La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca no morigeró la tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos. Luego de que se confirmara una visita entre los nuevos secretarios de Estado y Defensa estadounidenses a Tokio y Seúl, la influyente hermana del líder norcoreano Kim Jong-Un amenazó a Biden. 

Kim Yo-Jong envió un duro mensaje a la administración estadounidense, tras los comienzos de ejercicios militares conjuntos que iniciaron la semana pasada Corea del Sur y Washington. La hermana del líder norcoreano dirigió un "consejo a la nueva administración de Estados Unidos que está luchando por difundir el olor a pólvora en nuestra tierra desde el otro lado del océano". 

"Si quieren dormir bien en los próximos cuatro años, sería mejor que no hagan nada que les haga perder el sueño", enfatizó Kim. 

Es la primera referencia explícita de las autoridades norcoreanas a la nueva administración en Washington, más de cuatro meses después de la elección de Joe Biden para reemplazar a Donald Trump.

Estas advertencias se producen con motivo de la visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el de Defensa, Lloyd Austin, a Tokio, en el marco de su primera etapa de su primer viaje al extranjero, que pretende reforzar los lazos entre Estados Unidos con sus socios asiáticos frente a China.

Unos 28.500 soldados estadounidenses están asentados en Corea del Sur para proteger al país de un eventual ataque de Corea del Norte. Seúl y Washington, unidos por un tratado militar, iniciaron la semana pasada un simulacro de ejercicios militares conjuntos.

Corea del Norte rápidamente los condenó por considerar que se están preparando para una potencial invasión a su territorio.  "El gobierno surcoreano otra vez ha elegido la 'Marcha de guerra'", la "Marcha de crisis"", afirmó Kim Yo Jong en su declaración.

El viaje de Blinken y Austin a Tokio

Blinken y Austin llegaron el lunes a Tokio, y el martes mantuvieron conversaciones con sus homólogos japoneses sobre China y la política de Washington respecto a Corea del Norte.

En una declaración conjunta, pidieron la "completa desnuclearización" de Pyongyang, advirtiendo que el arsenal norcoreano "supone una amenaza para la paz y la estabilidad internacionales".

"Estamos estudiando si varias medidas de presión adicionales podrían ser eficaces, si las vías diplomáticas tienen sentido, todo esto se está analizando", indicó el secretario de Estado norteamericano.

A principios de enero, poco antes de la investidura de Biden, Kim Jong Un dijo que Estados Unidos es el "mayor enemigo" de Corea del Norte, antes de asegurar que la política de Washington con Pyongyang no cambiará "nunca", "independientemente de quien esté en el poder".

La fallida reconciliación que protagonizó Trump

El enfoque inusual que dio Trump a la política exterior le llevó a intercambiar insultos y amenazas de guerra con Kim Jong Un antes de empezar un espectacular acercamiento, marcado por encuentros tan históricos como simbólicos.

Pero al final, la relación no se tradujo en avances hacia la desnuclearización del Norte, que es objeto de múltiples sanciones internacionales por su programa armamentista.

Las negociaciones están en punto muerto desde el fracaso del segundo encuentro entre Kim Jong Un y Trump a finales de febrero de 2019 en Hanói. Una de las razones de este estancamiento es la ausencia de acuerdo sobre las concesiones que Corea del Norte debería hacer a cambio de la retirada de las sanciones internacionales.

El proceso negociador fue promovido por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, pero la relación entre Seúl y Pyongyang se ha deteriorado desde el fracaso de la cumbre de Hanói.