Una parte importante de la historia democrática rosarina fue recordada  ayer en el Concejo Municipal, al cumplirse 30 años de la firma del Acta de Compromiso Democrático, cuando el entonces gobernador José María Vernet decidió trasladar la sede de Gobierno al Palacio Vasallo y movilizar a las organizaciones partidarias, sindicales, estudiantiles y sociales ante el levantamiento carapintada. Con un emotivo acto, el Concejo brindó un merecido homenaje a aquellos hombres y mujeres que decidieron ponerle el cuerpo a la defensa de la democracia. Entre anécdotas y reflexiones, los protagonistas de aquellas jornadas en las que se debatía el futuro institucional del país pudieron revivir los momentos más relevantes frente al alzamiento militar.

"Estaba convencido que había que actuar, darle conciencia a la gente. Teníamos que usar la autoridad porque había gente que se escondía", señaló Vernet en velada alusión al entonces intendente Horacio Usandizaga. "Era la primera vez que los opositores fuimos todos juntos a defender al gobierno nacional", recordó el ex gobernador santafesino, visiblemente emocionado. Con la misma emoción, y un regado de anécdotas y reflexiones, el entonces titular de la UCR santafesina, Luis "Changui" Cáceres dijo que la de entonces fue una "dirigencia política que con sus diferencias políticas, se apoyaron espalda contra espalda para defender esa democracia incipiente".

Además del ex gobernador Vernet, el homenaje alcanzó a Cáceres, al secretario de Justicia, Roberto Falistocco, a quien fuera el presidente del Concejo, Emeterio Pastor, y a todos los concejales, dirigentes y funcionarios que pasaron a la acción en defensa del estado de derecho.

El concejal Diego Giuliano (Rosario Federal), autor del proyecto, consideró que la firma del acta el 19 de abril de 1987 "no fue un documento formal y menos un hecho burocrático, fue un pronunciamiento civil y una determinación generacional de preservar otra forma de convivencia democrática y nuestra organización constitucional, y los garantes fueron las 40 mil personas que estaban en el Monumento".

En el recinto de sesiones hubo lugar para recuerdos y reflexiones en torno a las acciones realizadas en los tensos días de Semana Santa de 1987, días después del paso de Juan Pablo II por la ciudad, cuando el Concejo se constituyó en Sesión Permanente y entre todas la fuerzas políticas presentes se suscribió el Acta de Compromiso Democrático, se declaró el estado de Emergencia Constitucional de Santa Fe, se conformó la Comisión Permanente en Defensa de la Democracia, y se emitieron diversos comunicados para coordinar con grupos e instituciones civiles.

Varios concejales de entonces y actuales ocuparon bancas y sillas para participar del acto. Entre otros, estuvieron el actual diputado provincial y ex intendente, Héctor Cavallero, los ex concejales Juan Carlos Altare y Nelson de la Jonquiere. En las gradas se ubicaron varios referentes sindicales como Luis Batistelli (AEC), Matías Layús (La Bancaria), Antonio Ratner (Municipales) y Martín Lucero (Sadop). 

Tanto el concejal Giuliano como los principales protagonistas de aquellas jornadas históricas se encargaron de destacar, y también agradecer, la dedicación de la ex concejala Silvia Fernández León, por entonces secretaria de la Comisión de Planeamiento, por haber conservado los documentos y haber motorizado el acto en el Palacio Vasallo.

Mientras la democracia se encontraba amenazada por el levantamiento de los carapintadas en Campo de Mayo, liderados por Aldo Rico, el Concejo Municipal no sólo fue el escenario elegido por el gobierno provincial para resguardar el estado de derecho sino que también fue centro convocante de distintas organizaciones que apoyaron, junto a las 40 mil personas que se concentraron en el Monumento un día antes de la rendición de los carapintadas, el orden constitucional.

"Fue una especie de darse cuenta colectivo y no era fácil en aquel momento, el golpe de Estado estaba a la vuelta de la esquina", apuntó el autor del proyecto para conmemorar los 30 años del momento en que el Concejo se convirtió en la sede de Gobierno de la provincia de Santa Fe por única vez en la historia institucional de la ciudad.