Este viernes comienza la tercera edición del Festival Transfeminista de Tango, organizado por la colectiva de músicas y artistas Tango Hembra. Esta edición tendrá un formato mixto, con dos jornadas virtuales (la de hoy y la de mañana) a través de las redes sociales de la agrupación y una presencial, el domingo a partir de las 19 en Luzuriaga Club Social (Luzuriaga 348). Del festival participarán 25 artistas, grupos y colectivos feministas de todo el país, e incluso algunos que residen en el exterior.
Durante las jornadas de hoy y mañana la actividad comenzará con sendas mesas de debate coordinadas por la flautista y antropóloga Victoria Polti (una sobre perspectivas de género en instituciones educativas y espacios culturales con Carolina Garber, Paula Rivera, Ana Zeliz, Adriana Cerletti, Romina Pernigotte y Cata Zaneff, y otra sobre género y transfeminismo con Mariana Docampo, Mercedes Liska y Anahí Pérez Pavez). También habrá un discurso a cargo de la performer Susy Shock.
Además, entre las transmisiones y la jornada en vivo se presentarán entre otras Elbi Olalla, María Laura Antonelli, Bárbara Aguirre, María Cangiano, Victoria di Raimondo, Karina Beorlegui, Orquesta Sciammarella, Lucrecia Merico y Natalia Bazán.
“Gracias a la semi virtualidad nuestras mesas-debate se transmitirán en vivo en y contaremos dentro de la programación con la presencia de compañerxs de todo el país y del mundo fortaleciendo el carácter federal e internacional de Tango Hembra”, celebra Andy Delfino, haciéndose eco de la idea que sostiene que crisis también equivale a oportunidad.
El encuentro permite ponerle perspectiva a la situación de los feminismos en el tango contemporáneo. El propio Festival ya es un referente. “La idea de que hay un ‘tango feminista’, como producto cultural diferenciado, se fue infiltrando en la escena y ahora se suman nuevas agrupaciones que antes no lo reconocían”, considera la cantante Gabriela Novaro. Son muchos los grupos de tango conformados exclusivamente por artistas mujeres o disidencias que se reconocen en el feminismo, como la Orquesta Atípica La Empoderada, Chifladas Tango, o el colectivo Las Pianas, por ejemplo.
La segunda edición del Festival donó todos sus ingresos a algunas compañeras artistas que estaban en una situación especialmente precaria por la pandemia. El año a puertas cerradas por el coronavirus afectó profundamente a todo el sector del arte, pero las organizadoras del Festival advierten que esta precarización afectó especialmente a las mujeres. “Con la pandemia se volvió más evidente la delicada situación en la que se encuentra el sector musical y en particular las mujeres y disidencias”, apunta Polti. Si bien Polti reconoce que muchos artistas aprovecharon los meses guardados para concretar proyectos atrasados o ponerse al día con las redes, en el otro extremo “muchas compañeras quedaron solas con niñes y sin ingresos”. “Frente a la situación histórica y hegemónica de la falta de reconocimiento de trayectorias artísticas y laborales de mujeres y disidencias en diferentes ámbitos como orquestas, festivales y ciclos dependientes del Estado e iniciativas privadas, se sumó el cierre de numerosos espacios”, explica. “Esto nos da la pauta de todo el camino que aún falta recorrer en materia de prosecución de derechos y aún de la resistencia que hay en la implementación de leyes como la 27.539 (Ley de cupo femenino y acceso de artistas mujeres a eventos musicales)”.
Otra conscuencia de la pandemia fue el surgimiento y consolidación de distintos colectivos tangueros. ¿En qué medida estos flamantes espacios pueden aportar a la visibilización/concientización y eventual solución de las desigualdades de género dentro del sector? Para la cantante Marisa Vázquez, alma mater de Tango Hembra, este proceso es “positivo”. “Desde Tango Hembra creemos no solo en el trabajo colectivo sino también en la necesidad de interpelar viejas prácticas en las que el poder termina en manos de unos pocos hombres, que son los que se sientan en las mesas de negociaciones con el Estado y también los que ocupan puestos, espacios y escenarios importantes”.
“Nos alegra mucho que se hayan agrupado por fin las/los/les trabajadores del tango, creo que todo encuentro y lucha colectiva es productivo e importante, la pandemia fue un disparador para que estos grupos se dieran cuenta la precariedad con la que se trabaja en el medio y sobre todo que de manera individual no se puede hacer nada”.
“La sociedad toda atraviesa una circunstancia histórica única, el feminismo propone un verdadero cambio de paradigma que en cada sector se plantea en tiempos y formas distintas, esperamos que el tango esté a la altura de las circunstancias, nosotras seguimos trabajando unidas para lograr ese cambio, más tarde o más temprano se va a caer”, concluye Vázquez.