El descubrimiento de una granja de la compañía de artículos de lujo LVMH generó polémica en Australia. El lugar, ubicado en una zona de difícil acceso, tiene como único objetivo la cría de una raza específica de cocodrilos para la posterior comercialización de su piel.
Ante la alta demanda de artículos fabricados con piel de cocodrilos, LVMH y la casa de modas Hermès acumularon en la última década numerosas granjas de estos animales en Australia.
Esta finca particularmente fue adquirida por la empresa en 2017 y su acceso es complicado debido a que se encuentra entre terrenos empinados y múltiples arroyos. Durante la temporada de lluvias, que tiene lugar de noviembre hasta marzo, sólo se puede llegar en helicóptero.
Criar cocodrilos para hacerlos carteras
A fines de febrero, la actividad de estas granjas se intensifica porque coincide con la puesta de huevos de los reptiles. Alrededor de 4.000 huevos son recolectados por año en los alrededores de la granja para luego ser trasportados a Coolibah, donde se los coloca en incubadoras hasta que eclosionan.
En una habitación, las cajas repletas de huevos se conservan en estantes separados por un corredor con una temperatura constante de unos 33ºC.
“Son muy sensibles a la temperatura. Al comienzo de la etapa de incubación, nos permite determinar el sexo de los ejemplares. Nos interesan en particular los machos, porque crecen más rápido”, explicó Ben Hindle, director de dos granjas de LVMH en Australia.
Las crías recién nacidas emiten un sonido monocorde para “llamar a sus hermanos para que eclosionen sus huevos, incubados todos al mismo tiempo”, agregó.
Una vez que nacen, las crías son trasladadas a los criaderos, del tamaño de un granero, y se las deposita en grandes vasijas con agua parcialmente cerradas. Allí se las agrupa en camadas de entre 30 y 40 durante aproximadamente nueve meses y se las alimenta seis veces a la semana con carne picada de canguro.
Pequeñas escamas ideales
Estos cocodrilos, que tienen pequeñas escamas ideales para la fabricación de carteras y bolsos de acuerdo a sus criadores, pasarán el tercer y último año de vida en recintos individuales alambrados, en un gran campo, para evitar que se muerdan o rasguñen la piel, y luego serán sacrificados con pistola eléctrica.
“La piel del vientre está conformada por escamas muy pequeñas, detalle muy apreciado en particular para confeccionar bolsos”, precisa Hindle.
La piel de los ejemplares es enviada a Singapur, a una curtiembre comprada por LVMH en 2011, que provee cuero a todas las marcas del grupo.
Protestas contra la actividad de la empresa
A pesar de su alta demanda, los cueros exóticos de la industria del lujo suelen ser muy criticados y grandes marcas, como Chanel, decidieron renunciar a esta industria.
Tres activistas de la asociación PETA, en bikini y con máscaras de cocodrilos, se manifestaron este jueves ante un local de Hermès en Sídney.
“Un animal muy inteligente y sensible es criado en cautiverio y sometido a una vida horrible de sufrimientos antes de ser sacrificado para fabricar artículos de lujo”, resaltó una de las activistas, Aleesha Jones.
LVMH, por su parte, se defiende: “Dejen libres a nuestras marcas de utilizar estos materiales y a nuestros clientes de comprarlos. Intentamos las mejores prácticas posibles...”, señala un responsable.
Grahame Webb, presidente del sector Cocodrilo en la Unión internacional para la protección de la naturaleza, ayudó a LVMH defendiendo la explotación comercial de los reptiles, un compromiso que, según él, es necesario para preservar una especie que cayó al borde de la extinción en la década de 1960.
“Nunca se logrará hacer simpáticos a los cocodrilos entre la gente que vive cerca de ellos. Pero si se les otorga un valor económico, esas personas estarán dispuestas a soportarlos”, plantea.
Entre la explotación y el turismo, ingresaron casi 80 millones de dólares al Territorio del Norte en 2017.