En un mundo que libra una feroz batalla por las vacunas, la Argentina necesita superar el bache de provisión de dosis de los últimos doce días para mantener el ritmo de vacunación. En la Casa Rosada afirman que esta semana habrá un vuelo a Moscú a buscar una nueva partida de Sputnik V y, como siempre, la cifra oscilará en alrededor de 500.000 dosis, un poco más o un poco menos.
Las tres millones de vacunas chinas de Sinopharm, firmadas hace siete días, no llegarán esta semana sino la próxima, pero la mayor expectativa está en la autorización para que la Sinopharm se pueda aplicar a mayores de 60.
El rumor es que la Anmat daría el okey esta semana y eso permitiría vacunar a personas de riesgo. Por ejemplo, en CABA se abriría la chance de empezar a aplicar las dosis a personas entre 75 y 80 años. Finalmente están pendientes unas 580.000 dosis de Oxford/AstraZeneca que recién llegarían a Ezeiza en abril. Durante ese mes está previsto un flujo muchísimo mayor tanto de Sputnik --ya con producción en India-- como de Oxford/AstraZeneca con el componente activo fabricado en la Argentina. No parece fácil el desafío de tener vacunada a toda la población de riesgo antes de la llegada del invierno.
Altas fuentes del gobierno le confirmaron a PáginaI12 que está previsto esta semana un vuelo a Moscú para traer un nuevo embarque de Sputnik V. Pese a que se había convenido regularizar los embarques, la realidad es que desde el 3 de marzo que no llegan vacunas. Incluso el vuelo de esta semana no está confirmado oficialmente, pero las autoridades confían en que se concretará.
Como se sabe, la asesora presidencial Cecilia Nicolini tiene el peso de la negociación y el diálogo con el Fondo de Inversión Directa de Rusa (RDIF) y cada embarque produce verdaderas tormentas de presiones.
Por un lado, dentro de Rusia misma, donde todavía hay millones de ciudadanos rusos que no fueron vacunados. Pero, además, porque hay ahora una tremenda demanda internacional de la Sputnik V que se se convirtió en una especie de vedette de las vacunas, de manera que cada envío a la Argentina produce reclamos de otros países.
Aún en ese clima enrarecido, el RDIF habría dado el visto bueno para un nuevo embarque, reconociendo así que la Argentina fue pionera en autorizar la Sputnik V, lo que le abrió a la vacuna rusa las puertas de muchos otros países.
Lo que permitiría una llegada más fluida de Sputnik V a la Argentina es la producción en India. Sucede que las pruebas de calidad se demoraron y recién ahora se está escalando la producción. Se supone que el mes que viene habrá disponibilidad. También el RDIF está logrando acuerdos de fabricación en otros países, incluso europeos, pero eso tardará bastante.
El contrato con Sinopharm por tres millones de vacunas es la mayor expectativa de llegada de dosis en las próximas semanas. En la Casa Rosada advierten que el arribo no se producirá en esta semana sino en la que empieza el lunes 22.
Por ahora, la vacuna no está autorizada en la Argentina para mayores de 60 años, aunque en China se aplica a personas de todas las edades.
La clave está en la Anmat y las versiones indican que, tras la llegada de la documentación, esta semana se autorizaría la aplicación de la Sinopharm para mayores de 60.
Esta decisión es de máxima importancia porque actualmente la vacuna se aplica únicamente a docentes y personal de la salud, pero ahora se podría avanzar con la población en general. Es más, en CABA se abre la posibilidad para los mayores de 70 (ver aparte).
Están pendientes también 580.000 dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca que son parte de un acuerdo de dos partidas de esa cantidad. La primera parte, 580.000, llegaron el 17 de febrero. Tienen la marca Covishield y se producen en India. La segunda partida debía llegar en marzo pero empezaron a aparecer restricciones del estado hindú que obstaculizan la exportación de vacunas con el argumento de que los ciudadanos de ese país tienen prioridad. En principio, las 580.000 dosis de la segunda partida llegarán en abril.
Todo hace pensar que el mes próximo mejorará el flujo de vacunas. Por de pronto deberían arribar las que se produjeron en el laboratorio mAbxience aquí en el Gran Buenos Aires y se enviaron a México para el envasado final.
Se hablaba de que llegarían a fines de marzo, pero las cosas se demoraron porque Estados Unidos impidió la provisión de filtros necesarios para la fabricación. Tras una gestión del canciller mexicano, se consiguió el envío de los filtros, pero las vacunas empezarían a llegar recién a mitad de abril. Según fuentes de mAbxience, el laboratorio de Hugo Sigman, los envíos desde Argentina a México se están cumpliendo perfectamente.
El compromiso total de Oxford/AstraZeneca (con el componente activo producido en Argentina) es que vengan 22 de millones de dosis, lo que terminaría con buena parte de las dificultades.
El desafío es que entre esas vacunas, más las que fluyan de Sputnik V, se pueda completar la vacunación de las personas de riesgo antes de junio, o sea antes del invierno. No será fácil, porque la guerra por las vacunas produce situaciones imprevisibles casi todos los días.