El lazo de Astor con Rosario siempre fue de algún modo privilegiado a partir de 1962 cuando incorpora al rosarino, del barrio de Arroyito, Antonio Agri como violinista en su Quinteto Nuevo Tango. Agri tocó 14 años con Astor en distintas formaciones, incluso, cuando Piazzolla se radicó en Roma en 1974, fue Agri el único músico argentino que llevó para algunas de las grabaciones italianas. 

En 1957 cuando Agri y Omar Torres van al concierto de Astor en 1957, sus vidas musicales quedan transformadas para siempre. Otros rosarinos se cruzaron en la vida de Astor: la amistad con Domingo Federico tuvo varios encuentros, compartiendo cartel con su trío cuando el Quinteto actuaba en Rosario en los primeros años de la década del 60 y compartiendo las clases que dictó el director de música contemporánea Hermann Scherchen. 

En 1970 Piazzolla invita al bandoneonista Antonio Ríos a grabar con él, y junto a Mederos y Leopoldo Federico hacen el arreglo de Astor de Recuerdos de Bohemia. El Cholo Montironi, intérprete dedicado de la obra, grabó en Madrid cuatro arreglos escritos especialmente por Astor. Otros músicos como Fernando Tell –rosarino por adopción-, fue bandoneonista de la Orquesta de Fiorentino que dirigía Astor. Los flautistas Arturo Schneider y Jorge Barone, músicos del grupo eléctrico del 76 y del Nuevo Octeto del 63 respectivamente; Gustavo Beytelmann –de Venado Tuerto pero formado en Rosario- fue el pianista del grupo eléctrico del 77; y finalmente el cellista Carlos Nozzi, en la última etapa del Sexteto, en 1989.

 

Aún está pendiente un registro exhaustivo de todas las actuaciones en la ciudad, pero podemos dar una lista espontánea de sus conciertos. El martes 11 de junio de 1957 presenta en el Teatro El Círculo el Primer concierto de Tango Contemporáneo con su Orquesta de cuerdas y a los pocos meses, en agosto, el segundo, ya con el Octeto Buenos Aires. 

En la década del 60 tuvo numerosas actuaciones casi todas con el Quinteto: en 1962, en El Círculo, justamente con la presentación de Agri (AP, Agri, López Ruíz, Osvaldo Manzi y Kicho Díaz, Héctor de Rosas en canto). Inmediatamente, en la misma gira, organizado por los arquitectos Bonacci, Musumeci y Ciccioli (con la histórica rifa de OVEA) y con el apoyo del ingeniero Pessinis, se presenta en el Auditorio de la Facultad de Ingeniería, es uno de los conciertos memorables. Ya en 1966, de gira con la Compañía de Tato Bores hacen varias funciones en La Comedia y en LT3. En 1969, con la resonancia de Balada para un loco, llega con Ferrer y Amelita Baltar al Círculo. 

Es probable que haya sido en una actuación de comienzos los 70, la vez que el periodista Nacho Suriani lo llevó a ver a Rita la salvaje en el cabaret Bambú India, terminando la noche en una escena surrealista, como la calificaron los cronistas, Piazzolla tocando Adiós Nonino junto a Rita desnuda. 

En septiembre de 1975, con la formación eléctrica, presentando la Suite Troileana, hace tres conciertos impresionantes en la misma noche en El Círculo. Antes del tercero, literalmente se le pincha el bandoneón, lo socorre con el suyo el Dr. Nicolás Costantino, que además de médico tenía un conjunto de la Guardia Vieja; el agradecimiento de Astor vino con ironía, pescando al vuelo el gusto de Costantino: “gracias, aunque un poco duro el fueye, ¡vos seguro que tocás Gitana Rusa!”. 

Con el nuevo Quinteto (Suárez Paz, Ziegler, Console, López Ruiz), se presentó en La Comedia en 1979, con nuevo repertorio y un Tristezas de un doble A, con improvisaciones atonales, ¡de 15 minutos! Volvió en el 80 al Círculo, y en el 82 con dos de los mejores conciertos históricos, nuevamente en La Comedia. Finalmente en el 83, con dos actuaciones programadas en el Teatro Astengo -la segunda suspendida por falta de público-. Cuando le pregunto años después por qué no estaba viniendo a Rosario, una respuesta a lo Astor: “No voy más desde que dejó de actuar Rita la Salvaje”.

Informe:  Jorge Pessinis y Lautaro Kaller