Hace poco más de dos décadas, un profesor tomaba lista en clase repitiendo una y otra vez “¿Lauryn Hill…?”. El presente, bien gracias: la muchacha se había hecho la rabona en esta recordada intro de The Miseducation of Lauryn Hill, su primer y -hasta la fecha- único disco solista. Gesto cargado el de la rebelde que pronto desplegaría sus muchas causas, canción tras canción, en este disco seminal de 1998, de impacto duradero, que serviría de inspiración a cantantes y compositoras de la talla de Beyoncé, Nicki Minaj, Janelle Monáe. Ya el título del álbum era un guiño a The Miseducation of the Negro, libro de Carter Woodson que, en los años 30, denunciaba el adoctrinamiento cultural de la comunidad afro en escuelas estadounidenses, en pos de controlarla, subordinarla. En el track Forgive Them Father, de hecho, decía la díscola exFugees, que entonces tenía 23 años: “My voice echoes through the ghetto/Sick of men trying to pull strings like Geppetto/Why black people always be the ones to settle/March through these streets like Soweto”.

My emancipation don't fit your equation”, plantaba en Lost Ones, tema que abría esta obra proverbial que, en clave confesional, arrasó con tutto, sucumbiendo a sus filosas rimas tanto crítica como público. Por la mentada obra, no solo Lauryn se hizo de cinco premios Grammy (de los 10 a los que estaba nominada): The Miseducation… se convirtió en el primer trabajo de hip hop en coronarse Mejor Álbum del Año, y ella, en la mujer artista en conseguir más estatuillas hasta ese momento. Desde entonces, no hay ranking melómano que no incluya el cancionero en sus filas como uno de los grandes discos de la historia. Un LP hito donde hip hop, soul a lo Motown y reggae convergen en una declaración de independencia, en una carta de amor al yo liberado que hace corte de manga a cualquier forma de opresión; incluidos ciertos amores tóxicos, por supuesto.

“Con sus temas, Hill demostró que la mejor venganza frente a la traición o la subestimación era la pura excelencia”, subrayaba el New Yorker al dar cuenta de la salida de She Begat This en 2018, libro de la escritora y periodista jamaiquina Joan Morgan que analizaba la profunda riqueza del susodicho trabajo discográfico. En sus páginas, la autora describe a Hill “como Ivy Leaguer con poca tolerancia a la gilada; una romántica positivamente sexual que desafió la predominante dicotomía ‘reinas versus putas’ del hip-hop; un camaleón diaspórico que orgullosamente representaba sus raíces de Nueva Jersey mientras reclamaba sus orígenes caribeños; una fashionista de cabello natural que, según la activista Michaela Angela Davis, demostró que las mujeres podemos ser sexis y marimachos, radicales y espirituales, visionarias”.

“Lo más loco es que nadie de mi sello me llamó y preguntó cómo podían ayudarme a hacer otro álbum. Nunca. Jamás. Con Miseducation, no había precedentes, y en gran parte, fui libre de explorar, de experimentar, de expresarme. Pero luego, se multiplicaron los palos en la rueda: agendas represivas, expectativas poco realistas, saboteadores en todas partes”, contaba recientemente en una interviú a Rolling Stone. Rara interviú: da notas a cuentagotas.

A 23 años del lanzamiento del álbum, Ms Hill -como pide ser llamada, acaso reclamando el merecido respeto que le negaron durante larguísimo rato- ha vuelto a ser noticia, y afortunadamente no hay resquicio de polémica en la novedad. Porque cabe recordar que el tiempo no fue benevolente con la mujer que en sus años mozos escribía poesía, jugaba al básquet y cantaba en el coro góspel de su colegio, para más tarde actuar en cine y tevé (Cambio de hábito 2, por caso), graduarse de la Universidad de Columbia en Historia y Música Clásica. Tras la salida de su álbum debut, fue demandada por el grupo New Ark, con el que grabó el largaduración, que solicitó crédito y compensación económica por presuntamente contribuir a la composición de gran parte de los temas. En 2012, para más inri, Lauryn pasó tres meses en la cárcel por evasión de impuestos. Tampoco ayudó que fuera tachada de errática, también de fanática religiosa; rumores que la fueron alejaron de la esfera pública, salvo presentaciones esporádicas. “Desafié la convención cuando la convención era cuestionable. Y sin embargo, empecé a ser percibida como problemática, en vez de ser apreciada por exponer belleza donde antes reinaba la opresión, por demostrar cómo podía funcionar un paradigma social distinto”, sus palabras.

Controversias aparte, está la buena nueva: The Miseducation… acaba de alcanzar en Estados Unidos la categoría de disco de diamante tras superar las 10 millones de unidades vendidas solo en el país del norte, conforme anunció la Recording Industry Association of America. Una hazaña que han logrado pocas personas; entre ellas, Adele por 21 y Britney Spears por ...Baby One More Time. Pero hete aquí la cuestión: ninguna mujer rapera lo había conseguido antes. El logro, remachan medios especializados, es especialmente difícil en la era del streaming digital, y sin embargo, Lauryn Hill vuelve a hacer historia con su obra rompedora, más de dos décadas después de que faltara a clase.