Barrer con los mandatos de las novelas románticas fue una de las premisas que guiaron a la joven actriz Chiara Francia Citterio al momento de escribir Casi amor (Autopublicarte - https://linktr.ee/casiamor.oficial), su primer libro con el que busca interpelar a sus pares acerca de la sexualidad, la amistad y los vínculos, pero también a muchos adultos a quienes el mundo adolescente les es ajeno.

Con solo 17 años, la protagonista de la exitosa serie Heidi, bienvenida a casa (2017) que recientemente desembarcó en Netflix, creó una historia que combina humor y aventura y que además introduce un tema sensible para su generación como el embarazo adolescente. En la novela, Emma, de la misma edad de la autora, queda embarazada de su mejor amigo Nate, y en medio de las inseguridades y miedos que le provocan la inesperada noticia emprende un viaje donde se enamora de otro chico, Theo, algo que tampoco estaba en sus planes.

“Empecé a escribir esta historia en 2018, cuando un día mi mamá me propuso anotarme en un concurso literario donde la consigna era ´un amor de verano´”, cuenta Citterio, quien hereda el oficio de la escritura de su madre Marcela Citterio, guionista de reconocidas tiras juveniles como Patito Feo (2007) y Chica Vampiro (2013).

“En las novelas románticas tradicionales, cuando la mujer se embaraza, se casa, y si es joven deja sus estudios para cuidar a su hijo. Pero Emma quiere estudiar y ser médica”, cuenta la novel escritora sobre el argumento en el que también habla de aborto.

Y aunque no ganó el concurso, la repercusión llegó de forma rápida e inesperada con varias miles de lecturas en la plataforma Litnet y también en Amazon, lo cual la motivó a publicar en papel, y a seguir escribiendo una segunda parte. “La mayoría de quienes me leen son adolescentes y muchas me dicen: ´Cualquiera puede ser Emma´, pero también leen Casi amor las que son madres de adolescentes, porque leyendo la novela logran meterse un poco en las mentes de sus hijas de 17 años, y pueden descubrir un poco qué les pasa cuando les dan un portazo en la cara y no entienden por qué (risas)”.

- ¿Por qué decidiste abordar la problemática del embarazo adolescente?

- Me interesaba hablar sobre esto, porque pasa mucho, pero es algo tabú y las madres adolescentes son marginadas. Y además porque quería transmitir el tema desde un lugar amoroso y romper con los estereotipos. Me metí en un mundo en el que sé que hay cosas espantosas. Todos los días investigo y me llegan noticias. Es muy horrible que en muchos casos las mujeres no tengan la posibilidad de decidir sobre sus cuerpos, como en los casos de niñas violadas obligadas a seguir adelante con sus embarazos. A veces, me pregunto por qué ese odio hacia la mujer, y no le encuentro explicación.

- En la historia queda en evidencia que un embarazo se puede producir desde la primera relación sexual. ¿Sentís que les falta información a los jóvenes?

- Es una realidad que la Educación Sexual Integral (ESI) es algo que falta. Hay quienes no quieren aceptar eso y miran para otro lado. Se culpa a los chicos por no haber pensado bien las cosas y por no haber estado informados. Y muchos adultos dicen que como los adolescentes tenemos internet, sabemos lo que puede pasar. Pero en internet se encuentran mitos e información equivocada. Un montón de amigas, y personas conocidas, confirmaron con este libro que era un mito esa creencia de que en la primera vez no se puede producir un embarazo. Y aunque la protección es una responsabilidad compartida, la culpa casi siempre recae en la mujer. A Emma nadie la ayudó en el camino de descubrir su sexualidad. En mi escuela hay jornadas ESI de todo el día, pero soy consciente de que eso no ocurre en la mayoría de los casos. Tengo amigas que nunca tuvieron una charla y solamente tuvieron 10 minutos de una clase en la primaria, donde les explicaron a las chicas y a los chicos la anatomía de cada sexo por separado. Algo que no tiene sentido. Es un tema que hay que abordar, y es un proceso. Debería ser una materia semanal, porque estas charlas de concientización son esenciales.

- No es tan frecuente que se aborde el embarazo adolescente en una historia de ficción, y menos aún en el género romántico. ¿Qué devoluciones recibiste?

- Cuando arrancó el concurso, tuve muchas lecturas y fue una locura para mí. Recibí muchos mensajes que me pedìan la segunda parte. Muchas chicas me escribieron: “Esto me podría pasar a mí”. Cuando empezó la cuarentena, me daba miedo publicar el libro, pero como había recibido tantos mensajes me animé y fue hermoso. Todo lo que se genera a través de la literatura me emociona muchísimo. También pasó que una amiga empezó a organizar con otra chica un proyecto de educación sexual para presentarle a su colegio. Y para eso me pidió ayuda, y yo le mandé información. Esas son las pequeñas cosas que una hace que están buenas.