La virtualidad fue el pilar que mantuvo el contacto entre alumnos y universidades durante 2020. Las clases dictadas a través de una pantalla, concepto que antes estaba reservado para algunas materias, se transformó en la norma en el año del coronavirus. Sin embargo, tras 12 meses de convivencia con la enfermedad, distintas universidades públicas ya comenzaron el retorno escalonado hacia la presencialidad.
Por ahora no se trata de un regreso inmediato y masivo a la época de los campus colmados de termos y apuntes, sino que se trabaja en un sistema bimodal, principalmente para dar respuesta a algunas cuestiones prácticas de aquellas materias que son imposibles de virtualizar, según explicó el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Alberto Barbieri.
Si bien las casas de estudio nacionales pondrán énfasis a la armonización entre las clases presenciales y los cuidados contra el COVID-19, la experiencia con la virtualidad que predominó en 2020 sirvió para conocer los problemas de conectividad que enfrentan alumnos y docentes. Con esta información, en 2021 se buscará reforzar la conexión para que no se pierda el vínculo estudiante-universidad.
“Nosotros estamos preparados para todos los escenarios: ya sea para que el primero de abril empiece masivamente la actividad presencial o para la eventualidad de que en ese momento estemos en la segunda o la tercera ola de la pandemia y haya nuevos cierres de actividades”, enfatizó Hugo Juri, rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
De la virtualidad a la bimodalidad
La Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) tiene 10 carreras de grado, y muchas de ellas tienen prácticas desde el primer año. “El fuerte de nuestra Facultad siempre estuvo en la presencialidad por el diálogo que se genera, que es distinto al de la virtualidad”, explicó Ana Sisti, decana de la institución.
La UNCUYO tiene una normativa que habilita a sus facultades a facilitar la presencialidad de acuerdo a sus condiciones sanitarias y edilicias. Se trata de una resolución que fue publicada a fines de diciembre. En ese sentido, Sisti confirmó que la Facultad de Educación está “en condiciones de generar esas instancias” de presencialidad.
Sin embargo, a pesar de la euforia que hay por la vuelta a las aulas, la decana puso paños fríos y aseveró: “Hay una situación de temor porque obviamente el tema de la salud es lo prioritario, y es lo que nosotros tenemos que cuidar tanto en los docentes como en no docentes y estudiantes. Tenemos que preservar las condiciones de salud. El mayor miedo viene de ese lugar”.
Otras facultades de la UNCUYO que también apostarán por la bimodalidad para el 2021 son Ciencias Agrarias, Ciencias Médicas y Odontología.
El caso de la UNC es similar. El rector Juri detalló al Suplemento Universidad que “la presencialidad tendrá prioridad en las materias que exijan trabajos prácticos para poder avanzar en el cursado”. Por ejemplo, la Facultad de Ciencias Químicas fue la primera en volver a la modalidad de antaño el 8 de febrero. Fueron 550 los alumnos que se reintegraron en los laboratorios para poder hacer las prácticas que, por causas pandémicas, no pudieron realizar el año pasado.
La Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales también habilitó en febrero instancias presenciales para que rindieran el examen final aquellos que no pudieron hacerlo por la pandemia. La Facultad de Ciencias Económicas, por su parte, brindó también esa alternativa.
Las otras facultades que desarrollarán actividades prácticas presenciales serán Odontología y Ciencias Agropecuarias. Mientras que Ciencias Sociales, Psicología, Artes, Ciencias de la Comunicación, Filosofía y Humanidades, Lenguas y Derecho continuarán con la virtualidad.
Además, Juri puntualizó que desde el Ministerio de Educación “se pusieron en marcha acuerdos de cooperación para que los estudiantes del interior puedan hacer las prácticas en sus ciudades de origen, para que no tengan que ir a la capital cordobesa”.
