No se abrazaban. No podían. Sonaba Piazzolla. Se estiraban y no llegaban. Es la imagen que transmitió la performance que realizaron decenas de organizadores de milongas y profesionales del tango el jueves al atardecer frente a la sede del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Le reclaman a la Ciudad que apruebe los protocolos que permitan el retorno a su actividad. La fecha era doblemente simbólica. Por un lado, por el centenario de Ástor Piazzolla, cuya música sostenía la escena. Por otro lado, porque exactamente un año atrás los organizadores de milongas, en una asamblea multitudinaria, acordaba suspender sus actividades, nueve días antes de que el gobierno nacional decretara el aislamiento social, preventivo y obligatorio. 365 días después, el costado social del tango es el único rubro cultural aún sin autorización oficial para trabajar.

Desde las dos organizaciones que nuclean a los gestores de las milongas (AOM y MiSeSo) acusan al gobierno de Larreta de hacer “márketing mentiroso” en torno al tango, critican el “presupuesto ínfimo” que la cartera que dirige Enrique Avogadro destina al sector y señalan como “un papelón internacional” la última edición del festival TANGO BA, que tuvo una modalidad virtual plagada de críticas y a la que renunciaron cantidad de artistas. En el programa exclusivamente dedicado al rubro milonguero, BA Milonga, denuncian que el aumento de 2020 estaba por debajo de la inflación y que para este año ni siquiera hubo una actualización semejante. El monto es el mismo, reclaman.

Así las cosas, desde AOM y MiSeSo reclaman la puesta en marcha del protocolo que permita regresar formalmente a la actividad (porque en la práctica ya abundan las milongas “clandestinas”) y la aparición de una ayuda económica extraordinaria que ayude a paliar la situación. En cuanto al protocolo mismo, las organizaciones destacan que consensuaron –y obtuvieron el visto bueno- de Nación para un protocolo que elaboraron junto a Defensoría de la Ciudad y epidemiólogos.

Desde el Gobierno de la Ciudad no hay respuesta oficial, aunque fuentes del ministerio de Cultura aseguraron a Página/12 que trabajan en la elaboración de su propio protocolo. Allí argumentan que lo anunciado por Nación no es más que “una guía de consejos” para los protocolos que deben luego implementar las distintas jurisdicciones. Ponen como ejemplo el cine, que tuvo su “guía” desde Nación en noviembre, en febrero se elevó la propuesta porteña y que, por el incremento de contagios después de las fiestas, su aprobación se pospuso hasta hace una semana. Desde las oficinas de Avenida de Mayo 575 sostienen además que trabajan por un “protocolo que permita el baile de parejas estables o convivientes y con delimitaciones marcadas en el piso”.

En cuanto al reclamo monetario, desde Cultura porteña insisten en señalar los números de 2020 y prometen que a fines de marzo se abrirá la convocatoria a la edición actual de BA Milonga. En la protesta, sin embargo, Página/12 pudo oír a distintos organizadores y miembros del consejo asesor de BA Milonga comentar los tropiezos administrativos que complicaron el cobro efectivo de distintos espacios.

En las pancartas del jueves se leían consignas sencillas y claras: “El tango es cultura y es trabajo”, “Un año sin trabajo en el tango”, “Patrimonio Cultural Invisible” y una muy clara: “el tango quiere volver a caminar”.

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