Silvio Antonio Favero, un diputado de Brasil que recientemente había propuesto un proyecto de ley en Mato Grosso do Sul para impedir la vacunación obligatoria contra el coronavirus, murió en las últimas horas víctima de esta enfermedad. El legislador había sido internado el jueves pasado por complicaciones relacionadas al virus.
Favero, de 54 años, era diputado de la Asamblea Legislativa de Mato Grosso do Sul por el Partido Social Liberal (PSL), la fuerza política por la que Jair Bolsonaro fue elegido presidente en 2018 y de la que finalmente se alejó por diferencias en distintos frentes.
Compartía con el mandatario brasileño sus dudas sobre la eficacia y la seguridad de las vacunas contra el coronavirus, por lo que en el último tiempo había propuesto un proyecto de ley ante el legislativo de Mato Grosso do Sul para “garantizar el derecho del ciudadano a decidir si quiere o no ser vacunado”.
Actualmente, argumentaba el legislador en el texto de su proyecto, "no hay seguridad total sobre la seguridad de las vacunas, ya que eventuales efectos colaterales pueden ofrecer un riesgo irreparable a mediano y largo plazo que por ahora son desconocidos”.
Bolsonaro, cuestionado mundialmente por su negacionismo ante la pandemia, a la que llegó a calificar como una "gripeciña", ya advirtió que en su país la vacunación no es obligatoria, pese a que la Corte Suprema autorizó a los gobiernos regionales y municipales a imponer sanciones a quienes se nieguen a inmunizarse, como dificultarles el acceso a servicios públicos.
Coronavirus en Brasil
Brasil, con más de 277.000 muertos, es el segundo país con más víctimas fatales por coronavirus, superado solo por Estados Unidos. En las últimas 24 horas se registraron 76.178 contagios y 1.997 decesos.
La pandemia, allí, se encuentra en plena fase ascendente, en parte por la circulación de nuevas cepas del virus como la variante que tuvo origen en la Amazonia y que, según investigadores, es tres veces más contagiosa que la original.
Además, la crisis sanitaria se intensificó en los últimos días, con la falta de camas de terapia intensiva en casi todos los estados del país. Los más afectados por el colapso son Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul.
Casi todo el país está bajo un toque de queda nocturno, en los estados con mayor población los comercios permanecen cerrados y sólo se permiten las actividades esenciales. Con estas medidas las autoridades intentan evitar el colapso total de los hospitales. Algo que está próximo a ocurrir, según el último boletín de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), uno de los más importantes centros de investigación.