“Tenemos una abundancia de leyes y la violencia sigue dándose, hay que pensar alternativas, evidentemente lo que hay no está dando resultado”, dijo Perla Prigoshin, en referencia a la perspectiva punitivista en una entrevista con Catamarca/12 este 8 de marzo.

Respecto los resultados, los números están a la vista. En su faz más drástica la violencia de género ha producido en lo que va de año la muerte de 55 mujeres, según el Observatorio Ahora que Sí Nos Ven.

Cómo abordar la complejidad de tantos y tan fuertes imperativos patriarcales que ejercen sobre el varón mandatos que lo llevan a convertirse en un arma letal para la mujer, para sí mismo y para la estructura social. Ser Proveedor. Ser Protector. Ser Procreador. Ser Autosuficiente. Son los cuatros mandatos más fuertes que están grabados con fuego en la masculinidad hegemónica.

En este sentido, hay cada vez más acuerdo en que la deconstrucción que se lleva adelante en relación con el patriarcado debe tener un foco determinante en la figura del varón.

Desde la perspectiva de género, “la masculinidad es una construcción social y cultural que varía según las sociedades y los diferentes momentos históricos, por lo tanto, existen distintas apropiaciones de lo que se considera masculino y propio de los varones: existen distintas maneras de vivir la experiencia masculina”; por eso hoy se habla de masculinidades teniendo en cuenta la variabilidad en el género masculino.

En Catamarca han surgido varias iniciativas, tanto en el ámbito de lo privado como en el estatal para el abordaje de la violencia de género en los varones. Desde 2017, funcionan Círculos de varones y desde hace seis meses se está articulando en la provincia la Red Nacional de Buenas Masculinidades. En el ámbito estatal esta semana se oficializó la nueva Secretaría de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Provincia, mientras que el intendente de la capital, Gustavo Saadi, anunció en su discurso de apertura del Concejo Deliberante la creación de una Secretaría de la Mujer en el ámbito municipal. 

Red Nacional 

Paola Barrionuevo es la coordinadora provincial de la Red Nacional de Buenas Masculinidades. “Desde la red buscamos formalizar la creación de un dispositivo de asistencia a los varones violentos”, señala. Y agrega: “Hay que fortalecer los factores protectores dirigidos a la prevención y eliminación de la violencia”.

La especialista identifica esos factores de protección como las “herramientas que todas las personas tenemos para resolver situaciones emocionales violentas, que permiten el autocontrol ante esas situaciones”. Sin embargo, aún en Catamarca se encuentran en la etapa de capacitaciones.

Por su parte, desde la Coordinación nacional, María Eva Sanz, señaló que en la Ciudad de Buenos Aires, hay 11 grupos conformados, con más de 120 varones, todos derivados de la Justicia.

Sanz, que coordina la Red a nivel nacional junto a Hebe Muñoz, explicó que trabajan sobre cuatro ejes: prevención, asistencia, capacitación, e investigación de la violencia masculina.

De un estudio realizado por la Red de Buenas Masculinidades, “se desprende que la demanda surge principalmente por un lado por vía judicial 61% y por el otro, de manera espontánea por parte del varón, quien en general ya tuvo un recorrido previo por la Justicia”.

Con respecto a antecedentes de violencia en la familia, “El 55% de los varones recuerdan que su padre amenazaba, despreciaba, insultaba o golpeaba a su madre. El 61% de los varones era golpeado, amenazado, insultado, despreciado o sufrió algún otro tipo de maltrato en su niñez, por parte de su padre en el 70% de los casos, su madre en el 26% o por otros miembros de la familia en un 4%”.

Teniendo en cuenta otras variables de violencia social a las que fueron sometidos, “El 44% de los varones ha sido violento con compañeros/amigos y otras personas fuera de su familia. El 47% ha sido arrestado por lo menos una vez. El 38% manifestó que su familia cuenta con antecedentes de alcoholismo".

Respecto al modelo patriarcal y las idealizaciones sobre la mujer, el 73% de los varones se posicionó desde un modelo patriarcal, caracterizando al ideal de mujer como: “Madre dedicada, comprensiva y afectuosa, fiel, que se encargue de la casa y la familia”. Y al ideal de varón como: “Trabajador, el que lleva dinero al hogar y le da lo necesario a la familia, que cuidan de los suyos”.

