La duquesa de Sussex, Meghan Markle, denunció racismo en la corona británica. Lo hizo durante una entrevista que concedió a la presentadora Oprah Winfrey junto a su esposo, el príncipe Harry, en la cadena estadounidense de televisión CBS. Allí reveló también que mientras estuvo con la familia reala tuvo pensamientos suicidas.
La denuncia sobre el racismo arraigado en la familia que encabeza la reina Isabel II surgió en el momento de la entrevista en el cual se habló de Archie, el primer hijo de la pareja. “En los meses previos al nacimiento de Archie, no solo hubo conversaciones sobre cómo no se le daría un título y no habría seguridad, sino también sobre qué tan oscura podría ser la piel del bebé y qué significaría o cómo se vería eso”, reveló Markle, que prefirió no dar más detalles al respecto ni revelar quiénes decían eso con el argumento de que “sería muy perjudicial para ellos”.
Al respecto, Harry confirmó que las charlas giraron en torno a "qué aspecto iban a tener los hijos" que tuviera con Meghan, que es mestiza y con raíces afroamericanas, pero se negó a dar más detalles al respecto. "Es una conversación de la que nunca voy a hablar", afirmó el esposo de Markle, quien agregó que fue un hecho "chocante".
Markle también contó que en la familia real británica se sintió "aislada, solitaria y carente de apoyo", algo que llevó a pensar en suicidarse. “Ya no quería estar viva”, contó la exactriz sobre la depresión que sufrió y contó que “fue un pensamiento muy real, claro, aterrador y constante”. Ante la depresión que sentía, acudió a los altos funcionarios de la Corona, quienes le dijeron que no tenían forma de conseguirle ayuda. La exactriz indicó que ahí habló con una de las amigas íntimas de la princesa Diana.