En consonancia con la estrategia de ventas de regalar un producto y después cobrarlo, el gobierno porteño dio un paso más en su política de privatizaciones: desde este fin de semana, el servicio de EcoBici comenzará a ser pago para turistas y vecinos de la ciudad, y su uso tendrá una restricción horaria.

La nueva modalidad que el gobierno de Juntos por el Cambio presume de ecológico y beneficioso para la salud tendrá vigencia durante los fines de semana y feriado, y forma parte de las nuevas condiciones del Sistema de Transporte Público en Bicicleta modificado por la Legislatura porteña en noviembre pasado.

Para que esto pueda ocurrir, la administración de Horacio Rodríguez Larreta dio de baja 30 estaciones del sistema de EcoBici y luego las reinstaló en lugares con mayor circulación de turistas y vecinos.

A partir de ahora, los porteños residentes podrán utilizar las bicicletas gratuitamente durante 30 minutos hasta cuatro días hábiles. Si se exceden ese tiempo, tendrán que pagar hasta 100 pesos por hora demás hasta que el rodado sea guardado en la estación de destino.

Esto será así durante los días de semanas. Los sábados, domingos y feriados, el porteño que quiera utilizar una bici deberá pagar sí o sí 70 pesos por un solo viaje de media hora.

También habrá un pase de 300 pesos para cuatro viajes. Mientras que el valor de los feriados será de 150 pesos para cuatro viajes de hasta una hora.

Para los locales también habrá un abono mensual de 700 pesos o anual de 6 mil pesos con el que podrán hacer seis viajes diarios de hasta una hora los siete días de la semana.

La realidad es más cara para el turista. Si quieren hacer hasta seis viajes de una hora cada uno, tendrán que pagar 900 pesos por día o bien 3.500 pesos por mes.

Las bicicletas que hasta ayer los porteños utilizaban gratuitamente no son del Estado y ni siquiera argentinas. La concesión del servicio está en manos de Tembici, la empresa brasileña que cobra 60 millones de pesos anuales desde 2019.

Desde ese año, varias estaciones de EcoBici fueron cerradas con la excusa de que eran rotas o sus bicicletas robadas. Esto dio pie a la reubicación de varias. Pero como de toda necesidad surge una oferta, ahora también las fábricas o empresas podrán pagar para tener una estación cerca a fin de que sus empleados usen los rodados.

El nuevo sistema que regirá a partir de este fin de semana le puso precios a la ley votada en noviembre pasado en el legislativo de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa había sido impulsada por el Juntos por el Cambio y sancionada con 37 votos afirmativos (GEN, UCR-Ev, CF y VJ), 20 negativos (FdT, PTS, FIT, PO y AyL) y dos abstenciones: Roy Cortina y  Hernán Arce del PS.

Durante diez años, el Sistema Público de Bicicletas estaba bajo gestión estatal. Luego se lo privatizó con el argumento de expandirlo, construir nuevas estaciones y agregar más rodados. De las 4 mil prometidas, el sistema tiene registradas menos de mil rodados, de los cuales entre 400 y 500 se encuentran en funcionamiento; y de las 400 estaciones prometidas, menos de 100 habilitadas.