El juez federal Luis Rodríguez procesó por falso testimonio y trabó embargos por 150 mil pesos a los dos testigos que afirmaron en una declaración bajo juramento que habían visto al juez Sebastián Casanello (foto) en la Quinta de Olivos en septiembre de 2015. Esa versión había sido planteada por los abogados Santiago Viola y Claudia Balbín, que representaban en la causa por lavado a Leandro, Luciana y Melina Báez, hijos del empresario Lázaro Báez. Lo hicieron para intentar apartar a Casanello de la causa. En tribunales era insistente la versión de que se trataba de una operación de inteligencia, que en especial el diario Clarín asumió como si se tratara de hechos reales. El relato incluía en el encuentro en Olivos también a Báez. Los testigos que aportaron para describir la supuesta visita de Casanello  fueron Gabriel Corizzo, empleado de Anses y supuesto militante kirchnerista, y el chofer Marcelo Scozzino. Este último declaró que lo llevó a Corizzo a la residencia presidencial. Ambos dijeron que en esa ocasión vieron allí al juez, cuya imagen conocían por la televisión. La resolución de Rodríguez dice que no le pasa inadvertido que la aparición de esta historia fue durante el trámite de un incidente de recusación y que se encaminaba a violar la garantía de juez natural. Pero no avanza, sin embargo, sobre el origen de la maniobra y el papel de los abogados.