlo por primera vez y tramitó una restricción de acercamiento en el Tribunal de Familia.
Como en otros casos similares, atravesados por la violencia machista, a Rojas esa reacción no le gustó. "No iba a aceptar pacíficamente la separación", dijo la fiscal; mucho menos, la prohibición de acercamiento. El 7 de mayo la interceptó en la calle, le dijo que quería ver a los chicos y Lorena le respondió que tenía que ir a los tribunales. Entonces, Rojas la tomó del cuello, la tiró al piso y la apuñaló con un cuchillo. "No la mató sólo porque intervino un vecino que lo agarró y lo sacó de encima de Lorena. También fue Lisandro quien tuvo que defender a su mamá", recordó Vallarella sobre la defensa que ejerció el adolescente.
Sumado a ello, desde que fue detenido, el acusado "no paró de llamar a la casa de la familia y anunciarles, todo el tiempo, que iba a salir de la cárcel y que ya iban a ver lo que hacía". El 17 de septiembre de 2020 llamó al celular de su yerno, la pareja de su hija mayor, y le dijo a ella que ya iba a salir y que no iba a dejar en paz a su mamá, que se iba a quedar con los chicos más pequeños.
Cuando hizo la elevación a juicio de la causa, la fiscal detalló que en el caso "se evidencia el dominio por parte del imputado y la desigualdad de poder" que empezará a develarse en las audiencias de juicio.