El tercer disco de Tita Print lleva un título ingenioso, simbólico y contundente: Ser Dama No Es Gratis (Goza Records, 2021). La cantante, compositora e instrumentista de cumbia acaba de lanzar un EP en el que reivindica la idea de que las luchas se encaran con alegría, goce y libertad. “La frase no sale como respuesta al grupo Damas Gratis, sino que está hablando de los carteles de las bailantas. ‘Ser dama no es gratis’ es una respuesta punk. Y atravesado por el feminismo”, explica Print, criada entre el Bajo Flores y Mataderos. La artista cumbiera acaba de presentar su disco nuevo a través de un streaming que se encuentra on demand hasta este sábado en la plataforma de Al Pogo.
Con dirección de José Soengas, se trata de una pieza audiovisual interactiva dividida en tres bloques temáticos: Teclado y revolución, Yo por ti volveré y Mirá cómo nos pusimos. En la plataforma el usuario puede elegir en qué orden quiere verlo. “Es interesante contar el show de otra manera, con otros elementos que tal vez en un recital en vivo no serían tan viables y sumar una mirada cinematográfica. Este streaming es una producción de 34 personas que aman lo que hacen”, resalta la artista, en alusión a bailarinas, músicas y técnicos. En el streaming, hay un homenaje a Gilda y además de las nuevas canciones suenan clásicos como “Santa Trava”, “Amor amor” y “La espada de Juana”. Y participa también Evelina Cabrera, presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino (AFFAR), en la introducción de “La gladiadora”.
Un día, su amiga la periodista Luciana Peker le envió un video rapeando unas palabras de su autoría y le propuso crear una canción a partir de ella. El resultado es la cumbia “La deseante”, que habla de “plantarse en el deseo” sin pudores ni miedos. “Era una letra muy distinta a la que estoy acostumbrada a escribir. Fue un proceso súper lindo y divertido. Filmamos el videoclip en cuarentena cada una en su casa”, cuenta la vocalista. “La canción tiene que ver con lo que dice Lu: la pelea es por el goce. Es lo que me identifica con la música que hago; por esa misma razón toco cumbia. Para seguir peleando por lo nuestro pero siempre con gozadera, con baile y con festejo. Que la vida valga la pena. Y luchando también por el derecho a gozar.”
-¿Y el derecho a gozar está asociado al baile y a la libertad de los cuerpos, no?
-Sí. Tiene que ver también con la libertad de poder bailar como se nos dé la gana. Muchas canciones nos indican qué tenemos que hacer en el baile, eso a los varones no les pasa. Que una canción diga, por ejemplo, “con la colita para abajo"…
-En tu caso, las letras son claras y directas, ¿Es una forma de llegar de manera más efectiva con el mensaje?
-Es la forma que tengo de hablar. No lo busco ni lo esquivo, es mi manera de poder decir las cosas. Este disco es en el que más decidí qué cosas quería decir. Tomé decisiones más conscientes, no tan catárquicas. El feminismo me hizo darme cuenta de muchas cosas, fue una forma de abrir los ojos. Yo creía formar parte de espacios y no era así. Darme cuenta de cómo nos cerraban las puertas de muchos espacios y encima nos hacían creer que era porque no teníamos talento. De repente me di cuenta de que tenía amigos, por ejemplo, que me estaban haciendo mansplaining y que yo estaba acostumbrada a reírme en esas situaciones. Yo toco cumbia como un puente hacia la felicidad y la lucha. Y mi fusil es mi keytar.
La última canción que se dio a conocer y que completó el EP es "Látigo", una cumbia vibrante y valiente que retoma el lema “Mirá como nos ponemos”, en reacción al caso de la actriz Thelma Fardin. “Es una canción que me inspiró su lucha. Para mí fue muy intensa esa manada que se armó para pelear y cómo a partir de eso aparecieron un montón de relatos de personas que se animaron a contar situaciones de abuso”, explica. “Nuestra revolución no defiende abusadores”, denuncia Tita Print en esta canción que contó con la producción de Miss Bolivia y la participación de la rapera guatemalteca Rebeca Lane, una pionera de la canción feminista en América latina. “La admiro mucho y hace tiempo tenía ganas de hacer algo con ella. Es una gran artista y rapera”.
Además, en el disco participan otres invitades: Julieta Laso suma su voz tanguera en "Mentira" y Tomás Llancafil Williams hace su aporte en la cumbia villera “La revolución”. “No hago música para que la gente se enamore de mi voz, yo hago música para jugarle una pulseada al cancionero machista que inunda todas las radios y los conservatorios. Y tal vez tengo suerte y me voy de este mundo torciéndole un poquito el laburo”, enfatiza. “Antes las mujeres compositoras se tenían que poner un pseudónimo masculino para que su música valiera algo. ¿Cómo no va a valer la pena seguir luchando por las que vienen? Y abrir los espacios en los festivales con las mismas posibilidades que tienen los varones. Y hago un paréntesis: las travas tienen menos acceso que las mujeres en los escenarios y eso hay que mirarlo. Y por eso también quiero luchar”.