El fiscal Carlos Stornelli cerró una semana de una gran exposición mediática con una gran noticia: el procurador interino Eduardo Casal desestimó una denuncia en su contra que había presentado el senador Oscar Parrilli por su actuación en el caso de las fotocopias de los cuadernos.
"Los fiscales no pueden ser sometidos a proceso disciplinario por el contenido de sus dictámenes o por errores cometidos durante su actuación, pues para atender esos asuntos el ordenamiento procesal provee diversos recursos para las partes que consideran afectados sus intereses", sostuvo Casal en un dictamen que firmó el viernes último.
Las actuaciones de la Procuración se iniciaron tras la presentación de Parrilli, en la que denunciaba el rol irregular de Stornelli en la investigación de los cuadernos, pedía su recusación y señalaba supuestos delitos en los que el fiscal habría incurrido en la instrucción de la causa que se originó por la aparición supuesta de las anotaciones del chofer Oscar Centeno, por lo que reclamaba su remoción del cargo.
Entre otras cosas, se señalaba que la causa se había radicado en el juzgado de Claudio Bonadio sin ir a sorteo, que después de retener a Centeno durante más de una hora éste terminó cambiando a su abogado e incorporando al defensor oficial Gustavo Kollmann -- que jugó un rol clave en la saga de los arrepentidos -- y que las declaraciones de los arrepentidos no se registraron como establece la ley.
Después de la presentación de Parrilli, Casal mandó el tema al consejo evaluador -- integrado por cinco fiscales -- y le remitió los fragmentos que estaban referidos a supuestos delitos al fiscal ante la Cámara Federal porteña, José Agüero Iturbe, para que iniciara una investigación preliminar. Agüero Iturbe terminó archivando el tema por inexistencia de delito. Por su parte, la mayoría del consejo evaluador del Ministerio Público Fiscal validó lo actuado por Stornelli.
La única voz disonante fue la del fiscal Alejandro Alagia, quien entendió que Stornelli incurrió en actos repetidos de grave negligencia que son perjudiciales al servicio de justicia, por lo que postuló que el tema debía ser llevado ante el tribunal de enjuiciamiento del Ministerio Público. Alagia, además, dijo que no podía sumarse al voto de la mayoría porque hacerlo implicaría "justificar prácticas ilegales con grave daño para la institución".
Casal justificó la desestimación de la denuncia de Parrilli, diciendo que la causa de las fotocopias de los cuadernos está elevada a juicio y que, hasta ahora, todo fue convalidado por las instancias evaluadoras. Lo cierto es que la resolución representa un espaldarazo al fiscal -- procesado en la causa de espionaje de Dolores -- en una semana en la que estuvo en la palestra, especialmente después de que el presidente Alberto Fernández remarcara la irregularidad de su permanencia como fiscal y de que Stornelli respondiera, a modo de amenaza, que ya se verían cuando Fernández deje la presidencia.