Martín Soria será quien reemplace a Marcela Losardo en el Ministerio de Justicia. Actualmente es diputado nacional y es una de las voces más críticas del oficialismo sobre el rol del Poder Judicial. Fue él quien denunció a la mesa judicial del macrismo y quien también impulsó la denuncia contra el presidente de la Casación Federal, Gustavo Hornos, por sus visitas con Mauricio Macri.
El Presidente dará a conocer su decisión esta noche en una extensa entrevista con el programa Fuego Amigo, que se emitirá a las 23 por Canal 9. Fernández y Soria almorzaron este lunes y se pusieron de acuerdo en los que serán los desafíos del nuevo ministro.
La ratificación de que será Soria quien encabece el Ministerio se produce exactamente una semana después de que el Presidente confirmara que Losardo le había dicho que quería dejar la cartera. Si bien se esperaba un anuncio antes, Fernández se tomó estos días para evaluar el perfil de quien conducirá el Ministerio que debe llevar adelante el que es posiblemente su proyecto más ambicioso: la reforma de la Justicia.
Soria llevará a Justicia su impronta fuertemente política. Hijo del exgobernador de Río Negro Carlos Soria, Martín pasó por la función pública tanto como legislador provincial, intendentede General Roca y desde 2019 integra el Congreso de la Nación. Hombre del Partido Justicialista (PJ) y de buena relación con los gobernadores, tiene llegada clave tanto al Presidente como a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Como curiosidad, Soria cuenta en su haber con un paso por los tribunales de Comodoro Py en el juzgado que supo ocupar Juan José Galeano.
En los últimos meses, Soria asumió una especie de vocería del gobierno -con tono duro- contra algunos referentes de los tribunales de Comodoro Py y del macrismo. Fue él quien impulsó la denuncia contra la mesa judicial de Mauricio Macri y también quien pidió el juicio político de Hornos por sus encuentros con el entonces mandatario en la Casa Rosada.
Soria también denunció ante el Consejo de la Magistratura al presidente de la Cámara Federal, Martín Irurzun, y pidió su remoción. Irurzun no es un nombre más: es quien le dio apellido a la doctrina que permitió encarcelar a funcionarios kirchneristas durante el macrismo.
Durante su gestión como nuevo ministro deberá completar el plan de reforma que se inició durante el tiempo en que Losardo estuvo al frente del Ministerio. Hay dos iniciativas que consiguieron la aprobación del Senado, pero están frenadas en la Cámara de Diputados: la de reorganización de los tribunales -que se conoce como la reforma judicial- y la de modificación de la ley orgánica del Ministerio Público, relajando, por ejemplo, la mayoría necesaria para elegir al procurador.
El Presidente ratificó que su candidato es el juez federal Daniel Rafecas, pero lo cierto es que el oficialismo no cuenta con los dos tercios necesarios hoy para designar un reemplazante para Alejandra Gils Carbó, que renunció asediada por el macrismo hace a fines de 2017. Desde entonces, ese cargo está ocupado interinamente por Eduardo Casal, de buena relación con la oposición. Si se consiguieran los votos -- que no parecen estar tan lejos --, se podría elegir a un titular del Ministerio Público Fiscal para avanzar con la implementación del sistema acusatorio.
Soria, conocedor de los terrenos políticos, también deberá avanzar durante su gestión con la implementación de una Bicameral que monitoree al Poder Judicial y que permita un control cruzado por parte del Poder Legislativo sobre los tribunales. No será fácil. Las asociaciones de jueces estaban en alerta y en Comodoro Py ya presagian una etapa de mayor confrontación con el Ejecutivo.
Losardo, amiga y compañera del Presidente desde sus años de estudiantes en la Facultad de Derecho, se irá en las próximas semanas a París para representar al país ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que quedó vacante tras la muerte de Fernando “Pino” solanas en noviembre pasado. Juan Martín Mena, el Secretario de Justicia, seguiría en su puesto. Mena es un hombre de confianza de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y que conoce los tribunales al dedillo.