Roadkill comienza con el sueño húmedo de cualquier político. Peter Laurence (un notable Hugh Laurie) sale victorioso de la corte tras haber ganado un juicio contra un diario por difamación. Es el más carismático de los ministros del gabinete británico y muchos auguran que será la nueva estrella de su partido. “Estoy orgulloso de ser uno de los pocos políticos que viene del mismo extracto que la mayoría de la gente que represento y nunca me voy a olvidar de eso”, dice frente a las cámaras. Pero también tiene varios trapos sucios por esconder. El drama, en sus cuatro episodios, seguirá lo que puede ser su desembarco en Downing Street 10 o su irremediable caída frente al ojo público. La miniserie tendrá su estreno este jueves a las 21 por OnDirectv y también estará disponible en la plataforma de streaming.
El ministro de transporte puede hablar del Manchester United por la radio, sacarse selfies con sus seguidores y definirse como un “un conservador relajado que ama el progreso”. El mayor logro de la pieza es la personalidad de su protagonista, más complejo que un antihéroe o un villano, lo cual la aleja de la inevitable comparación con House of Cards. Por otra parte, el relato propone varias subtramas con los entretelones del poder. “Trata sobre el precio que alguien está dispuesto a pagar para llegar a la primera posición y el precio que obliga a pagar a todos los demás, principalmente a su familia, pero también a aquellos que le prometen su lealtad. Es un hombre relativamente libre de la gravedad de la culpa y cuya misión en la vida es seguir avanzando y no mirar atrás”, expresó Laurie acerca de este pariente lejano de Francis Underwood.