“Creo que hay un salvaje en todos. Soy una personalidad dividida. Ozzy Osbourne y John Osbourne son dos personas distintas”. Con esas palabras comienza Las nueve vidas de Ozzy Osbourne, el documental que se estrenará este lunes por A&E a las 22.50. Los perfiles múltiples se agolpan en esta intensa radiografía parte del ciclo Biography. El Príncipe de las Tinieblas, el portavoz definitivo del heavy metal, el familiero descontrolado, el solista multiplatino, la celebridad del reality, el showman de la sonrisa contagiosa, el pibe de un hogar obrero de Birmingham que pasó seis meses en prisión, el septuagenario que habla sin pruritos de sus adicciones y problemas de salud. El mismo protagonista destacó lo fidedigno del especial televisivo. “No es que esté mejorado o maquillado para que se vea más de lo que realmente soy. Hay cosas buenas y tristes, la información es sumamente honesta, realmente lo es”, aseguró el cantante durante la conferencia de prensa virtual de la que participó Página/12.

En su hora y media de duración, la producción se despliega como hagiografía pecaminosa de nueve episodios: “Pobreza y prisión”, “El nacimiento del heavy metal”, “Drogas, muerte & divorcio”, “Diario de un loco”, “Matrimonio y caos”, “El pecado definitivo”, “No más giras”, “Papá lo sabe todo” y “Retiro”. Además de un jugoso material de archivo (especialmente las imágenes de las giras en los ’80 y las entrevistas con Black Sabbath), está la voz de su círculo íntimo: “Es el verdadero Iron Man”, lo define su hija Kelly. También cuenta con los testimonios de otros compañeros de ruta musical como Billy Idol, Ice-T, Marilyn Manson, Rob Zombie, todos rendidos a los pies de este hombre que hace cosas “salvajes y peligrosas que recibimos como libertad”, expone el productor Rick Rubin. Un libre albedrío compuesto por hectolitros de autodestrucción, salvajismo y clásicos como “Crazy Train”. “Lo que hice con el murciélago, la paloma, mear en el Álamo y todas las otras cagadas, supongo que es el espíritu del rock & roll, no lo sé. No tuve intenciones de dañar a nadie, excepto al murciélago y a la paloma”, repasa Ozzy en relación a dos de los actos más recordados de su Grandes Éxitos extra musical.

“Hubo muchas veces que pensamos, “Oh no, ¿será esta la última?” La otra vez nos reíamos con mamá porque al Ozzy Osbourne de los ‘80 no le habría ido bien en el 2021, lo habrían cancelado muy rápidamente. No lo sé, algunos gatos tienen nueve vidas y otros tienen más.”, dijo Jack Osbourne -hijo del artista y productor ejecutivo del documental- en la conferencia junto a su madre. Sin dudas uno de los momentos más turbios del trabajo es el repaso de la ocasión en que Ozzy estuvo a un tris de asesinar a su esposa, Sharon. Aunque no deje de ser un relato oficial, Las nueve vidas de Ozzy Osbourne asume la complejidad del personaje dentro de un panorama caótico. “Muestra los triunfos de Ozzy, los momentos duros que ha vivido. Creo que es un gran documental sobre la vida de una persona que ha tenido una vida increíblemente interesante”, expresó la mujer en diálogo con la prensa.

Además del tono confesional, se destacan unos simpáticos y burlescos inserts animados (el del murciélago sobre el escenario es memorable). Otro recurso al que se le saca bastante provecho es el de colocar a Osbourne a su propia persona. Sentado en una butaca de un cine vacío, el artista gesticula, se ríe, emociona y enoja al ver la proyección de viejas entrevistas. “John era hijo de clase trabajadora. De joven, estaba confundido sobre qué quería hacer en la vida, hasta que escuché a los Beatles y ahí lo supe. Por otro lado, Ozzy es la personalidad pública, quien se presenta en vivo. Pero es demasiado como para manejarlo, eso lo dejo en el escenario”, señaló el cantante en el encuentro virtual. Durante la conferencia, por otro lado, hubo lugar para el Ozzy romántico. La pregunta había sido sobre el amor en su vida. “Para mí es Sharon”, dijo él. “Ozzy” respondió ella. Y el momento culminó con un piquito a cámara.

El artista volvió a los titulares a comienzos de 2020. A semanas de lanzar su último disco (Ordinary Man) decidió contar públicamente que había sido diagnosticado con Parkinson. “El principio fue un shock pero nadie sabe qué carajo es el Parkinson. Es solo un episodio más de mi vida”, declara en el documental. En la conferencia, Sharon no eludió el tema. “Su situación cambia todos los días. Hay días que está brillante, camina, se siente espléndido, y a la semana siguiente está sin mucha energía. Nada es permanente. Todos los días es distinto. No se va a quedar postrado en una silla de ruedas, no va a tomar la cuestión así”, explicó. “Ha grabado un álbum, está grabando otro, está haciendo otro programa. Su diagnóstico de alguna forma ha cambiado su vida sutilmente pero no la ha alterado drásticamente”, expuso Jack. El propio Ozzy da su opinión en el trabajo: “¿Saben en qué momento me retiraré? Cuando pueda escucharlos poniendo los clavos en mi ataúd. Y, aun así, voy a volver para hacer un bis. Porque soy el Príncipe de las Tinieblas”.