Sobre el mediodía de este miércoles se cumplieron 29 años del atentado contra la Embajada de Israel. Pese al tiempo transcurrido desde el 17 de marzo de 1992, nunca hubo un detenido ni siquiera un sospechoso de haber participado del atentado. La investigación, a cargo de la Corte Suprema de Justicia con la asistencia de las fuerzas de seguridad e inteligencia durante el gobierno de Carlos Menem, no pudo determinar ni de dónde salieron los explosivos ni quién compró, con un documento brasileño falso, la camioneta Ford F-100 que se usó como coche bomba.
Dada la situación epidemiológica, la Embajada de Israel recuerda a las víctimas con un video en el que distintas personalidades dicen Presente. Se abre con el presidente Alberto Fernández y su par israelí Reuven Rivlin e intervienen numerosos funcionarios y el tenista Diego Schwartzman.
A las 14.50, la hora del atentado, se concretó acto virtual en el que participaron el canciller Felipe Solá, la embajadora Galit Ronen y un sobreviviente, Alberto Romano. La diplomática reiteró la tradicional postura israelí: el atentado fue obra de la organización libanesa, aliada de Irán, Hezbollah. Por su parte, Solá sostuvo que la Argentina tiene dos deudas por los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA pero puso el acento en que “debemos tomar consciencia definitiva de que es el terrorismo internacional el flagelo que debemos combatir con nuestros mayores esfuerzos, con cooperación y con coordinación”.
Uno de los mayores bochornos de la investigación del atentado contra la Embajada de Israel fue que la Corte tardó siete años en determinar la cantidad de fallecidos en el ataque.
El número que se instaló fue el de 29, pero tras la falta de avances en la investigación, el máximo tribunal delegó el caso en su secretario penal, Esteban Canevari. En 1999 determinó que los fallecidos fueron 22, con nombre y apellido. Esa nómina es la que figura en la placa ubicada en la plaza seca de Arroyo y Esmeralda, donde estaba la sede diplomática.
En base a informes de inteligencia, la Corte procedió a imputar a Irán por el ataque, aunque nunca hubo ninguna evidencia judicial: por ejemplo, no se sabe dónde se armó la camioneta bomba, si alguien entró o no al país, si existió una conexión brasileña del atentado o quién proveyó los explosivos plásticos que se usaron. En suma, se desconoce todo lo relativo a la conexión local y, por supuesto, eso cortó la posibilidad de aportar pruebas que permitan conectar a los autores materiales -que no se sabe quienes fueron- con el supuesto organizador internacional. El único imputado fue el jefe de operaciones militares de Hezbollah, Imad Mughniyeh, quién murió en un atentado atribuido a Israel en 2008, en Damasco, Siria.
La versión es que le pusieron una bomba en el auto. La falta de una buena investigación del atentado contra la Embajada de Israel abrió las puertas para el ataque contra la AMIA, dos años más tarde. La modalidad fue la misma: la compra de una camioneta con documento falso, el armado del vehículo en un lugar desconocido, luego se dejaron la Ford (Embajada) y la Trafic (AMIA) en estacionamientos cercanos al objetivo; alguien retiró los vehículos unos minutos antes de los atentados y manejó las pocas cuadras hasta el lugar de la explosión. Está claro que en AMIA hubo un suicida, en la Embajada no se sabe.
A raíz de la pandemia, la Embajada de Israel obviamente limitó los actos del 29 aniversario. El video es el homenaje central a las víctimas, con el Presente dado por los mandatarios de Argentina e Israel, junto a numerosos funcionarios -Solá, Wado de Pedro, Sergio Massa, Marcela Losardo-, el ex presidente Mauricio Macri, también ministros israelíes, actores, actrices, periodistas y deportistas. Al final se ve a Mónica de Hernández, hija de una de las víctimas, Maussi Mayers Frers de Hernández, que procede al encendido de una vela.
El acto virtual que empezó a las 14.50 de este miércoles fue cerrado por Alberto Romano, sobreviviente del atentado, quien enfatizó que pese al paso del tiempo y a los 29 años transcurridos aún no se ha hecho justicia, al tiempo que remarcó en la necesidad de encontrar la verdad, juzgar y encarcelar a los culpables. Romano sintetizó “nos pegaron a todos. Y lo que es peor, sin justicia nos seguimos pegando a nosotros mismos. Familiares y sobrevivientes exigimos justicia”.