A pesar de las dificultades sanitarias provocadas en el último año por el coronavirus, este domingo el Grammy volvió a hacer historia. La edición 63 del premio que entrega anualmente la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos será recordada principalmente por el protagonismo de las mujeres. Con Beyoncé a la cabeza. Después de haber alcanzado el mayor número de nominaciones para una artista femenina (79), la emperatriz del R&B se convirtió en la más premiada del galardón. Superando de esta manera las 27 estatuillas de la cantante de bluegrass Alison Krauss. Al momento de subir al escenario para recoger su gramófono 28, tras conquistar la categoría “Mejor interpretación de R&B”, gracias a su tema “Black Parade”, la diva expresó: “Estoy muy orgullosa y emocionada. Creo que es mi trabajo y el de todos reflejar los tiempos que vivimos. Son tiempos difíciles. Quiero celebrar y apoyar a todos los reyes y reinas negros que me inspiran en mi camino. Esto es estupendo. Estuve trabajando toda mi vida para esto y no puedo creer que sea una noche tan mágica y que haya pasado esto”.

Si bien Beyoncé siempre fue esquiva a mostrarse en los Grammy, esta vez, y para sorpresa de todos, asistió para hacerse cargo de su hazaña. Además, lo hizo con una canción que creó para apoyar el movimiento Black Lives Matter. Lo que dejó en un último plano sus nueve nominaciones, de las que sólo obtuvo sendos premios. El otro fue por el de “Mejor video musical”, por su single “Brown Skin Girl”. Sin embargo, formó parte de otros dos, aunque en calidad de invitada de la canción “Savage”, de la rapera Megan Thee Stallion, quien se adueñó de los rubros “Mejor canción rap” y “Mejor interpretación”. La hiphopera de 26 años casi se lleva a su hogar en Houston la estatuilla de “Grabación del año”, pero contra todos los pronósticos se la arrebató de las manos Billie Eilish con el single que le da nombre a su último álbum: “Everything I Wanted”. La sorpresa fue tal que la máxima ganadora de los Grammy del año pasado (con cinco trofeos) le dedicó su triunfo a su colega: “Megan, te lo merecés. Creo que tuviste un año insuperable. Siempre te apoyo. Esto va para vos”.

Casi cuatro horas antes del batacazo de la jornada, Eilish abrió las actuaciones justamente con esa canción. La siguió Harry Styles, quien festejó su premio, en “Mejor canción pop solista”, por “Watermelon Sugar”. Más tarde apareció Taylor Swift, en plan de Joni Mitchell milénica, con una terna de temas de sus dos últimos álbumes. Ambos publicados en 2020 y compuestos en la pandemia, aunque su puesta en escena aludía más bien al retiro en el campo. Arrancó con “Cargidan”, incluida en Folklore, siguió con “August”, también del trabajo más gótico de su obra, y cerró con “Willow”, de Evermore, publicado unos meses después. La acompañaron sus productores, Jack Antonoff y Aaron Dessner (integrante del grupo de música indie The National), no sólo en la performance sino al momento de recoger su estatuilla en el apartado “Mejor álbum del año”. Por cortesía de Folklore. Esto convirtió a la cantautora de Pensilvania en la primera mujer en recibir tres veces este galardón, proeza que ahora la une a Stevie Wonder, Paul Simon y Frank Sinatra.

Luego de Beyoncé, Swift era una de las artistas más nominadas en esta versión de los Grammy, con seis postulaciones. No obstante, le bastó nada más que con ese premio para pasar a la inmortalidad. La cantante británica Dua Lipa tuvo igualmente seis nominaciones, aunque se conformó con la estatuilla al “Mejor álbum pop” que le legó Future Nostalgia. Así que no pasó desapercibida, tampoco su show, en el que interpretó un par de temas de uno de los trabajos más representativos de 2020: “Levitating” y “Don’t Start Now”, con la complicidad del rapero DeBaby. La “Canción del año” fue para H.E.R. por “I Can’t Breathe”, pero el álter ego de Gabriella Sarmiento compartió el de “Mejor canción de R&B”, por “Than I Imagine”, con Robert Glasper y Meshell Ndegeocello. Hubo otro para Billie Eilish por “No Time to Die”, y Fiona Apple también se transformó en una de las artistas que obtuvo dos gramófonos. Lo hizo en las categorías “Mejor álbum alternativo” y “Mejor actuación de rock”. La cantautora explicó por Instagram que no asistió la ceremonia por temor a sus adicciones.

Quien tampoco asistió a Los Ángeles fue Fito Páez. Momentos antes de la gala central, conducida por el comediante sudafricano Trevor Noah, el rosarino se enteró de que obtuvo la estatuilla al “Mejor álbum de rock latino o alternativo”, gracias a su disco La conquista del espacio. Mientras que en las afueras del Staples Center se acondicionó un espacio (con los protocolos propios de esta época) para recibir los premios, adentro del recinto multiusos se llevaron a cabo las performances. Destacaron las de Cardi B junto a Megan Thee Stallion, Bad Bunny (el boricua ganó “Mejor álbum de pop latino o urbano” por YHLQMDLG), los surcoreanos BTS, Black Pumas y Haim. No repercutió la polémica de The Weeknd, quien llamó a los organizadores “corruptos” por no incluirlo en las premiaciones. Pero sí emocionó el momento dedicado a los músicos fallecidos, donde despuntaron Bruno Mars y Anderson Paak tributando a Little Richards, la guitarra de Eddie Van Halen luciéndose al tiempo que sonaba un solo suyo, y Lionel Richie haciendo “Lady”, de su amigo Kenny Rogers.

Más ganadores

Debido a la gran cantidad de premios que se concedieron este año, algunos Grammy fueron revelados previamente y otros se entregaron durante la ceremonia. Entre los más sobresalientes, estuvieron el de “Artista revelación”, que fue para Megan Thee Stallion. Lady Gaga y Ariana Grande, por “Rain On Me”, triunfaron en “Mejor canción pop dúo/banda”. El canadiense Kaytranada conquistó el de “Mejor álbum dance/electrónica”, de la mano de Bubba. En tanto que el “Mejor álbum de rock” fue para The Strokes, por The New Abnormal. “Mejor canción de rock” lo obtuvo Brittany Howard, con “Stay High”. El “Mejor álbum de R&B” fue para Bigger Love, de John Legend. Al tiempo que el de “Mejor álbum de R&B progresivo” fue It Is What It Is, de Thundercat. Nas ganó el “Mejor álbum de rap” con Disease. Y curiosamente, Kanye West se hizo con el de “Mejor álbum cristiano contemporáneo”, con Jesus is King. El “Mejor productor el año” fue Andrew Watt, el “Mejor álbum de música country” fue Wildcard, de Miranda Lambert, y “Mejor música para cine” lo obtuvo The Sound Of My Voice, de Linda Ronstadt.