Y un buen día, Mauricio Macri volvió a aparecer en el centro de la escena política. El expresidente aprovechó la presentación de su libro Primer tiempo en el Centro de Convenciones y Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires para relanzarse políticamente, peleando por un lugar dentro de Juntos por el Cambio. "Vamos a volver", o "Volveremos" fueron las consignas que más se repitieron, con apropiación de cantito incluida. Adentro del salón, siguieron el acto casi todos los referentes de Juntos por el Cambio: Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo, Mario Negri, Miguel Ángel Pichetto, y varios exfuncionarios del gobierno anterior, como Marcos Peña y hasta Nicolás Dujovne, además de militantes del Pro.
Afuera, en la plaza contigua, junto a la Facultad de Derecho, unas docientas personas siguieron la presentación del libro, por pantalla gigante. Con cada crítica a los sindicatos, el kirchnerismo y, el preferido de todos, al mentado "populismo", los manifestantes chiflababan, aplaudían y vitoreaban, más propensos a festejar los ataques al gobierno nacional que a los pedidos de diálogo y consenso. "Espero que este libro dé por terminado este primer tiempo de reflexión, de duelo, y entendamos que ya empezó el segundo tiempo. El 21 comenzó el trabajo de reconstrucción para retomar el rumbo que habíamos tomado. Ese camino no acepta que dudemos. El segundo tiempo comenzó, a la cancha", agitó Macri.
El expresidente comenzó la presentación con una chicana contra el kirchnerismo: "Muchas gracias por acompañarme este día especial en el lanzamiento de mi libro. Tal vez debería decir ‘mi primer libro’ porque estoy pensando en una saga que tenga entretiempo, segundo tiempo, definición por penales, alargue. Dado que el kirchnerismo me hace tanta publicidad en los libros, se va a tener que dedicar al rubro de los libros", se burló. Acto seguido, invitó a Pablo Avelluto, exsecretario de Cultura, uno de los autores del libro, a sentarse con él para hacer de mediador y entrevistador durante el acto. Ahí tampoco faltó la cargada: "Te reciben mejor que en la Feria del Libro", se rió luego de los aplausos, aludiendo a cuando lo escracharon en la apertura de la Feria del Libro de 2019, por las políticas que estaban destruyendo al sector.
"No somos palomas ni halcones, somos el cambio o no somos nada, porque ese es nuestro motor", comenzó Macri. Siguieron videos con elogios y preguntas de Mario Vargas Llosa, Fernando Savater, el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti, Juan José Campanella y Pilar Rahola, entre otros. El primero fue el escritor peruano - que en un extraño episodio felicitó a Macri por no haberse valido de un escritor fantasma para redactar el libro, cuando es públicamente conocido que los autores del libro fueron Avelluto y Hernán Iglesias Illia -, quien le consultó por el "gradualismo" en su toma de decisiones. "Definirnos como gradualistas fue una forma muy elegante de disfrazar la enorme debilidad que teníamos. Heredamos un Estado nacional quebrado asintomáticamente. La gente no sabía cómo estábamos", respondió. Durante toda la presentación, el expresidente se abocó a echarle la culpa a los sindicatos, los movimientos sociales, el peronismo y hasta a los intendentes por todos los fracasos de su gobierno. El problema no habían sido las políticas neoliberales, sino que la oposición no le había dejado hacer las reformas que el país necesitaba.
"El 23 no va tener nada que ver con el 15 porque no va a haber asintomatismos. Este gobierno, con las medidas que está tomando, no hace más que profundizar la crisis económica y social y va a llegar a un nivel de entendimiento que va a permitir que Juntos Por el Cambio vuelva al poder con una enseñanza adquirida y así hacer un paquete global de reformas", aseguró. El mensaje de campaña fue claro: "Vamos a volver al poder". Sin embargo, en ningún momento fue determinante respecto a si sería él el candidato o no: "Hay un segundo cambio, un segundo tiempo de la transformación. Y la transformación no tiene que ver con quien la lidera, tiene que ver con el compromiso de muchos", sostuvo.
Tampoco dio precisiones respecto a la interna que divide Juntos Por el Cambio, si estaba de acuerdo con las posiciones más radicalizadas o si, por el contrario, creía que había que dialogar con otros sectores como propone el ala más "moderada". "Necesitamos los halcones, las palomas, los gorriones y hasta las gallinas, necesitamos todo, porque este nuevo ciclo kirchnerista ha vuelto con más determinación para alterar las reglas del juego", manifestó.
Si bien durante el acto Macri jugó con las dos posturas, no hubo duda de que sus frases más duras contra el gobierno nacional fueron las más celebradas. Una hora antes de que comenzara el acto, mientras los invitados hacían fila para ingresar al Centro de Exposiciones, decenas de manifestantes se tiraban sobra las vallas para pedir fotos, un abrazo o saludar a sus referentes preferidos. "¡Chicas, chicas, está entrando Patricia!", avisaba emocionada una mujer a sus amigas, una de las cuales llevaba un cartel que decía "El enojo se me pasó, volvé Macri".
Los gritos de alegría cuando aparecían figuras como Patricia Bullrich o Miguel Ángel Pichetto, contrastaban fuertemente con el tipo de gritos que aparecían cuando entraban personas como Martín Lousteau. "Traidor", se escuchó a una de las asistentes gritarle. Cuando llegó el senador porteño, todes empezaron a cantarle en la cara "Mauricio presidente". "No me parece bien. Tenemos que estar unidos. Aunque Patricia es la que tiene huevos y ovarios acá", sostuvo a este diario María Luisa. Al lado, una señora de 60 años que pululaba con una cartulina con la cara de un gato y la frase "Segundo tiempo", coincidió: "A mí me gusta la gente que pone la cara, yo la quiero a Bullrich como presidenta", aseguró.
Durante el acto, las críticas al gobierno nacional se entremezclaban con las críticas al populismo, tema predilecto de Macri. "El populismo trabaja sobre destruir el futuro para vivir el presente, y cuando terminan de fracasar, dejan tierra arrasada", sostuvo, por ejemplo. "El kirchnerismo es una expresión final del populismo en la Argentina. Lamento profundamente no haber encontrado el camino para evitar el retroceso".
Frente al "horror populista", el expresidente comparó su gestión en defensa de las instituciones, la transparencia, la cultura del trabajo y la lucha contra el narcotráfico. Del endeudamiento no hubo mención alguna, aunque sí se emocionó, una vez más, al recordar la elegante organización del G20.