La Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal revocó la falta de mérito dictada a favor de los ex jefes policiales Joaquín Guil y Virtom Modesto Mendíaz y de los militares Luis Dubois y Hugo César Espeche, a quienes se investiga por la detención ilegal y las torturas que sufrieron en 1976 siete dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica que además fueron sometidos a un juicio ante el Consejo de Guerra Especial y Estable (CGEE) "Salta".
En esta causa, iniciada en 2015, se investigan delitos de lesa humanidad en perjuicio de Mario Amelunge Vargas, Alfinio Elido Oroño, Román Vázquez, Alfredo López, Dardo Zuleta, Augusto Tomás Zambrano y Crescencio Chocobar, integrantes de la conducción de la UOM que entre el 24 de marzo y los primeros días de abril de 1976 fueron detenidos y juzgados por el CGEE Salta acusados de tener armas en su posesión. Según denunciaron, fueron torturados y no les permitieron ejercer su defensa.
Guil y Mendíaz fueron acusados porque el primero era el jefe del área de Seguridad de la Policía de Salta y el segundo, que era militar, era el subjefe de esta fuerza. Dubois y Espeche, entonces capitanes, integraron el Consejo de Guerra que juzgó a los gremialistas. En su momento el juez de primera instancia los procesó, pero sus defensas impugnaron esta decisión y la causa llegó a la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, cuya Sala I, integrada por los jueces Renato Rabbi Baldi Cabanillas, Santiago French y Alejandro Castellanos, revocó esta decisión en julio de 2020 y dictó la falta de mérito a favor de los acusados.
Ahora la Sala IV de Casación, en una resolución del 12 de este mes, revocó la decisión de la Sala I de Apelaciones y le remitió las actuaciones "para su sustanciación". La resolución de Casación se tomó con el voto en mayoría de los jueces Mariano Borinsky y Javier Carbajo, mientras que la jueza Angela Ledesma votó en disidencia por el rechazo de un recurso de casación interpuesto por el Ministerio Público Fiscal federal.
Parte del plan sistemático
Los Consejos de Guerra Especial y Estables fueron creados por el decreto ley N° 21.264 dictado el mismo 24 de marzo de 1976, día en que las Fuerzas Armadas dieron el golpe de Estado. Este decreto preveía reclusión de hasta 10 años para quienes tuvieran en su poder armas, pólvora, explosivos y afines, e impuso la obligación de entregarlas a la autoridad militar o policial dentro de las 48 horas. Además, dejaba estos delitos bajo jurisdicción militar.
Los siete gremialistas de la UOM fueron juzgados por un Consejo de Guerra del que formaron parte los entonces capitanes Luis Dubois y Hugo Espeche, y en el que los acusados solo pudieron acceder a defensas militares no técnicas.
Cuatro sindicalistas fueron detenidos el mismo día del golpe y otros tres se entregaron después. Todos denunciaron haber sufrido torturas y en su privación de la libertad recorrieron un circuito que fue de la Central de Policía a los cuarteles de Regimiento de Caballería y al penal provincial de Villa Las Rosas. Cinco fueron condenados y en ese caso el circuito represivo siguió en la cárcel de Sierra Chica y en la Unidad Penal 9, de La Plata.
Borinsky, el primer camarista de Casación que votó, afirmó que la resolución por la que los jueces de la Sala I de la Cámara de Apelaciones de Salta dictaron la falta de mérito a favor de los dos ex integrantes del Consejo de Guerra y de los jefes policiales "carece de la debida fundamentación, toda vez que deriva de una valoración sesgada de los extremos concretos del caso y prescinde de ponderar adecuadamente el contexto en que los hechos habrían acontecido”.
En cuanto a Mendíaz y Gil, Borinsky sostuvo que el tribunal salteño "no apreció adecuadamente el marco contextual en que tuvieron lugar los hechos investigados en autos". Recordó que eran el segundo y el tercero en la línea de mando de la Policía, "integrando la plana mayor de la institución y desempeñando roles de relevancia dentro de la estructura de poder". Además, Mendíaz era militar, y la Policía estaba por entonces supeditada al Ejército.
Respecto de Dubois y Espeche, recordó que las normas que crearon los Consejos de Guerra Especiales Estables “no fueron dictadas por los órganos previstos por la Constitución Nacional", sino que "fueron dispuestas por aquellos que habían usurpado el poder mediante un acto de fuerza, sustrayendo de la jurisdicción civil el juzgamiento de quienes, a la postre, resultaron víctimas en autos, en violación a elementales principios constitucionales que no podían ser desconocidos por los acusados”. “Los inculpados no podían desconocer la persecución y represión desplegada a ese entonces por el gobierno de facto que, como bien es sabido, tuvo lugar de acuerdo a una política de ataque sistemático y generalizado contra la población civil y, dentro de ella, contra sectores sindicales”, afirmó el camarista.
