Una nueva erupción del Etna, el volcán activo más alto de Europa, cubrió este domingo de ceniza negra y de piedras decenas de ciudades sicilianas, por lo que las autoridades de la isla declararon el estado de crisis regional y pidieron ayuda al Gobierno de Italia.
Se trata de la décima erupción que registra desde el 16 de febrero. La ceniza, informaron los medios locales, afectó a decenas de municipios que se encuentran entre la vertiente este del volcán y el mar, como Sant'Alfio, Giarre, Linguaglossa y Mascali.
Por el color del polvo, esos municipios fueron bautizados por las autoridades como la "zona negra". La lluvia de ceniza y material piroplástico también ha causado problemas y retenciones en un tramo de autopista entre Mesina y Catania.
Estado de crisis
Tras un encuentro con Protección Civil, que ya está supervisando la zona y evaluando la situación actual, el gobernador de Sicilia, Nello Musumeci, decidió declarar estado de crisis regional y elevar un pedido de ayuda al Gobierno central.
Según anunció Musumeci este domingo, habrá un desembolso inmediato de un millón de euros para los pueblos afectados y se abrirá una licitación para comprar medios de aspiración de ceniza.
El gobernador también encargó a su consejero de Sanidad, Ruggero Razza, que verifique por precaución si las cenizas volcánicas pueden afectar la salud de las personas. "La prudencia nunca es suficiente", apuntó Musumeci.
Marco Falcone, responsable de Infraestructuras y Movilidad siciliano, publicó en sus redes sociales imágenes de algunos pueblos que visitó, como Riposto, con el suelo cubierto de ceniza negra y guijarros volcánicos, y explicó que para reducir los inconvenientes en la circulación ordenó levantar las barreras de todos los peajes de esa parte de la autopista hasta que la situación vuelva a la normalidad.