El agente de la Policía Metropolitana de Londres, Wayne Couzens, fue detenido por el secuestro y asesinato en Londres de Sarah Everard, una ejecutiva de marketing de 33 años que se encontraba desaparecida desde el 3 de marzo.
El hombre de 48 años, que este sábado compareció por primera vez ante un tribunal, fue detenido el martes por la noche en Kent (sureste de Inglaterra), donde vive y donde el miércoles fue descubierto el cuerpo de la víctima en un bosque. Los restos fueron identificados formalmente el viernes.
En la noche de la desaparición, la joven había visitado a unos amigos en Clapham, al sur de Londres, y regresaba a su casa en Brixton, a unos 50 minutos a pie, cuando desapareció alrededor de las 21.30. Fue más o menos a esa hora cuando conversó por teléfono con su novio, la última comunicación que se le conoce a la víctima.
Tras ser reportada su desaparición, los investigadores realizaron visitas a unas 750 viviendas, revisaron numerosas grabaciones de cámaras de seguridad y recibieron al menos 120 llamadas de ciudadanos que intentaban aportar datos.
Carteles con su fotografía fueron colgados en las calles y compartidos en redes sociales; y los investigadores incluso hicieron un rastreo en un estanque en un parque cercano a la zona donde fue vista por última vez.
Las autoridades aclararon que Couzens no estaba en servicio en el momento en el que Everard desapareció. El acusado se unió a la policía de Londres en septiembre de 2018 y desde febrero de 2020 formó parte de una unidad armada y uniformada responsable de proteger las embajadas y otras representaciones diplomáticas.
Tras su detención, Couzens fue trasladado al hospital en dos ocasiones tras ser encontrado dentro de su celda con heridas en la cabeza. Además, una mujer de unos 30 años, que fue arrestada anteriormente bajo la sospecha de haber ayudado al policía, fue puesta en libertad bajo fianza. Sin embargo, está previsto que regrese a una comisaría de policía a mediados de abril.
El caso despertó una gran conmoción tanto en la sociedad como en la clase política en Reino Unido, mientras avanza la investigación que podría enmarcarse como un femicidio. El jueves, la diputada Jess Phillips leyó en la Cámara de los Comunes los nombres de 118 mujeres asesinadas el año pasado en el país.
Asimismo, varias asociaciones convocaron concentraciones en memoria de Sarah Everard, a pesar de que la policía aclaró que las reuniones son ilegales debido a las restricciones por la pandemia. Durante la tarde de este sábado distintas personas realizaron un altar improvisado en memoria de la joven.
Por otro lado, el primer ministro Boris Johnson se refirió al caso a través de su cuenta de Twitter: "Esta noche Carrie y yo encenderemos una vela por Sarah Everard y pensaremos en su familia y amigos".
Y agregó: "No puedo imaginarme lo insoportable que es su dolor y su dolor. Debemos trabajar rápido para encontrar todas las respuestas a este horrible crimen. Haré todo lo que pueda para asegurarme de que las calles sean seguras y asegurarme de que las mujeres y las niñas no sufran acoso o abuso".