En el primer año de gestión del Gobierno de Mauricio Macri se destruyeron 4462 empresas. Más de 2500 firmas que dejaron de existir correspondían al segmento de las micropymes, de hasta 10 empleados, aunque se registró pérdida de emprendimientos de toda magnitud en ese período. La cantidad de compañías que operan en la economía nacional decreció en tres de los cuatro trimestres del año –el primero, el segundo y el cuarto– respecto del trimestre anterior. Además, en 2016 se redujo un 1 por ciento el empleo formal, que equivale a 68.314 puestos, y el salario promedio de los trabajadores registrados subió 35,9 por ciento, 5 puntos por debajo de la inflación. Los datos fueron publicados ayer por el Indec.
Según los registros del sistema previsional, la cantidad de trabajadores formales se ubicó en el cuarto trimestre de 2016 en 6.452.307, una baja del 1 por ciento frente al mismo período de 2015. El mayor deterioro del empleo se verificó en los primeros tres meses del año pasado, con una baja del 0,6 por ciento de los puestos formales. La caída fue del 0,5 por ciento en el segundo trimestre frente al trimestre anterior y del 0,1 por ciento en el tercer trimestre. Recién sobre el final del año se registró un avance del 0,1 por ciento en el empleo, que no logró compensar la pérdida de ocupación del 2016.
A nivel sectorial, el mayor deterioro del empleo se verificó en la construcción, con una caída del 8 por ciento, ante la paralización de la obra pública y de los desarrollos privados en el contexto recesivo. La industria manufacturera perdió el 3,7 por ciento de sus empleados formales, afectada por la caída del consumo en el mercado interno, el aumento de las importaciones de bienes de consumo finales, el encarecimiento del crédito y de otros costos como los insumos importados y las tarifas. También perdieron empleo la minería (-6,9 por ciento), actividades inmobiliarias (-2,5), transporte, comunicaciones y almacenamiento (-0,3), hoteles y restaurantes (-0,4) y pesca (-0,4 por ciento). En cambio, subieron su plantilla agricultura y ganadería (2,2 por ciento), electricidad, gas y agua (1,9) e intermediación financiera (1,7). Los tres sectores fueron beneficiarios directos de la devaluación y quita de retenciones, suba de tarifas e incremento de la tasa de interés, respectivamente.
En todas las provincias se redujo el empleo formal, con las excepciones de Jujuy, Tucumán, La Pampa y Córdoba. La situación es particularmente compleja en Tierra del Fuego, donde el empleo cayó 12,8 por ciento a lo largo de 2016. Ese desempeño estuvo vinculado a los graves problemas que enfrenta la industria de la electrónica ante la baja de las ventas y la apertura de importaciones. En Santa Cruz el empleo cayó 9,9 por ciento; en San Luis, 7,3 por ciento; y en Formosa, 6,9.
Los datos sobre la evolución de los puestos de trabajo formales se complementan con los registros de cantidad de empresas. El informe publicado por el Indec detalla que en el cuarto trimestre de 2016 había 573.987 firmas, una baja de 4462 unidades frente a las 578.449 del mismo período de 2015 (el 0,8 por ciento). Para analizar por tamaño de empresa hay que retomar el informe de hace un año, cuando la cantidad total de empresas era para el Indec de 577.106. Ese número fue revisado en el documento publicado ayer, pero sirve para estudiar el comportamiento desagregado.
En el cuarto trimestre de 2015 había 493.205 empresas de menos de diez empleados, mientras que a fines del año pasado ese número se ubicó en 490.533 firmas (una baja de 2672 emprendimientos, el 0,5 por ciento del total de empresas de ese tamaño). Se destruyeron 249 empresas de entre 11 y 51 empleados (0,4 por ciento) y 139 de entre 51 y 200 empleados (0,9 por ciento). En el segmento de entre 201 a 1000 empleados se registraron 36 empresas menos (1,1 por ciento menos para ese tamaño) y bajó en 24 el número de empresas con más de 1000 empleados (5 por ciento menos).
Si bien el mayor número de empresas que cerraron se ubicó en el segmento de menor tamaño, porcentualmente quedó más afectado el capítulo de las empresas de mayor porte. De cualquier manera, los datos muestran que la situación económica no distinguió por tamaño de empresa sino en todo caso por el rubro al que se dedican, dado que el agro, los servicios públicos y los bancos aumentaron el empleo (aunque no está disponible la información sobre cantidad de empresas desagregadas por sector económico). Los sectores que mayor complicación experimentan son los que más estrechamente están ligados al mercado interno y/o a Brasil, como textiles, calzado, metalmecánica, edición e impresión y un segmento de las alimenticias.
Por el lado de los salarios, el Indec calculó que en 2016 el incremento promedio para los trabajadores formales fue del 35,9 por ciento. Ese avance quedó por debajo de la suba de precios, que se ubicó en el 40,3 por ciento según el promedio de las consultoras privadas que reúne el IPC-Congreso o en 41,0 por ciento según el índice de la Ciudad de Buenos Aires. La reducción del poder de compra del salario junto a la caída en el empleo formal e informal explican la reducción de la masa salarial, que determinó la baja del consumo.