En medio del colapso sanitario que atraviesa Brasil, con récord de muertes por coronavirus y un aumento sostenido en los contagios, el vicepresidente y general retirado Hamilton Mourao culpó este lunes al pueblo por el avance de la pandemia al afirmar que los brasileños tienen la "naturaleza" de no "respetar reglas".
"A nuestra población no le gusta respetar las reglas, no es de la naturaleza de nuestro pueblo. Nuestro pueblo es más libertario, le gusta andar por calle, hacer fiestas. Y cuando por dos o tres meses no puede disfrutar de estos placeres de la vida, son pocos los que aguantan", dijo Mourao este lunes a un grupo de periodistas, sin hacer crítica alguna sobre el desastroso manejo de la pandemia que evidencia el gobierno de Jair Bolsonaro desde hace ya más de un año.
Este lunes, el principal mandatario brasileño inició una segunda ronda de consultas con médicos, presionado por sus aliados de centroderecha del Congreso ante la crítica situación por el coronavirus, para cambiar el comando del Ministerio de Salud, que desde mayo está a cargo del general en actividad Eduardo Pazuello.
Pazuello asumió el cargo poco tiempo después de la llegada del virus al país, luego de que renunciaran dos ministros de Salud que defendían cuarentenas y uso de tapabocas. El rol del general se desdibujó al ritmo del colapso sanitario e incluso el ministro está siendo investigado por la falta de oxígeno en Manaos a mediados de enero, que provocó la muerte de pacientes internados por covid-19.
Sin embargo, Mourao defiende al general Pazuello y este lunes aseguró que "con una gestión muy criticada el ministro demostró resiliencia y capacidad para soportar críticas". Encontrar un sucesor, consideró el vicepresidente, es difícil "por la característica de Brasil, de este virus, por la forma en la que se encaró esto. Es muy difícil para alguien arreglar todo de un día para el otro".
Pazuello negó su renuncia
Este domingo, el general Pazuello negó su renuncia y dijo que permanecerá en el cargo hasta que lo decida el presidente, en un mensaje que su oficina de prensa envió a CNN Brasil.
Sin embargo, el Gobierno informó en un comunicado que Bolsonaro conversó ese día en la residencia oficial con la cardióloga Ludhmila Hajjar, una crítica de la gestión oficial de la pandemia y favorable a las cuarentenas y medidas de restricción para frenar los contagios.
El cambio en el Ministerio de Salud es defendido públicamente por el principal socio del Gobierno, el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, del conservador Partido Progresista y líder del sector de la derecha conocido como "Centrao".
De todos modos, el operativo salida de Pazuello necesita, según analistas, no erosionar a la base militar de Bolsonaro, quien desde el inicio de la pandemia perdió a dos ministros de Salud --Luiz Mandetta y Nelson Teich-- porque se oponían a las políticas bolsonaristas de no promover el distanciamiento social ni el uso de tapabocas y apostar, en cambio, a una inmunidad natural.
Según dicen los especialistas, es notoria la influencia de la aparición del opositor Luiz Inácio Lula da Silva --vacunado este fin de semana-- en el escenario nacional luego de que se anularan, en una decisión que debe ser ratificada por el pleno de la corte suprema, las dos condenas de la Operación Lava Jato porque esas causas carecían de vínculos con desvíos de Petrobras.
Coronavirus en Brasil
Brasil, con 278.000 muertos, es el segundo país con más víctimas fatales por coronavirus, superado solo por Estados Unidos. En las últimas 24 horas se registraron 43.812 contagios y 1.127 decesos.
La pandemia, allí, se encuentra en plena fase ascendente, en parte por la circulación de nuevas cepas del virus como la variante que tuvo origen en la Amazonia y que, según investigadores, es tres veces más contagiosa que la original.
Además, la crisis sanitaria se intensificó en los últimos días y al menos 13 estados se encuentran con el sistema hospitalario por encima del 80% de ocupación de camas.
San Pablo, el estado más golpeado por la pandemia y el más poblado, inició este lunes la fase de emergencia con una cuarentena sin comercios ni oficinas, salvo actividad esencial, sin clases presenciales ni uso de parques, plazas o playas.