Un equipo de investigadores e investigadoras del Conicet, coordinado por el ministerio de Salud bonaerense y con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, realizó un estudio del que participaron miembros del personal de salud inmunizados con las dos dosis de la Sputnik V. Determinaron, por un lado, que el 100 por ciento de los voluntarios desarrolló anticuerpos específicos para combatir al Sars CoV-2 y, por otro, que las personas previamente infectadas a la vacunación generan una respuesta inmune rápida al recibir una dosis, produciendo niveles de anticuerpos similares e incluso superiores a los detectados en individuos no infectados que recibieron dos dosis. De esta manera, los resultados del trabajo indican que sería apropiado rever el esquema de vacunación con dos dosis para aquellos individuos que ya se habían infectado con el patógeno. 

De todas maneras, el Ministerio de Salud informó que no evalúa dar una sola dosis a las personas que tuvieron coronavirus: "No está bajo evaluación en el Ministerio de Salud no dar la segunda dosis de Sputnik V a las personas que tuvieron covid-19".

Una de las referentes del trabajo, Andrea Gamarnik --jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir (FIL) e investigadora superior del Conicet-- lo explica de esta manera: “El ministerio de Salud de PBA hizo la propuesta y coordinaron el trabajo. Nosotros medimos anticuerpos totales de las personas vacunadas luego de 21 días de la primera dosis y 21 días tras la segunda. A todos los participantes, además, les hicimos un estudio basal, es decir, el día que recibieron la vacuna se les hizo una evaluación para chequear si tenían defensas porque hay que tener en cuenta que muchas personas transitan esta enfermedad de manera asintomática”, describe. Y luego continúa: “Los niveles de anticuerpos totales y neutralizantes son similares en personas que recibieron dos dosis sin infección previa respecto de aquellas que recibieron una y previamente se habían infectado. De hecho, en los que ya se habían contagiado la respuesta de anticuerpos fue igual o hasta mayor de aquellos que recibieron la primera y la segunda dosis”, asegura.

Esto implica, en concreto, que la infección genera lo que se conoce como “memoria inmunológica”, que se identifica al suministrar la primera dosis de la tecnología elaborada por el Centro Gamaleya y produce defensas iguales o superiores con respecto a aquellos que reciben las dos dosis pero no se habían contagiado.

El hallazgo es tan importante que se ubica como evidencia clave para poder repensar a futuro el suministro de dosis. Desde aquí, sería posible optimizar recursos; pues no se puede perder de vista que, aunque las vacunas están llegando en buena cantidad al país, configuran un recurso escaso. En esta línea, cuanto más planificado y calibrado sea el proceso de inmunización masiva, mucho mejor, más si se tiene en cuenta que --a medida que transcurre el tiempo y se observan buenos resultados-- cada vez más argentinos están dispuestos a vacunarse.

“El objetivo es que a partir de nuestro trabajo científico podamos colaborar en la toma de decisiones de las autoridades de salud a partir de información generada en forma local. Nuestro informe no dice que las personas que ya se infectaron deberían recibir una sola dosis, eso compete a los decisores de política, nosotros solo mostramos lo que pasa en uno y otro caso”, dice Gamarnik. “El objetivo es que la protección pueda llegar a toda la población en el menor tiempo posible. Las autoridades discuten los costos y los beneficios y tienen sus argumentos sólidos para hacer las cosas del modo en que lo hacen. Para vacunar a 40 millones de personas se contemplan muchos factores, a veces no es tan intuitivo como aparenta”, completa.

El estudio en detalle

En una primera etapa analizaron la respuesta inmune de 142 trabajadores de la salud que se ofrecieron como voluntarios y tenían entre 18 y 59 años. En todos los casos, fueron seleccionados de siete centros públicos de Buenos Aires. De esos 142, 22 habían estado previamente infectados con coronavirus. El esquema que prevé la Sputnik V implica un régimen de dos dosis separados por 21 días, de manera que se tomaron muestras del suero de los voluntarios antes de la inoculación, a los 21 días de haberse aplicado la primera dosis y a los 21 días tras recibir la segunda. Como resultado, el estudio exhibió que el esquema completo de la vacuna indujo una respuesta de anticuerpos contra el Sars CoV-2 en el 100 por ciento de voluntarios analizados luego de tres semanas de inyectada la segunda dosis.

Y, en simultáneo, también reveló que la cantidad de anticuerpos en personas que ya se habían infectado y que recibieron una sola dosis de la vacuna es ocho veces superior a la de aquellos voluntarios sin infección previa que recibieron el esquema de vacunación de dos dosis. Además de referentes del Instituto Leloir, participaron científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida, y del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (UNLP).

El proyecto en realidad es bastante más extenso y lo que se presentó en esta ocasión es solo la primera parte. “Luego se seguirán haciendo análisis con las otras vacunas que se administran en nuestro país y con todo lo nuevo que vayamos sabiendo y aprendiendo. El trabajo se irá multiplicando y se volverá más complejo; es el fruto del esfuerzo conjunto entre los Ministerios de Ciencia y de Salud, y con gente que proviene de hospitales bonaerenses”, señala la referente. Después comenta: “La idea es hacer seguimiento a los vacunados por un año para poder ver cómo sigue todo en función del tiempo. Esto no termina acá, sino que recién empieza: es todo tan dinámico que debemos estar muy despiertos para poder tomar decisiones precisas con la mayor velocidad posible”.

Las conclusiones a las que arribaron van en consonancia con otros estudios internacionales que evaluaron la respuesta inmune generada luego de una dosis de las opciones elaboradas por Pfizer/BioNTech y Moderna. Según advierten los especialistas, la respuesta suele ser tan contundente en aquellas personas que tuvieron covid que discuten si sería posible, no solo diferir en el tiempo la segunda dosis, sino directamente no aplicarla. En naciones europeas como Francia y España adoptaron esa política con el propósito de optimizar recursos, al tiempo que Reino Unido parece ir por la misma senda. Por el momento, el Ministerio de Salud argentino informó que no lo está evaluando.