Definida la ronda II del Plan Gas, que permitirá junto con la ronda I expandir la oferta local en unos 8,1 millones de metros cúbicos diarios en el momento más crudo del invierno, el gobierno termina de delinear el esquema de abastecimiento para el momento del año de mayor demanda. Todavía falta una última definición sobre la importación desde Bolivia, que si bien avisó la reducción de sus envíos de 20 a 14 millones de metros cúbicos diarios, “siguen habiendo charlas”, dicen en despachos oficiales. El resto del abastecimiento se va a cubrir con la importación de GNL desde el buque regasificador de Escobar junto con el buque que arribe a Bahía Blanca y con el mínimo posible de combustibles líquidos, que son más caros y más contaminantes.
En cuanto al buque de Bahía Blanca, que había sido despedido con bombos y platillos en 2018 por el ex presidente Mauricio Macri y su secretario Javier Iguacel, luego de estar anclado en el puerto desde 2008, la semana próxima es el cierre del plazo para que empresas interesadas presenten sus ofertas. En los primeros días de abril debería quedar definida la adjudicación, para que a fines de mayo, ya esté operativo el ingreso de GNL a los gasoductos. El contrato de Bahía Blanca va a consistir en un alquiler por tres meses, una modalidad que es bastante usual en el mundo porque permite a los países dar abasto a la demanda de gas en su momento pico. Una vez que se defina la empresa que traiga el buque, comenzará la licitación de los cargamentos de GNL. En el caso de Escobar, la semana que viene comenzaría la compulsa por los barcos que traen el fluido.
Más allá de cierto costo simbólico que tiene el regreso del segundo barco regasificador (junto al que está de forma estable en Escobar), es una opción mucho más eficiente que importar combustibles líquidos. Se calcula un precio de 7,25 dólares más un costo de regasificación de 1 a 1,3 dólares, lo cual da un total de alrededor 8,5 dólares el millón de BTU, frente a 12/13 dólares de los combustibles líquidos, aunque muy por encima de los 3/4 dólares que se pagaron el año pasado, en un contexto de fuerte depresión de los precios internacionales.
La necesidad del segundo barco regasificador se explica por un conjunto de factores: la demora en la presentación del plan gas y sus resultados relativamente moderados, la reducción del contrato con Bolivia, el repunte de la actividad económica y la baja hidraulicidad de las represas por la falta de lluvias, lo cual reduce el embalse y con ello la posibilidad de generar energía eléctrica, que ahora hay que reemplazar por una mayor operatoria de las centrales térmicas.
Tarifas
Para evaluar la situación de las tarifas de gas, un reciente informe elaborado por la Secretaría de Energía brinda información sobre cantidades, precios, tarifas y subsidios de la demanda prioritaria de gas, que se compone de la demanda de hogares y comercios. En el promedio anual, la producción de gas natural nacional representa el 82 por ciento de la oferta necesaria para abastecer a la demanda prioritaria. El resto se cubre en un 10 por ciento por el gas de Bolivia y en un 8 por ciento por GNL.
En invierno, el peso de la producción nacional sobre la oferta total para prioritarios baja al 74 por ciento, Bolivia representa un 9 por ciento y GNL, el 17 por ciento restante. En cambio, en verano la producción nacional explica el 90 por ciento y Bolivia el 10 por ciento restante.
Los precios calculados serían los siguientes: 5,14 dólares el millón de BTU el gas proveniente de Bolivia; 3,76 dólares el volumen base definido en el Plan Gas; 4,69 dólares el adicional de invierno ronda I y 4,73 dólares el adicional invierno ronda II, junto a 8,55 dólares del GNL importado. En función de las cantidades que se estima para la demanda anual, Energía calcula que el costo total del gas en el año es de 2059 millones de dólares, equivalentes a 221.605 millones de pesos.
El costo promedio del gas en 2021 sería de 3,91 dólares el millón de BTU y a los precios vigentes de las tarifas, los usuarios pagan 1,57 dólares el millón de BTU, un 40 por ciento del costo del gas. El restante 60 por ciento corre por cuenta del Estado. Si el componente de las tarifas que se destina a pagar el precio del gas quedará congelado, el costo fiscal anualizado para el Estado sería de 132.963 millones de pesos.
El peso del subsidio estatal en la tarifa varía de acuerdo al precio promedio del gas, que sube en invierno porque entran a jugar el gas importado de Bolivia y el GNL. Enero es el mes con el precio promedio más bajo del gas y allí el usuario paga el 66 por ciento del costo, mientras que en julio, ese número se ubica en apenas un 32 por ciento.
En función del Presupuesto 2021, Energía calculó que el Estado debería bajar su participación en el precio del gas al 35 por ciento. “Tal situación es compatible con un precio a pagar por los usuarios del orden de los 10,15 dólares el metro cúbico. Dicha situación implica un incremento en el costo del gas a cargo de los usuarios del orden del 63 por ciento”, indica el informe. Como un incremento de esa naturaleza está descartado por decisión política, las partidas dedicadas a los subsidios al gas tendrán que recibir en el curso del año complementos provenientes de otros renglones del Presupuesto.