El dicho popular dice que la escuela es el segundo hogar y, como todo hogar, puede verse como una cápsula de lo que pasa en la sociedad. Esta es una clave para leer La fábrica de los sueños, el nuevo libro de Facu Soto ilustrado por Pitu Saá donde fantasías, primeros amores y fantasmas internos conviven a los tirones con la currícula.
El escenario principal de esta novela es un aula de último año de primaria, donde una maestra estricta hasta lo insoportable se olvida seguido lo importante que es hablar sin tabúes de lo que les pasa a los cuerpos púberes. ¿Amor? Mejor para otro momento. ¿Diversidad? Ni hablar. La estructura de La fábrica de los sueños se sostiene en los personajes, que se vuelven un recursero disparador de temas como el bullying, la tiranía de los talles, árboles familiares diversos y orientaciones sexuales silenciadas.
Lucas y Ian son mejores amigos, se conocen desde que empezaron la escuela y con la revolución de sus hormonas empiezan a sentir que a su amistad le pasa algo nuevo. Cuando están cerca, su cuerpo parece habitado por una fuerza extraña que les da una mezcla de vértigo y pudor: las famosas mariposas les nublan los sentidos y no saben cómo manejarlo. Con el correr de los días Lucas se anima a tirar señales para que su amigo lea lo que le está pasando, pero lo que consigue es una reacción inversa. Ian se pone a la defensiva, empieza a evitarlo y todo se vuelve un drama.
En el aula Bianca se pinta las uñas de naranja para llamar la atención y sueña con ser actriz, aunque por dentro vive un pozo sin fondo porque su cuerpo -diferente a la mayoría, con más kilos que los demás-, no es lo suficientemente hegemónico para encajar. Lucio tiene dos papás y cuando La Seño quiere anular conversaciones la pone en órbita: “Mi papá Marcos me dice que nos tenemos que preguntar todo. Que los heterosexuales, porque mis papis no son heterosexuales, muchas veces no se preguntan si eligieron ser heterosexuales o lo heredaron. Son así porque tienen que ser así. Y a mí me gustan las chicas, pero a ellos no. ¿Y cuál es el problema?”.
La editorial Chirimbote nos tiene bien acostumbradxs a títulos que se corren de la normativa y proponen nuevos universos en las narrativas para jóvenes. Sus colecciones Antiprincesas, Antihéroes y libros de ESI ya son nuevos clásicos en la generación de niñes que crecieron con Ni Una Menos y leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género.
La fábrica de los sueños se suma a esa biblioteca del presente, que mira un futuro con menos prejuicios y más equidad.