Pero la decepción no se hace esperar, “un 60% reconoció sentirse decepcionado con sus parejas por no verlas a la altura de ese ideal”.

La Red está integrada por voluntarias y voluntarios y, según señalaron, no reciben ayuda del gobierno.

Nueva Secretaría de Mujeres

La encargada de la Secretaría de Mujeres, Géneros y Diversidad, María Carrizo, señaló que “desde la sanción de la ley 26485 se trabajó solo con la mujer víctima, y para los agresores se esperaba la sanción, que tiene que ver con una mirada más punitiva o de seguridad del hecho de las  violencias. El correr del tiempo nos hizo entender que la lucha es contra el patriarcado, por lo tanto se debe trabajar prevención desde los cero años, trabajar con los adolescentes mucho para justamente estas masculinidades sin violencias”.

María Carrizo, secretaria de la Mujeres, Géneros y Diversidad.

Carrizo agregó que desde la Secretaría dentro de su nueva área de políticas públicas contra las violencias está elaborando un programa para agresores.

Por otra parte, resaltó que Catamarca no cuenta con un sistema de estadística, herramienta importante para el abordaje de los casos.

“El tema de las estadísticas tiene su historia”, relata la flamante secretaria, “en el año 2012, el ex Consejo Nacional de la Mujer firmó un convenio con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) a fin de diseñar y desarrollar un registro que pueda cumplir con lo indicado por la normativa vigente. Así es que el INDEC creó el Registro Único de Casos de Violencia contra las Mujeres (RUCVM). En octubre de 2019 el INDEC transfirió el RUCVM al ex INAM que era el organismo con competencia primaria en la materia en virtud de la Ley N° 26.485. No obstante, el traspaso se realizó sin las herramientas técnicas necesarias para el correcto funcionamiento del Registro, por lo cual, nunca estuvo operativo en el INAM, y eso hizo que en las provincias como Catamarca no tengamos registro”.

Sin embargo, con la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad el Estado ahora es competente para diseñar e implementar registros de situaciones de violencias. Así lo confirma Carrizo: “Este año por medio de la resolución 48/2021 de dicho Ministerio, se creó el Sistema Integrado de Casos de Violencia por Motivos de Género (SICVG) en la órbita de la Dirección Nacional de Planificación, Seguimiento y Gestión de la Información de la Unidad de Gabinete de Asesores del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, con el objetivo de sistematizar la información disponible sobre casos de violencia por motivos de género y de constituir una herramienta de consulta y seguimiento que permita el diseño de políticas públicas sobre un sustento empírico del fenómeno de la violencia a nivel nacional, y nuestra provincia adhiere por decreto del Ejecutivo, plasmado en el Acuerdo Federal firmado el 8 de marzo por el Presidente junto a los gobernadores”, concluyó.

Circulo de Varones de Catamarca

Mientras las estructuras estatales se sacuden el polvo rancio del patriarcado institucionalizado, es un hecho que ya nadie queda ajeno a las interpelaciones que el feminismo puso en el centro de la sociedad, ni a la violencia sobre las mujeres cada vez más visibilizada. ¿Cómo ser ajenos a un femicidio, a un travesticidio? ¿Cómo ser ajeno a nuestras propias experiencias de violencia? Sebastián Vergara es uno de los fundadores del Círculo de Varones de Catamarca, y cuenta parte de esta búsqueda hacia nuevas masculinidades.

“La experiencia del círculo de varones es como hija del 8 de marzo. Alrededor del 2017 o 2018, algunos varones de distintos espacios de militancia de Catamarca nos empezamos a preguntar a raíz de la interpelación de las compañeras para que no participemos en las marchas, qué otra cosa podíamos hacer. Se fue armando un grupo lindo, pero bastante inestable, a veces también ambiguo, precario, por decirlo de alguna manera. Creo que es propio de la masculinidad del siglo XXI, el espacio creo que refleja el estado de situación en que se encuentran las masculinidades, fuertemente interpeladas por los movimientos feministas, y también en búsquedas, siento que hay una búsqueda que es legítima, creo que hay preguntas e interpelaciones que son muy profundas que van generando cambios micropolíticos, que tienen que ver con la forma de concebir nuestra afectividad y nuestra forma de razonamiento, nuestras propias prácticas corporales, en fin, algunas dimensiones a veces negadas por el patriarcado o bastantes hegemonizadas por cierto tipo de masculinidad”.

