La niña M fue invisible hasta que, al desaparecer, se hizo visible. Como la problemática que la envuelve. Los últimos datos que se conocen sobre les niñes en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires datan de 2019. De acuerdo al Censo Popular de Personas en Situación de Calle --realizado por organizaciones sociales y otros organismos-- había en abril de aquel año 871 niños, niñas y adolescentes y 40 mujeres embarazadas en esa situación. En total, eran 7251 personas. Las cifras oficiales son ocho veces menores. Para el gobierno porteño, en 2019 también, había 1.147 personas en situación de calle. Son cada vez más los afectados, pero los programas oficiales para asistirlos son vaciados.
La legisladora porteña Lorena Pokoik presentó un pedido de informe sobre la asistencia brindada desde el Estado porteño a M. “Los programas que abarcan a la gente en situación de calle, y que incluyen a la niñez, han sufrido muchos recortes”, advierte a Página/12. Entre 2016 y 2021, se registra una caída del 9 por ciento de la participación del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat dentro del presupuesto de la Ciudad. Parece una cifra menor, pero representa el doble del presupuesto de tres programas que atienden a esa población (Ciudadanía porteña; el de la Dirección General de Atención Inmediata; y el de la Dirección General de Niñez y Adolescencia).
Nueve de los programas más sensibles perdieron financiamiento con la inflación; 12 perdieron participación respecto a 2020; casi ninguno aumenta su número de beneficiarios. La subejecución en el segundo trimestre de 2020 es alarmante en algunas áreas: en Ciudadanía Porteña --que otorga un subsidio de 3 mil pesos para alimentos-- es del 50 por ciento. En Inclusión Social se ejecutó el 32; en Desarrollo Integral Infantil, el 40; en Externación Asistida, el 12.
“Hay niñes viviendo a la intemperie, solamente protegidos con sus ranchadas. Están los que viven con sus familias, ésa es una situación. Por ahí pasan tres meses en un hotel pero vuelven a la calle. La situación de calle es intermitente. Otra realidad son los niños y niñas solos y solas, en bandadas”, describe Susana Reyes, directora del centro educativo Isauro Arancibia, que trabaja con personas en situación de calle. “En la escuela había un grupo de niños y niñas que se decía a sí mismo ‘los fantasmitas’. Nadie los veía. Es el abandono absoluto de la infancia, carente de derechos, expuesta además al desprecio social y la violencia institucional. A nosotros nos han matado pibes, y sus muertes quedan impunes.” Reyes recuerda a Roberto Autero, asesinado por un oficial de la Policía Metropolitana en febrero de 2015. El asesino está libre.
La organización Acción PSC (Personas en Situación de Calle) indicó que entre enero y diciembre de 2020 la cantidad de personas que visita aumentó un 85 por ciento. "Hoy en día visitamos a unas 122 en seis comunas, de las cuales 15 (cerca de un 12 por ciento) son menores de edad, de entre pocos meses hasta 14 años", contaron en un comunicado. La mayoría no está escalorizada, y todos están "expuestos a carencias de higiene, abusos y trabajo infantil". La organización también lleva insumos a 50 familias alojadas en hoteles. De las 112 personas que las conforman, 50 son niñes.
“Esperamos que esta sensibilización en la sociedad por el caso de M no se corte de un día para el otro”, expresa Mónica Farías, de la Asamblea Popular Plaza Dorrego, de San Telmo. En 2017, el primer Censo Popular había arrojado que había 4.394 personas en las calles porteñas; 5.872 si se sumaban las que dormían en paradores. En dos años se incrementó un 23 por ciento la cantidad de gente sin techo. En 2017 se registraban 511 niños, niñas y adolescentes; 360 menos que en 2019, de acuerdo al censo de las organizaciones, el Ministerio Público de la Defensa, la Defensoría de la Ciudad y la Auditoría General porteña.
"Por ley, sobre todo cuando viene el invierno, no puede haber menores en calle. Los sacan muchas veces de una forma turbia. Se los han llevado en taxis a las 2 de la mañana. Los chicos terminan en hogares, y la reconexión con la familia se hace muy difícil. Muchas veces las familias que están en la calle con niños en zonas periféricas, cuando viene el invierno consiguen algún pariente para que vayan a su casa", detalla Cecilia Martin, de Acción PSC.
En 2020, por la pandemia, no hubo ningún relevamiento, ni oficial ni de las organizaciones. En abril realizarán uno en forma conjunta. “O hay ocultamiento de información (del Gobierno) o una metodología diferente. Se propone unificarla, de modo tal que cuando nos juntemos a discutir políticas públicas podamos hacerlo con los mismos números”, explica Pokoik. Horacio Avila, de Proyecto 7, estima que en relación a 2019 hay un 30 por ciento más de personas en situación de calle. “Ya son cuatro generaciones. Esto tiene que ver con un arrastre del gobierno macrista. A eso hay que sumar lo que produjo la pandemia. Se va a acentuar (la problemática), porque el 31 de marzo se deja sin efecto el decreto que anula los desalojos”, advierte.
Las cifras que maneja la administración de Horacio Rodríguez Larreta son las que obtuvo la Subsecretaría de Atención y Cuidado Inmediato, dentro de la cual opera el programa Buenos Aires Presente (BAP), "vaciado en términos de presupuesto y contenido", según las fuentes. Basta saber que uno de los relevamientos se hace en un día, en un rato, por zonas de la ciudad donde se supone que hay más personas viviendo en la calle. El otro se hace en cuatro días, con 400 voluntarios recorriendo el territorio en distintos horarios.
Les entrevistados coinciden en que hace falta una política integral que colabore con les afectades para construir un proyecto de vida. "Lo que hay es altamente insuficiente. Un sistema de paradores, algunos conveniados y otros manejados por el gobierno, que constituyen un régimen carcelario: vas a las 16 a hacer la cola, entrás a las 19 a dormir y a las 7 te tenés que ir. Muchos compañeros no quieren ir porque los tratan mal, les roban, hace frío. Los programas están desconectados y desfianciados. El subsidio habitacional es de 5, 6 mil pesos por persona. Para una familia, de 8, 9. No alcanza para cualquier hotel de Constitución o pieza en una villa. Ciudadanía Porteña asiste con tan sólo 3 mil pesos para comprar comida", enumera Farías.
Según ella, otro punto es que las políticas públicas no contemplan a quienes están en la calle: el aislamiento viviendo a la intemperie es imposible; en la calle, de no ser por las organizaciones, nadie se enteraría del IFE. Nadie tiene computadora para hacer trámites. La mayoría no tiene celular. Para Pokoik, los paradores deberían ser reemplazados por centros integrales que apunten a un proyecto de vida, y es urgente un aumento en los subsidios habitacionales a 13 mil pesos por lo menos.
Durante todo este tiempo, las organizaciones --algo así como 40 en la Ciudad-- cubrieron los agujeros que deja el Estado. Hay 16 agrupadas desde 2019 en la Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle, que batalla por la nacionalización de la ley de CABA 3706, de Protección y Garantía Integral de los Derechos de las Personas en Situación de Calle y en Riesgo a la Situación de Calle. "Hay que trabajar la problemática desde un lugar muy diferente. Nosotros planteamos que hay que enfocarse en la contención y la prevención. Apuntamos a la construcción de viviendas, sostenes de alquileres. El proyecto se presentó varias veces, la última en 2017, tenemos casi la certeza de que se va a aprobar pronto en Diputados", se esperanza Avila. Sabe que, mientras tanto, les chiques siguen en las calles. Y que desaparecen todo el tiempo.