Arrestado por defender
Borinsky también destacó que la Cámara de Apelaciones de Salta no ponderó los dichos de Librado Rubén Gamón y Roberto Hoffman, coimputados que actuaron como defensores en el juicio celebrado ante el Consejo de Guerra.
Gamón contó que tras una discusión que con uno de los vocales del tribunal militar, lo llamó el jefe del Regimiento, el coronel Carlos Alberto Mulhall, y reprochándole de “qué lado estaba jugando”. Gamón contestó que estaba cumpliendo su función de defensor y solamente había hecho lo que creía correcto; el jefe le ordenó que guardara arresto por 48 horas, "pero luego de eso pasaron varios días" y "se enteró que su defendido fue condenado". Mulhall lo llamó y le dijo que fuera a firmar la sentencia, Gamón le preguntó si podía apelar: “Usted está loco”, le respondió el jefe.
Asimismo, el camarista de Casación recordó que Alfredo López contó que mientras se estaba sustanciando el Consejo de Guerra, "una noche fue sacado afuera porque había contestado al presidente (integrante del tribunal castrense) y Espeche le puso una pistola entre los dientes, tratándolo luego mal”.
Allanamientos, torturas y amenazas
El secretario general de la UOM Mario Amelunge Vargas fue detenido en su casa la madrugada del 24 de marzo de 1976. Encapuchado, lo llevaron a la Central de Policía, donde "fue golpeado y obligado a mantenerse con las piernas abiertas y las manos arriba y en puntas de pie". El 27 de marzo fue trasladado a los cuarteles, donde estuvo hasta el 30 de marzo, siempre encapuchado, y "fue torturado con 'picana eléctrica' y 'submarino'".
El 19 de abril de 1976 el Consejo de Guerra dio su sentencia. Amelunge Vargas fue condenado a cinco años de prisión y fue trasladado al penal de Sierra Chica y luego la Unidad N° 9 de La Plata.
Oroño fue detenido entre el 26 y 28 de marzo, "por Joaquín Guil acompañado por dos policías". En la Central él y sus compañeros "fueron esposados y vendados e interrogados bajo amenazas de muerte". Finalmente lo llevaron al penal de Villa Las Rosas, donde estuvo tres meses, hasta que el 29 de junio de 1976 recuperó su libertad tras ser absuelto por el Consejo de Guerra. Oroño fijo que "fue torturado, colgado de los pies con la cabeza hacia abajo, desnudo, esposado y con los ojos vendados, siendo subido y bajado reiteradamente mediante una roldana dentro de un tanque de agua, ante las risas de sus captores”.
La madrugada del día 27 de marzo la Policía de Salta ingresó a la casa de Vázquez y lo detuvieron, le vendaron los ojos y lo subieron a un furgón. Una vez en el Ejército, "no le quitaron las vendas y lo tiraron al piso todo ese día y esa noche" y al otro día lo picanearon, lo golpearon con un palo y lo sometieron a la tortura del submarino. El 30 de marzo fue llevado a Villa Las Rosas. Salió el 30 de octubre de 1976 tras cumplir una pena de seis meses de reclusión.
Zuleta también fue detenido el 24 de marzo de 1976. Una patota de uniformados y de civil entró a su casa "a culatazos, tiraron al piso a sus hijos" y se lo llevaron a la Central. Luego lo trasladaron esposado y boca abajo al Ejército, donde estuvo unos 8 días y fue golpeado y torturado con el ‘submarino’. El 30 de marzo lo llevaron a Villa Las Rosas, donde estuvo hasta que el Consejo de Guerra lo absolvió y salió libre el 20 de abril de ese año.
Zambrano se presentó en la Central. Lo detuvieron, le vendaron los ojos y lo llevaron al Ejército, donde fue interrogado y amenazado. Días después lo llevaron a Villa Las Rosas. En abril de 1976 fue trasladado a Sierra Chica y luego a la Unidad N° 9, donde cumplió la condena de 4 años que le dictó el Consejo de Guerra. Recuperó su libertad el 27 de marzo de 1980.
López se entregó el 11 de abril de 1976, tras enterarse de que la Policía, el Ejército y Gendarmería habían invadido su casa y se habían llevado detenida a su mujer embarazada y a su hermano menor. López fue llevado a Villa Las Rosas, donde estuvo 5 o 6 días "en una celda, desnudo", donde "le echaban agua" y eran torturados por Espeche. Fue condenado a 4 años y 6 meses de reclusión por el Consejo de Guerra. "Fue trasladado con los ojos vendados, esposado y tirado en el piso en un avión Hércules hacia Sierra Chica y finalmente a la Unidad N° 9”.
Crescencio Chocobar también se presentó en la Policía el 11 de abril de 1976. En su caso el Consejo de Guerra lo absolvió y salió libre el 20 de abril de 1976.