La UBA ya adelantó en un comunicado que en el primer cuatrimestre la cursada será en su mayoría virtual. Al respecto, el rector Barbieri remarcó que esta universidad trabaja codo a codo con los ministerios de Educación de la Ciudad y de Nación para garantizar las condiciones que requieren las clases presenciales. “Estamos pidiendo algunas cuestiones de avance del protocolo. Nos aprobaron poder tomar el examen presencial para los alumnos que ingresaban del Nacional de Buenos Aires y del Carlos Pellegrini. Fue muy bueno”, destacó.
“Es cierto que las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) que veníamos aplicando al proceso de aprendizaje se han fortalecido y robustecido en todo este período, y eso va a hacer que se utilicen con mayor intensidad, pero la verdad es que el saber universitario necesita de presencialidad”, remarcó el rector.
Las facultades que trabajarán el primer cuatrimestre con la bimodalidad serán Agronomía; Exactas y Naturales; Farmacia y Bioquímica; Odontología; Veterinaria; Medicina e Ingeniería.
La experiencia bimodal se replicará en otros establecimientos como la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), que construyó aulas al aire libre para “los casi ocho mil alumnos que anhelan ingresar a la universidad además de los casi 35.000 que ya están cursando”, según detalló la institución en un comunicado.
La Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR), por su parte, comenzó con actividades presenciales correspondientes a materias que se cursaron durante el año pasado. La modalidad se habilitó para aquellos estudiantes que estén más avanzados en la carrera y que adeuden las prácticas, según explicó el establecimiento en un comunicado.
En tanto, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) retomó en febrero “el desarrollo de actividades presenciales de investigación, de acceso a talleres, laboratorios o trabajos de campo, actividades de transferencia, prácticas de laboratorio y prácticas supervisadas”, según se detalló en un comunicado.
Conexión reforzada
Durante el año pasado, la brecha digital se hizo más que notoria durante el imprevisto y generalizado traslado hacia la virtualidad. Mediante distintas estrategias se buscó incluir a la mayor cantidad de estudiantes posible dentro de la inesperada, pero obligatoria propuesta pedagógica que trajo la pandemia. Aunque en este nuevo ciclo lectivo se busca hacer énfasis en la bimodalidad, las universidades nacionales también reforzarán sus políticas digitales por si una nueva ola de coronavirus vuelve todo para atrás.
“Hemos dado datos a los chicos, pero por el lugar en los que viven no resultaban muy útiles. Por eso, teniendo los laboratorios abiertos de lunes a viernes, desde el horario en que la facultad está abierta, la idea es que pidan turno y vengan a usar nuestras computadoras”, puntualizó Sisti.
Además, la decana de la Facultad de Educación de la UNCUYO afirmó que, a pesar de los aspectos negativos, la virtualidad “ha generado posibilidades” para aquel al que se le complicaba cursar en las aulas por sus horarios de trabajo.
El rector de la UBA puso sobre la mesa una propuesta similar para enfrentar los problemas de conectividad. “Estamos impulsando la posibilidad de tener más conectividad en nuestros edificios para que nuestros alumnos, con protocolos, puedan realizar sus estudios en la facultad”, adelantó.
En su Declaración para el Ciclo Lectivo 2021, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) reconoció que la virtualidad mostró “la potencialidad que tiene para complementar la presencialidad y ampliar las oportunidades de inclusión de diversos sectores de la población”, y aseguró que se trata de una modalidad que “llegó para quedarse”. También indicó que se les dará prioridad para el regreso a las aulas a las actividades que involucran prácticas que quedaron pendientes en 2020 y que “afectó, especialmente, a las carreras inherentes a la ciencias de la salud”. Además, hay casos de universidades que por ahora continuarán con la virtualidad como principal eje pedagógico, como las de Quilmes (UNQ), del Comahue (UNCOMA), del Litoral (UNL) y del Nordeste (UNNE).
Aunque todas las universidades trabajan intensa y creativamente en los esquemas de dictado de clases para este nuevo año, el rector Juri reconoció que las condiciones epidemiológicas y sus vaivenes determinarán “la proporción entre clases presenciales y virtuales”. Por eso la UNC les brinda a los docentes “cursos de formación en educación virtual”.