Las multitudinarias ferias del libro en espacios cerrados, como las de Frankfurt (Alemania), Guadalajara (México) y Buenos Aires, son imposibles de realizar en este mundo pandémico. En 2020 se suspendió la 46º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, programada del 30 de abril al 18 de mayo, con La Habana como ciudad invitada y el discurso de apertura del escritor y sociólogo Horacio González. La llegada del otoño y la segunda ola en el horizonte inmediato, con un bajo porcentaje de la población vacunada, reeditan la cancelación: por segundo año consecutivo la que sería la 47º edición tampoco se hará en la última semana de abril. No resulta raro si se pone el foco en los números: imaginar de acá a tres semanas alrededor de un millón de personas circulando en los pabellones del Predio de La Rural, a un promedio de más de 47 mil por día, sería un imprudente festín para la propagación del virus más que una celebración de la cultura. En los próximos días, la Fundación El Libro anunciará la segunda edición de la Feria de Editoriales y Librerías de Buenos Aires (Felba), que se hará el fin de Semana Santa (1 al 4 de abril, de 12 a 20 horas) en el Parque de la Estación, al aire libre, con entrada libre y gratuita.
¿Por qué no intentar probar un formato intermedio entre la Feria Internacional y la Felba en el Predio de La Rural, al aire libre? Ariel Granica, nuevo presidente de la Fundación El Libro (FEL), responde a Página/12 que “no hay autorizaciones para realizar una Feria del tamaño de la nuestra” ni con múltiples adaptaciones. “El acontecimiento de la Feria no se puede ajustar, adaptar o achicar; es la expresión más alta en Ferias del Libro en la lengua, con 45 ediciones realizadas, donde el libro y la cultura brillan como se merecen, con un público fiel que crece y se entusiasma en cada edición. El inventario de actividades, presentaciones, invitados del exterior y firmas es agotador. Eso no quita que trabajemos atentos a la evolución del asunto sanitario con la Rural para encontrar opciones para realizar una feria que tenga envergadura, que sea el reencuentro con el libro una vez que las condiciones lo permitan”, aclara Granica y agrega que son muchos los condicionantes y la complejidad del asunto. “Hoy es prematuro anticiparse, sin duda en cuanto tengamos novedades, lo anunciaremos”.
El presidente de la FEL descarta que se pueda hacer la Feria hacia fin de este año, entre fines de noviembre y los primeros días de diciembre, cuando se espera tener un porcentaje mayor de la población vacunada. “La Feria es la actividad más grande que hace La Rural. No es nada fácil conseguir esos días juntos con las superficies completas disponibles en el calendario de La Rural, que a su vez está en permanente reprogramación. La prioridad es ser muy serios en la búsqueda de definiciones y con la información”, subraya Granica y recuerda que la Feria de Buenos Aires forma parte del Calendario Internacional de Ferias del Libro y en esa especie de división internacional del trabajo la feria que tradicionalmente se hace a fines de noviembre es la de Guadalajara. En enero, Alejandro Vaccaro, entonces presidente interino de la FEL, anunció lo que finalmente se terminó de confirmar ahora. “Vemos con realismo, y también con la prudencia que hace falta tener en momentos de incertidumbre, que es muy difícil que a fines de abril se pueda hacer la Feria”. Vaccaro, biógrafo de Borges y presidente de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), advirtió que la institución “no iría a una Feria donde no tuviéramos garantizado el libre acceso de la gente y la tranquilidad de que puedan asistir sin salir contagiados”.
Granica anticipa que la segunda edición de la Felba, del 1º al 4 de abril en Parque de la Estación, reunirá a 49 expositores (10 más que la primera edición), con prioridad para librerías, donde los lectores encontrarán ofertas “muy atractivas”. Habrá un stand dedicado exclusivamente a la poesía y están trabajando en la programación de las actividades culturales, con charlas y presentaciones de libros. “Aunque la Felba es una gran ocasión para encontrarse con el libro, los stands tienen 4,5 metros cuadrados, unos 225 metros cuadrados totales que equivalen solo a cuatro stands medianos de la Feria en La Rural”, compara Granica para dejar en claro la diferencia abismal.
“No solo necesitamos una feria, necesitamos una muy buena Feria del Libro”, dice Juan Manuel Pampín de Ediciones Corregidor, editorial que en julio del 2020 cumplió cincuenta años y lleva publicados más de 3500 títulos. “La Feria tal como la conocemos es compleja de armar; la Fundación El Libro estaba intentando algunas alternativas más básicas que la original. Como pymes, necesitamos que vengan agentes literarios, que vengan compradores del exterior, que vengan librerías colombianas, mexicanas, chilenas y uruguayas, con las que podemos interactuar. Necesitamos que la Feria salga muy bien. La otra opción es pensar una Feria diferente, una feria itinerante por plazas y parques de la ciudad. Todo eso lo tendremos que charlar puertas adentro primero”, reconoce Pampín. Corregidor participó de la primera Felba en diciembre del año pasado, la única Feria presencial que se realizó durante 2020. “Después de mucho tiempo, la Felba fue un muy buen encuentro con los lectores y nos parece muy bien que se pueda hacer una segunda edición”, concluye Pampín.