La semilla, que se abrió y crece, no es todavía un fruto maduro. La Librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Centro Cultural Arnaldo Orfila Reynal –que se inauguró en noviembre del año pasado en Costa Rica 4568, enfrente de la plaza Armenia– está construyendo su identidad a la par que busca integrar a más personas con los talleres de periodismo para chicos, las presentaciones de libros, narración de cuentos, exposiciones, ciclos de cine, obras de teatro, y pequeños conciertos y recitales por los que pasaron en estos cinco meses Luisa Valenzuela, Martín Kohan, Pedro Mairal, Fernanda García Lao, Alejandro Grimson, la estadounidense Maxine Swann, Miss Bolivia y Juan Balaguer, entre otros. El espacio –que diseñó el arquitecto Clorindo Testa poco antes de su muerte–, está abierto a distintas propuestas para concertar entre artistas, poetas, narradores, intelectuales, editores y talleristas el menú de opciones que desplegará este año. “No es un momento fácil para crecer, pero estamos asumiendo el desafío”, plantea el poeta y editor Alejandro Archain, gerente general del FCE de Argentina. “Necesitamos instalar y difundir un lugar nuevo, donde no venimos a traer ninguna novedad. Poner una librería en Buenos Aires no es algo que tenga una originalidad que pueda destacarse. Hay muchas librerías en Buenos Aires, muy lindas y muy buenas. Lo mismo pasa con un centro cultural. De acá en adelante, vamos a afinar el modo de relación para difundir las actividades culturales. La dificultad que presenta el tema de la comunicación de lo que ocurre, cuando no se tiene presupuesto para poner grandes avisos, es cómo se enteran el público y los lectores de las actividades que hacemos. Esto se construyó y se inauguró, y ahora hay que darle vida y hacer que la gente lo conozca y venga”, agrega Archain durante la conferencia de prensa y anticipa que en mayo se realizará la “Semana Juan Rulfo”, por el centenario del nacimiento del escritor mexicano, en la que participarán Liliana Colanzi (Bolivia), Nicolás Prividera (Argentina) y Rodrigo Márquez Tizano (México), entre otros.
Carlos Salcedo, encargado de la librería y del Centro Cultural –junto con Julia Bustos y Rafael Toriz–, tiene “uñas de guitarrero” en el rubro. Librero de alma, inició su itinerario laboral en Fausto, se formó con Elvio Vitali en Gandhi, también trabajó en Prometeo y en Guadalquivir. “En esta librería de gran superficie queremos desarrollar la lógica de la librería más pequeña, de barrio; poder asesorar y tener un acercamiento cotidiano para darle un valor agregado a los lectores, porque los libros están todos en las librerías. Queremos generar un vínculo desde otro lado”, explica Salcedo y cuenta que Maxi Aguirre presentará en las próximas semanas su último libro, Tango cruzado. También se presentarán El método de Martin Heidegger, con Dina Picotti, traductora del libro, Edgardo Albizu, Lucas Fragasso y Leandro Pinkler; Los condenados. Pasolini en América (Nulú Bonsai), compilado por Héctor Kohen y Sebastián Russo, con Eduardo Grüner. “La idea es hacer un espacio adonde podamos integrar la mayor cantidad de gente posible dándole un producto de calidad, sobre todo en el servicio. Que la gente se sienta realmente a gusto y poder ayudarla a descubrir libros y autores que no conoce, no venderle cualquier cosa”, subraya el librero.
Rafael Toriz señala que no es casual que la librería se llame Arnaldo Orfila Reynal (1897-1998), con el nombre del primer director del FCE en Argentina. A cargo de la filial entre 1945 y 1947, este hombre de libros estuvo al frente del Fondo cuando se fue a vivir a México, y después fundó Siglo XXI y colaboró en el armado de Eudeba, la editorial de la Universidad de Buenos Aires. “Estos polos editoriales fue lo que hizo de la Argentina y México la gran patria latinoamericana y lo mejor que pudo hacerse hermanados en el continente”, recordó el escritor mexicano, uno de los colaboradores de la programación literaria, y precisó que este espacio se inauguró el año pasado, cuando se cumplieron los 80 años del FCE. “Lejos de funcionar como una agregaduría cultural, de lo que se trata es de reforzar un vínculo muy importante con un productor de pensamientos, de libros, de literatura, como lo ha sido la Argentina. Este centro cultural, una obra de arte en sí misma, tiene que ver con articular la lengua, los libros y el pensamiento producidos desde América Latina. En este momento en que todo está en crisis y lo extraño es que se mantenga cualquier tipo de institución es un logro que nos siga uniendo lo más valioso que tenemos que es la producción de pensamiento”.
De la “Semana Juan Rulfo”, organizada conjuntamente con la Biblioteca Nacional, Eterna Cadencia y la Embajada de México, se explorará la obra del autor de Pedro Páramo como cineasta, se proyectarán películas inspiradas en novelas y cuentos del narrador mexicano, y habrá lecturas en la que participarán actores. Toriz aclara que el centro cultural tiene que ser “un punto de encuentro, un lugar para multiplicar que permita la posibilidad de seguir imaginándonos, una cosa que es tan importante en tiempos tan perentorios”.