“No hay señal, no hay electricidad, no tenemos nada”, cuenta abrumado Gustavo Nicola, coordinador de los bomberos voluntarios que trabajaron hasta esta madrugada en la primera línea para evitar que el fuego avanzara sobre las casas del barrio El Pinar, en Las Golondrinas, Chubut. Allí, unas 250 viviendas fueron destruidas por las llamas luego de una jornada en donde los cinco focos de incendio que ardían entre Lago Puelo y el Hoyo parecían devorarlo todo. Este miércoles el panorama es esperanzador: llovió y el fuego se redujo a cenizas. Ahora resta el trabajo para evitar nuevas propagaciones y revisar los escombros. “Hemos visto mucho morbo turismo. No es momento para venir a sacar fotos, hay gente que perdió todo”, pidió encarecidamente el encargado de coordinar el Consejo de Federaciones de Bomberos Voluntarios a los curiosos que se acercan para ver las casas arrasadas.
“El incendio se inició el martes a las 15. Nosotros llegamos ayer y estuvimos todo el día y toda la madrugada trabajando para frenar el fuego”, le cuenta a Página/12 Nicola, que es cordobés pero estaba en Buenos Aires cuando recibió el alerta. En total, unos 70 bomberos voluntarios de Chubut y Neuquén fueron convocados para sumarse al operativo.
El panorama, este miércoles, es menos angustiante: ya no hay llamas comiéndose la ruta ni un humo espeso negro cubriéndolo todo como se pudo ver ayer en las cientos de imágenes y videos que circularon por las redes sociales.
“Ahora ya no hay fuego descontrolado. Sí quedan muchos puntos calientes, brasas y bastante viento por eso seguimos trabajando en los perímetros, con guardias de cenizas, para evitar la propagación. Ayer llovió y eso ayudó a sofocar las llamas del foco principal ubicado entre Lago Puelo y El Hoyo. Todavía hay fuego en El Maitén y Cholila pero ya están circunscritos”, informa el bombero.
La zona más afectada fue la parcela 26 del barrio El Pinar, ubicado en Las Golondrinas. Allí, cuenta Nicola, las casas fueron arrasadas por el fuego, destruidas al ras del piso. “La mayoría de las casas que se destruyeron por completo eran casas precarias. También hay casas de material que quedaron con daños estructurales. Ahora estamos haciendo lo que se llama escombriamiento, que básicamente es recorrer las casas quemadas y ver que no haya víctimas entre los escombros”, agrega.
El coordinador de los bomberos voluntarios cree que entre el trabajo en los escombros y la contención de las cenizas para evitar posibles propagaciones podría llevar tres o cuatro días más. “Siempre y cuando los focos que quedan no revivan y se empiecen a expandir”, dice.
“Hemos visto mucho turismo morboso o morbo turismo, como lo apodamos. Estábamos trabajando, yendo y viniendo por la ruta, y la gente acercándose como turistas para ver las casas quemadas o el fuego lo más de cerca posible. Hay que ponerse en la piel de quien perdió todo, que está llorando con sus familiares viendo su casa quemada... Y del otro lado de la ruta otros sacando fotos. No es momento para venir a sacar fotos”, pide de manera encarecida.
Cómo funciona el Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios
El Consejo de Federaciones de Bomberos Voluntarios de la República Argentina representa a las más de mil asociaciones de bomberos voluntarios que hay a lo largo y ancho de todo el país. Estas asociaciones están a su vez agrupadas en federaciones provinciales, y estas federaciones son las que tienen representación en el Consejo Nacional. En total hay 27 federaciones provinciales, porque las provincias más grandes tienen más de una distribuidas por zonas.
La función del Consejo Nacional es coordinar entre todas las federaciones y destacamentos de bomberos voluntarios el traslado de brigadistas cuando los siniestros requieren más recursos de lo que cuentan las administraciones provinciales. Esto suele suceder con los incendios forestales y las inundaciones.
“Estos incendios de grandes magnitudes duran mucho tiempo por eso es necesario el recambio de personal. A veces los brigadistas trabajan 48 horas seguidas en el lugar y ahí necesitan el recambio por otro bombero. Por eso se coordina con todos los bomberos voluntarios del país”, explicaron desde el Consejo.
La coordinación funciona a través de un sistema de alertas. Cuando se desencadena el siniestro se eleva un alerta amarilla para poner en conocimiento a los destacamentos de las zonas más cercanas. Cuando pasa a roja se coordina la movilización de brigadistas desde otras provincias. Las movilizaciones, explican, se hacen siempre de manera coordinada con Protección Civil y el Ministerio de Seguridad nacional.
En cuanto al financiamiento, las asociaciones y federaciones reciben recursos desde el Ministerio de Seguridad para financiar los costos de funcionamiento, equipamiento y capacitación.