Mariano Rajoy habría recibido sobresueldos antes de convertirse en presidente del gobierno español en 2011. Así lo declaró el lunes ante la justicia el extesorero del Partido Popular (PP), Luis Bárcenas, procesado por financiar ilegalmente a la derecha local. Bárcenas, que se enfrenta a una petición del fiscal de cinco años de cárcel, compareció ante la Audiencia Nacional en un juicio iniciado el ocho de febrero por el pago de casi un millón de euros (cerca de 1,2 millones de dólares) con dinero de la presunta "caja B" del PP para la reforma de la sede nacional del partido en Madrid. Ese fondo no declarado fue alimentado durante décadas por donaciones de empresarios y sirvió para pagar sobresueldos a dirigentes y colaboradores del partido.
"Yo les he entregado el sobre con la cantidad que les correspondía", dijo Bárcenas ante el fiscal anticorrupción Antonio Romeral. El acusado citó entre "los que figuran" como beneficiarios de esos pagos ilícitos al expresidente y a otros siete políticos que ocuparon cargos orgánicos en el PP y carteras ministeriales, primero con José María Aznar (1996-2004) y luego con Rajoy (2011-2018).
Según explicó Bárcenas, el objetivo inicial de los sobresueldos era garantizar el mismo nivel retributivo a Rajoy y otros dirigentes del PP cuando entraron como ministros en el gabinete de Aznar en los años 90. Hasta ese momento cobraban como diputados y también percibían gastos de representación del partido conservador español, algo imposibilitado por la ley de incompatibilidades, que impide cobrar sueldo de ministro y del partido a la vez.
Más adelante, la caja B se amplió a otras funciones, como pagarle discrecionalmente a colaboradores o determinados cargos electos a los que el partido quería mimar. "Necesitábamos dinero de esas características para hacer frente a gastos de esas características", declaró Bárcenas.
El extesorero basó su defensa del lunes en presentarse como un simple ejecutante de Álvaro Lapuerta, tesorero partidario durante el largo tiempo que él fue gerente, y fallecido en 2018. "Tanto Álvaro como yo sabíamos que lo que hacíamos era incorrecto", pero "el responsable era Álvaro y yo cumplía sus indicaciones", aseguró.
Por su parte el fiscal Romeral centró su interrogatorio de esta tercera jornada de juicio en el supuesto pago en negro de la reforma de la sede del PP, de la que el actual presidente del partido, Pablo Casado, ha anunciado que prevé desprenderse por las sospechas de irregularidades. Bárcenas dijo desconocer de quién partió la iniciativa de pagar con plata negra parte de esa reforma, sin declararlo a la Hacienda pública.
Rajoy, quien siempre negó las acusaciones, comparecerá como testigo en este juicio oral que se espera continúe hasta mayo en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, al este de Madrid.
El expresidente español se salvará del careo solicitado por la defensa de Bárcenas ya que el presidente del tribunal alegó este lunes que esa técnica corresponde a la fase de instrucción. En cualquier caso, el expresidente conservador volverá a la misma sala en la que, en julio de 2017, declaró como testigo en la pieza principal de la financiación ilegal de su partido.
La trama investigada se conoce como la "Gürtel", un sistema por el que empresarios de la construcción financiaban al PP, a cambio de que cargos locales de este partido les concedieran luego jugosos contratos de obra pública. En mayo de 2018, la Audiencia Nacional acreditó que esa contabilidad irregular existió durante dos décadas, y condenó a la agrupación conservadora como "partícipe a título lucrativo".
La sentencia le costó a Bárcenas una condena a 29 años de prisión, que cumple actualmente, y motivó de inmediato la moción de censura socialista que desbancó del poder a Rajoy y al PP en junio de 2018.