desde Lago Puelo
Por la tarde del último día caluroso del año que se esperaba para la zona, la localidad chubutense de Lago Puelo que forma parte de la Comarca Andina del Paralelo 42 vivió uno de sus peores incendios. Hasta el momento las cifras rondan un promedio de 1500 hectáreas afectadas, más de 200 familias que perdieron su casa, al menos una decena de lesionados uno de los cuales se encuentra en grave estado en tanto que se contabilizan cientos de evacuados repartidos por las localidades cercanas, y unas 12 personas con quienes dadas las dificultades de señal, se había perdido contacto. Ayer a la noche arribó a la zona el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié.
Cuando comenzaban a controlarse los incendios de Cuesta del Ternero (El Bolsón) y Mallín Cume camino a la localidad de El Maitén, los vecinos aprovechaban un último día veraniego de cielo celeste hasta que alrededor de las 15 de la tarde apareció una amenazante columna de humo negro en el Paraje Las Golondrinas lindero con la Villa Turismo de El Bolsón. “Los servicios de emergencia detectaron el humo y se acercaron de inmediato al lugar pero no hubo forma de evitar que empezara a devorarse las casas con el viento que había”, explicó uno de los vecinos que salvó por poco sus pertenencias.
En conferencia de prensa, los intendentes de la Comarca Andina (que comprende las localidades de El Bolsón, El Maitén, Cholila, Epuyén, El Hoyo y Lago Puelo) recordaron que los trabajos de combate continúan pese al alivio que significó la lluvia. “Recién a partir de la lluvia se pudo combatir el fuego con expectativas de controlarlo. En este momento se están trabajando los focos que ponen en peligro el bosque y se está realizando un relevamiento de las personas que perdieron todo, también hay un número para recopilar la información de las personas autoevacuadas. Hasta el momento no tenemos registros de victimas”, aseguraron los responsables comunales. Se espera que hoy el ministro de Ambiente los acompañe a recorrer las zonas afectadas.
En la Comarca Andina el verano se vivió bajo la regla que los combatientes de incendios conocen como la de los 30: días de 30 grados o más, ráfagas muy superiores a 30 km/h y una humedad que, debiendo ser mayor a 30% no superó los 15%. Condiciones que se sostuvieron por tres meses. Las lluvias fueron escasas y las temperaturas extremas obligaron a declarar la emergencia ígnea en la zona así como la emergencia hídrica por la falta de agua. El martes se esperaba el último día sin lluvias antes del primero de los diluvios típicos del comienzo del período otoñal pero unas pocas horas bastaron para echar por tierra todas las esperanzas de terminar la temporada de incendios.
No es la primera vez que los intendentes de la Comarca chubutense realizan reclamos junto a los vecinos y los trabajadores de la Dirección General de Servicios Públicos de Chubut que no cuentan con insumos básicos para afrontar las peligrosas maniobras que deben realizar con las abandonadas líneas de alta tensión.
Mientras el foco de Golondrinas llevaba tres horas avanzando al sudeste, a las 18 del martes, se escuchaban acaloradas voces en los handys (único método fiable de comunicación ante el corte total de luz) dando el alerta sobre un nuevo foco declarado sobre la Ruta provincial 45, Paraje Radal, que comenzó a avanzar rotando al sudeste. Ese foco impulsado a grandes velocidades consumió varias hectáreas y convirtió en cenizas la Brigada de Incendios de Golondrinas, dependiente del Servicio Provincial de Manejo del Fuego para luego cruzar la Ruta 40 hasta casi juntarse con el incendio previamente declarado.
“El fuego lo veíamos relativamente lejos, estábamos tranquilos por la lejanía pero en un par de horas pasamos de verlo de lejos a poner todos los medios para prepararnos para lo peor. El tipo de zona es de interfase urbano forestal que es cuando hay viviendas (habilitadas o no) en proximidades del bosque”, explica Guido Claro, vecino de Golondrinas. Este tipo de situación habitacional es moneda corriente en la Comarca y a esto se suma la falta de abastecimiento de agua. Lago Puelo triplicó su población pero continúa abarcando a 20 mil personas con una infraestructura pensada para un pueblo de 5 mil habitantes.
“Al poco tiempo de ver acercarse las llamas empezamos a escuchar explosiones de autos y garrafas mientras atravesábamos ese sentimiento que es el de todo incendio para los lugareños”, agrega Claro. Y es una sensación particular: la tensión de estar a merced de los cambios de viento que en dos minutos pueden ejercer terribles consecuencias. “Según comentan entre los vecinos aunque aún no hay informaciones oficiales, el primer incendio estuvo asociado a una falla en sistema eléctrico. Del segundo se cree que es intencional”, comenta Guido.
Mientras los combatientes enfrentaban las llamas en montones de puntos intentando preservar algunas estructuras, el viento descontrolado hacía que, ya entrada la noche, los dos focos avanzaran destinados a unirse. En el caso de la familia de Guido fue sólo un susto y quedaron entre fuegos. “Todo avanzó muy rápido, y constantemente atravesamos la incertidumbre de no saber cual de los focos iba a llegar primero pero llegamos a estar a 300 metros de distancia en un incendio que en diez minutos puede avanzar sobre todo. El agravante es que en Golondrinas no hay señal por lo que estábamos todos incomunicados. Ni siquiera pudimos saber el estado de situación en otros lugares, o cómo estaban nuestros seres queridos, vimos humo y fuego pero sin tomar dimensión de lo cerca que están las llamas”, relata Guido.
El horizonte para atravesar esa noche fue el pronóstico firme de una lluvia que llegaría a la madrugada y que llegó cuando los habitantes de la localidad de El Hoyo atravesaban un tenso momento al verse rodeados por las llamas sin posibilidad de comunicarse. Allí se perdieron al menos 14 viviendas y el fuego sitió a una gran cantidad de habitantes. Sólo la lluvia torrencial que comenzó pasadas la 1 de la mañana permitió a la Comarca suspirar de alivio.
El sentimiento permitió a algunos sostener una frágil duermevela pero la luz del día lluvioso de miércoles trajo consigo el peso de la nueva realidad. El paisaje de esa zona ya no existe más. “Lo terrible es salir el día después. El momento en que salís a recorrer esos lugares que conocés ves algo devastador, estamos acostumbrados a los incendios forestales pero esta vez incluyen viviendas. familias, seres queridos, vecinos que debieron irse y volvieron para encontrarse con que ya no quedaba nada...”, concluye Guido.
Las imágenes de los días posteriores son la confirmación de un miedo que la Comarca atraviesa hace tiempo. ¿Qué pasa si un día no tenemos suerte y no llegamos a contener los focos que se producen a razón de uno por día en la zona? La respuesta es el paisaje de la Ruta 40 entre Radal y Golondrinas: casas hechas escombros, postes de luz con sus cables atravesando la ruta, esqueletos de lo que ayer eran árboles y pueblos sin luz ni agua que seguirán así por varios días.
En el medio de tanta tristeza de ver familias sin hogar y paisajes ayer verdes vueltos carbón, crecen las iniciativas solidarias desde todos los puntos del país. Además, el acompañamiento de una comunidad que se reconoce como Comarca Andina del Paralelo 42, que puede tener un miembro de cada familia en distintas localidades pero que siente como propio ese bosque que se quema a escasos 20 kilómetros de distancia.