El Gobierno apuesta a la industria automotriz como uno de los motores para la pospandemia. Apuntan a que la mitad de las autopartes sean de origen nacional y que en las próximas décadas Argentina sea la plataforma latinoamericana de autos eléctricos. Sin embargo, desde el oficialismo admiten que “podría haber mayor crecimiento si hubiera holgura de dólares”, y señalan que es la falta de divisas lo que produce “tensiones” en la administración de las importaciones.
“La producción y el empleo son superiores a cuando iniciamos el gobierno”, afirmó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, luego de una recorrida por la planta de Toyota de Zárate, de la que participó PáginaI12. La marca japonesa este año alcanzará el record de producción en la fabricación de la Hilux y la SW4, con 140 mil unidades, el tope de la capacidad instalada, por lo que en los últimos meses sumó 500 empleados.
En el corto plazo, el Gobierno aspira a que el 45 por ciento de las autopartes sean de origen nacional. “La balanza comercial automotriz es históricamente deficitaria, hay que hacerla equilibrada”, aseguró Kulfas en diálogo con la prensa. En el proyecto de ley de electromovilidad, se destaca que, en el 2017, buen año para el sector, cada automóvil que produjo la industria argentina implicó 16.700 dólares de déficit externo.
Además, el ministro resaltó como un dato positivo que el 50 por ciento de los autos vendidos en lo que va del año son de fabricación nacional, y que incluso en enero los cinco modelos más vendidos fueron de origen local. Para generar más inversiones en el sector, ponderó la última medida oficial, que lleva las retenciones al cero por ciento para las exportaciones adicionales respecto al año anterior.
Límites
Kulfas relativizó las denuncias por importadores: “El 95 por ciento de las importaciones se realizan sin problemas, no fue un problema generalizado”. Explicó que se realiza una “planificación” debido a que la economía se encuentra “sobre endeudada, con una cantidad de reservas que no está en su nivel óptimo”, y por ese motivo dijo que buscan priorizar los dólares para la producción. “Es un problema acotado y puntual”, agregó.
De la visita también participó Ariel Schale, secretario de Industria, el funcionario que día a día recibe las solicitudes de aprobación de importaciones por parte de las empresas. “No hay un problema, lo que hay es una tensión producto del crecimiento, por lo que hay que administrar el comercio”, detalló. "Hace 18 meses las industrias estaban quebradas, no tenían destino económico. Bienvenidos los problemas con algunos insumos", opinó Schale. Admitió además que Argentina podría crecer más si hubiera “holgura” de divisas.
Buena sintonía
Se observa una gran sintonía entre el equipo industrial del Gobierno y el sector automotor. “Todo es resultado de trabajar en consenso con el gobierno y el sindicato", afirmó Daniel Herrero, presidente de Toyota y también titular de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa).
En línea con las medidas oficiales, Herrero opinó que los cambios en el Impuesto a las Ganancias serán positivos para el poder adquisitivo de los trabajadores y para que sientan mayor motivación para trabajar horas extras. Si bien opinó que hay impuestos “distorsivos”, como Ingresos Brutos, dijo que “sería ridículo ir a pedir una baja de impuestos”.
El futuro de la movilidad, con autos eléctricos, fue uno de los temas que atravesó toda la visita. El Gobierno espera que en 2040 las automotrices migren a esta modalidad, y el país sea la plataforma que abastezca a la región. En Toyota anticipan que en el 2030 la mitad de las ventas sean de modelos ambientales. “El primero se va a llamar Justicialista”, bromeó Schale. “Ariel le vamos a poner”, replicó con ironía Herrero.