Luego de que el Tribunal Supremo del Reino Unido la instara a reclasificar a sus conductores, la empresa estadounidense de reservas de automóviles para viajes Uber debió recalcular su política laboral y a partir de este miércoles les concederá a sus choferes el estatuto de trabajador, con un salario mínimo y vacaciones pagas.
La medida, que alcanza a unos 70 mil conductores de la app, le da un giro de 180 grados al modelo de plataformas digitales en ese país y podría servir de antecedente para otros litigios similares en distintas ciudades del mundo.
La recategorización fue anunciada desde la sede de la compañía en San Francisco, donde entregó un documento público a la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos. Se trata de un cambio profundo para la aplicación, cuyos conductores hasta ahora eran “autónomos” y esto es producto de un fallo de febrero pasado.
En esa decisión, la máxima instancia de Justicia británica aplicó el criterio de reconocer a los choferes como trabajadores (“workers”, en inglés), pero no como empleados (“employees”), que en la legislación de ese país gozan de ventajas laborales superiores, ni como autónomos (“self-employed”) que proveen servicios en forma independiente.
La nueva clasificación fue consecuencia de un reclamo presentado por unos 20 conductores que reivindicaban este estatuto. A partir de ahora los conductores de Uber en el Reino Unido tendrán derecho a vacaciones pagadas y podrán cotizar a un plan de pensiones al que contribuirá la empresa.
También cobrarán al menos el salario mínimo, que en ese país es de 8,72 libras (12,12 dólares) y está previsto que suba a 8,91 libras en abril. Las nuevas prestaciones se suman a las ya existentes, como el acceso gratuito al seguro médico y la indemnización por permiso parental.
Uber siempre se resistió a llevar a cabo este tipo de clasificaciones y es la primera vez que se vio forzada a aceptar una derrota. Antes de implementar este cambio, lanzó una consulta tras la cual concluyó que todos sus conductores quieren poder beneficiarse de estas ventajas, manteniendo la flexibilidad de sus condiciones de trabajo.
Una de las consecuencias que podría traer la recategorización es una suba en las tarifas del servicio. Otro de los efectos podría ser que la modalidad se replique en otros países.
El director ejecutivo de Uber, Dara Khosrowshahi, presentó en febrero una serie de propuestas a los gobiernos y sindicatos de Europa con el objetivo de garantizar una remuneración transparente y justa para los conductores. El objetivo es que allí ocurra lo que propuso en California: que sus conductores sean independientes pero reciban compensaciones.
Por lo pronto, en el Reino Unido “hoy es un día importante para los conductores", aseguró Jamie Heywood, jefe de Uber para el norte y el este de Europa. “Esperamos que otros operadores se unan a nosotros para mejorar las condiciones laborales de estos trabajadores que son esenciales para nuestra vida cotidiana", agregó.
La nueva clasificación impactará en los 70 mil conductores que Uber tiene en Reino Unido, pero no en aquellos que solo trabajen para el sistema de entrega de comidas a domicilio Uber Eats.
Aún así, el veredicto fue celebrado por los defensores de los derechos de los trabajadores y podría marcar tendencia en otras partes del mundo donde la empresa mantiene abiertos conflictos laborales de esta misma naturaleza.