Además del Círculo de la capital, se activó otro en Belén, Vergara cuenta parte de las dinámicas de las reuniones: “Empezamos a tomar algunas interpelaciones de los feminismos, por ejemplo qué hacemos si no vamos a la marcha, en ese momento fue asumir el cuidado de les niñes. Después, empezaron a aparecer otros temas: nuestras prácticas violentas, los varones que ejercen violencia en nuestros espacios de militancia o amistades, también las propias experiencias traumáticas o de violencia sobre nuestros cuerpos que atravesamos a veces en nuestras infancias, de abuso sexual incluso, que son también experiencias a veces muy negadas e invisibilizadas, porque acarrean mucha vergüenza para los varones”.

Otro universo importante que abren los círculos, es la posibilidad de aprender a compartir espacios íntimos: "En los encuentros salen muchas experiencias personales muy movilizantes que se comparten quizás por primera vez con otros varones, porque a diferencia de las mujeres, los varones no construimos vínculos de cierta profundidad e intimidad para compartir otras cosas. Entre los amigos por lo general hablamos poco de nuestra afectividad. Y es necesario hablar de las cosas que nos duelen, que nos inquietan, que nos interpelan y que también a veces nos desconciertan. Me parece que el desconcierto, la desorientación es una de las características de las masculinidades en la actualidad, muchas veces no sabemos qué hacer con las interpelaciones de las compañeras y no somos capaces de generar espacios, ni figuras de referencia para buscar respuestas que vayan por fuera de la norma”.

Centro para varones violentos

En tanto, en Catamarca a finales del año pasado se dio media sanción en Diputados a un proyecto para crear El Centro Integral Para Varones en Situación de Violencia (CIPVSV), el cual se sumaría a una serie de iniciativas institucionales que buscan combatir la violencia de género no sólo desde lo punitivo, sino también desde el cambio cultural y la formación de nuevas masculinidades.

Uno de sus impulsores, el diputado Juan Dedett (FdT), señaló que la iniciativa busca “trabajar de manera integral a fin de evaluar, asistir educar, reeducar, reinsertar, rehabilitar y concientizar a varones que ejercen o han ejercido violencia”. El centro prevé un enfoque interdisciplinario, con un gabinete formado por especialistas en género que contempla psicopedagogos, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, abogados y comunicadores.

De este modo se llevarán a cabo talleres, sin límite de edad, que promuevan un cambio en los varones en situación de violencia y así puedan ejercitarse en “una masculinidad comprometida con la igualdad” y “generar vínculos afectivos sanos”.

El proyecto incluye la creación del Centro un Registro Único de Agresores, “en el cual se inscribirá a aquellos agresores que hayan sido denunciados penalmente, que tengan proceso pendiente y antecedentes de violencia. Dicho Registro deberá realizar un relevamiento anual sobre la tasa de violencia en la provincia”.

Un aspecto importante del Centro es que el proyecto no sólo prevé asistir a los agresores, sino también a los que voluntariamente decidan someterse a este tratamiento a los fines de crear un nuevo tipo de masculinidad.

Si se tiene en cuenta la demora del sistema judicial, así como la necesidad de avanzar no sólo en medidas punitivas, sino que además contemplen un cambio cultural, la diferentes iniciativas, como el trabajo de La Red de Buenas Masculinidades, y la implementación de Centro Integral para Varones en Situación de Violencia, estos espacios cobran una necesidad urgente de prevención y acompañamiento importante, con la posibilidad de que aquellos casos que no se denuncian puedan encontrar también una vía de atención.

En el caso del Centro Integral para Varones en Situación de Violencia, existen experiencias positivas en otras provincias como Córdoba y  Neuquén.