El presidente Alberto Fernández marcó la cancha en el acto de presentación de obras públicas y dejó señales contundentes de que hará el Gobierno con la deuda pendiente con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “No se va a acordar a costa de los argentinos”, apuntó en el evento en Almirante Brown, todo a días de un viaje clave del ministro de Economía, Martín Guzmán, a los Estados Unidos. La posición presidencial es la posición del Gobierno y del ministro que irá a negociar con un arsenal amplio y dos o tres objetivos: no habrá acuerdo hasta después de las elecciones legislativas, la querella criminal contra los funcionarios de Mauricio Macri va en paralelo a un posible acuerdo y, el punto más fuerte, se buscará charlar de política con la administración de Joe Biden.
De hecho, la misión a Washington -que lo tendrá a Guzmán viajando el lunes próximo junto a asesores-, tendrá una agenda en esa línea, además de las cuestiones técnicas con el organismo que comanda Kristalina Georgieva. Fuentes que aguardan la visita del ministro en el país del norte, contaron a Página I12 que se está preparando allí un encuentro con parte del staff del Tesoro de los Estados Unidos, encabezado por Janet Yellen. Sería el primer contacto de la comitiva argentina con líneas fuertes del Gobierno de Biden. El Tesoro es el corazón político de la estrategia y aval estadounidense a cuestiones estratégicas.
En la valija que arma Guzmán está todo bien separado y claro. El ministro entiende que la negociación con el Fondo va en paralelo a la querella criminal que se presentó el viernes último contra Macri y sus funcionarios económicos que intervinieron en la decisión de tomar el préstamo de 45 mil millones de dólares, entre ellos el ex ministro de Economía, Nicolás Dujovne, y los ex titulares del BCRA Federico Sturzenegger y Luis “Toto” Caputo.
“En el FMI lo tienen más claro que nosotros”, contó a este medio una fuente local, respecto a que el organismo no hace juicios de valor sobre las decisiones de política interna. Tampoco se sorprendieron en las huestes de Georgieva. En la última misión del Fondo a la Argentina, fueron los enviados del organismo quienes en una reunión con la CGT admitieron que el préstamo fue irregular. Esta razón explica que el mismo Fondo tenga en marcha dos investigaciones internas por el crédito que la administración de Christine Lagarde le otorgó a Macri, con el aval del entonces presidente Donald Trump.
En el día a día, Guzmán ni siquiera menciona la acción judicial local y sigue los tiempos de una negociación que, en principio variaron, pero hoy tienen el escenario más claro: en el Gobierno advierten que en un año político es complejo poner en la agenda de la campaña el tema del Fondo Monetario, sobre todo ante el antecedente fresco de Cambiemos. Incluso con posibilidades de cerrar o no un acuerdo. Por todo esto, la lógica será una especie de pre acuerdo tácito de que, post elecciones, no habrá un “no acuerdo”. "La relación está igual que siempre con el Fondo", relató un funcionario que lleva la diaria, y agregó que Guzmán "habla bastante más seguido de lo que se sabe" con los referentes del organismo.
Cuentan en el entorno del ministro que el tema más urgente sigue siendo la inflación, una cuestión que Guzmán monitorea de cerca. Y allí se unen dos cuestiones, los precios y el acuerdo con el FMI. Ya a esta altura, con el tipo de cambio estabilizado, el Gobierno cree que no es condición necesaria un acuerdo con el organismo para que esa calma persista en el tiempo. Sobre todo observando que se espera en los próximos meses un ingreso fuerte de divisas por exportaciones de diferentes rubros. Así, confían en que el contexto más ordenado, con el BCRA teniendo un nivel de compra de dólares más importante en marzo que en febrero, puede mantenerse por más tiempo. Aun si más cerca de las elecciones legislativas se da un movimiento hacia arriba, ya característico de los procesos pre eleccionarios.