Tanto economistas como historiadores de todas las corrientes ideológicas concuerdan en que durante el gobierno de Mauricio Macri se dio un fuerte incremento del stock de deuda pública, principalmente aquella nominada en dólares.
Como para tener una idea, la deuda en moneda extranjera de la Administración Central del Gobierno alcanzaba en 2015 poco más de 87.000 millones de dólares, 36 por ciento del PIB. En tanto, en 2019 el mismo indicador superaba los 226.000 millones de dólares, 70 por ciento del PIB.
Es decir, durante el macrismo la deuda externa casi se triplicó en valores absolutos, al tiempo que prácticamente se duplicó al compararla con el Producto Interno Bruto.
Más allá del consenso sobre la existencia del fenómeno, hay un largo debate alrededor del funcionamiento y de las razones del mismo.
Dos visiones
Desde el macrismo se sostiene que la deuda tomada durante su gestión estuvo orientada al pago de vencimientos heredados y a la cobertura del déficit fiscal proveniente del ciclo de gobiernos kirchneristas, señalando así a sus antecesores como los culpables del endeudamiento.
Desde las trincheras liberales también se afirma que el macrismo se endeudó para financiar el déficit fiscal, sólo que desde esta corriente se plantea que el kirchnerismo no es el único responsable, sino que también se culpabiliza al gradualismo macrista por mantener dicho déficit y no llevar adelante los ajustes correspondientes para eliminarlo.
La explicación que ensayan economistas afines al actual gobierno (y también, con algunas diferencias, buena parte de la izquierda) exhibe un tanto más de complejidad. Esta argumentación tiene como punto de partida a los estudios de Eduardo Basualdo y su equipo de Flacso, los cuales advierten que en los últimos 50 años hubo en Argentina una fuerte correlación entre el endeudamiento externo y la fuga de capitales.
Partiendo de esta correlación estadística, un gran número de autores sostienen que el gobierno de Cambiemos tomó deuda en el exterior con la intención principal de financiar la fuga de capitales especulativos, convirtiendo aquella correlación en una causalidad directa.
Proceso histórico
Más allá de sus diferencias, todas las explicaciones poseen elementos que son parcialmente ciertos, a la vez que también comparten una visión fuertemente economicista del proceso histórico y un elevado nivel de voluntarismo en sus razonamientos.
Como primer punto, para entender de manera completa el endeudamiento macrista se hace necesario estudiar el marco en el cual asumió Cambiemos.
Macri llegó al poder luego de cuatro años de déficits gemelos crecientes -aquel elemento que agitan los macristas para justificar su endeudamiento-, lo que delineaba una situación que si bien no mostraba grandes síntomas ante la población, era insostenible en el mediano plazo para cualquier capitalismo latinoamericano.
A la luz de lo anterior se entiende la lógica del “gradualismo” macrista: en tanto que el ajuste buscaba evitar pagar los costos políticos provenientes de una eventual crisis de larga escala, su forma gradual de implementación se explicaba por la resistencia que por aquel entonces presentaba la clase trabajadora ante cualquier tipo de política regresiva.
Ajuste
Entendiendo el contexto general, pasamos a analizar puntualmente el endeudamiento macrista y sus explicaciones. Como primera cuestión, el endeudamiento funcionó como posibilitador del gradualismo, ya que -como sugiere el liberalismo- la deuda tomada cubrió los déficits gemelos mantenidos por Macri mientras éste avanzaba en el ajuste.
En términos concretos, a la par que se sucedían las políticas regresivas, los dólares que llegaban al país provenientes del crédito internacional incrementaban la oferta de divisas, cubriendo así parte del déficit externo, robusteciendo las reservas y controlando el ritmo de la devaluación.
Estos dólares se vendían en el mercado de cambios local, brindando al gobierno un cúmulo de pesos que se utilizaba para financiar gran parte del déficit fiscal aún vigente.
Como resultado de este proceso, al controlar el ritmo de devaluación -es decir, al no permitir una mayor devaluación que la que se dio efectivamente-, el BCRA ofrecía divisas “baratas”, por lo que tanto empresas como particulares avanzaron en la dolarización de sus activos, generando así la famosa “fuga de capitales” que, como dijimos, protagoniza la explicación del kirchnerismo y de buena parte de la izquierda.
Capitalismo argentino
Visto en términos históricos, el endeudamiento macrista surge de la combinación entre un capitalismo argentino que tiene una baja productividad internacional y que exige drásticos ajustes para relanzar su acumulación, y una clase trabajadora que, más allá de sus derrotas, todavía mantiene cierta capacidad de resistencia.
En este marco, dicho endeudamiento fue creciendo al compás de las dificultades que encontró el mismo macrismo para imponer aquel ajuste.
En este sentido, los déficits que citan los liberales y los exfuncionarios de Cambiemos sólo pueden explicar parcialmente la lógica del endeudamiento en cuestión, ya que únicamente expresan una arista del proceso global, al tiempo que su resolución lejos se encuentra del voluntarismo que estos autores suponen.
Asimismo, la “fuga de capitales” que cita el kirchnerismo y buena parte de la izquierda solo es una consecuencia de la forma en que Cambiemos llevó adelante su ajuste, echando por tierra todo el economicismo y el voluntarismo que aquella argumentación plantea.
En este sentido, hay que tener en claro que de no incurrir en el endeudamiento en cuestión, el ajuste macrista se habría visto obligado a avanzar a una mayor velocidad, dificultando aún más su implementación y comprometiendo así la gobernabilidad de Cambiemos.
Resistencia
A partir de lo expuesto cabe subrayar que el endeudamiento analizado ha sido un componente más del proceso de ajuste de largo plazo que, con sus diferentes formas y velocidades, continúa avanzando hasta nuestros días, sobre una clase trabajadora que pese a sus dificultades, persiste en su resistencia.
Adicionalmente, es necesario comprender a este proceso de ajuste como un elemento constitutivo del mismo capitalismo argentino, el cual, al menos desde la última dictadura hasta la actualidad ha venido exigiendo duras políticas regresivas para relanzar su ganancia y su acumulación en el mediano plazo.
En función de lo anterior, se hace necesario estudiar críticamente la historia reciente, y a partir de ello, repensar seriamente si dentro de los estrechos márgenes que plantea el sistema capitalista, existe realmente alguna posibilidad de superar la decadencia en la que Argentina se encuentra sumida hace ya tantos años.
* Economista y autor del libro Duhaldismo, Kirchnerismo y Macrismo. El capitalismo argentino y su recurrencia histórica.
Fuentes y datos citados: https://tinyurl.com/ya4jfj89