A un mes de la partida de Elida Rasino, los miembros de la asociación civil El Bucle Red la recordaron e invitaron a formar parte de "un proyecto colectivo que crece". "El tiempo es un asunto serio. Ella lo sabía, lo sentía, por eso su inquietud. Conocía de experiencias en el barrio, en el club, en las fiestas, en la escuela y se refería a ello con seriedad, con la seriedad que merece el espacio público, con la gracia de transitar el pueblo o la ciudad con otros, haciendo de esas relaciones el centro mismo de la existencia", dice el texto de esta organización que puede encontrarse en [email protected], también en Instagram y twitter como elbuclered y en facebook como El Bucle Red. 

En el recuerdo de quien fuera ministra de Educación de la provincia durante el gobierno de Hermes Binner, desde el Bucle Red dijeron: "No andaba con rodeos, generalmente, cuando se encontraba con lo desconocido, podía ser una persona, una situación o un problema, se le encendían los ojos y aparecía la sonrisa ante el desafío. En la mirada y la escucha atenta y sostenida seguramente encontraba una punta desde donde comenzar a tejer palabras y por supuesto ideas". 

"Daba confianza, transmitía saberes, experiencias, contaba historias y nunca se conformaba con ello, resuenan sus afirmaciones sobre valorar los proyectos realizados e ir más allá porque es necesario y también posible, y en ese diálogo circulaba una forma sutil de propiciar la participación, de continuar abriendo conversaciones", siguen sus compañeros y recuerdan que "en tiempos de pandemia, ella salió al cruce del silencio ahogador. Era imprescindible crear, tendríamos que renacer y encontrar o construir, entre muchos, ventanas y puentes a partir de los cuales hilvanar nuevas energías y vínculos. Siempre pensando educación". 

El recuerdo de Rasino, que también fue Secretaria de Promoción Social de la Municipalidad en 1996, sigue fluyendo en sus compañeros. "Se asombraba y también se enojaba con las injusticias y con la necedad de algunos de nosotros, porque lo que para ella eran soluciones palpables y viables a problemas educativos no tenían visibilidad o un curso de acción oportunos. Y, de todas formas, insistía porque tenía la magia de vislumbrar el porvenir. Siempre se las ingeniaba para estar presente, con una palabra, un gesto, un movimiento porque a pesar de su humildad y apertura al crecimiento de todos, ella sabía que es referente y referencia, de esos que iluminan el sendero para tropezar lo menos posible".

Desde El Bucle Red subrayaron que "deja en su legado la fortaleza para continuar buscando formas y concepciones, produciendo proyectos que otorguen a la educación un lugar privilegiado en nuestras sociedades, que se la comprenda desde sentidos amplificados, con capacidad de transformar los vínculos con lo público y la política. Una educación que amplíe horizontes de conocimientos, que movilice encuentros con lo extraordinario, que se atreva a la transformación de las raíces cuidando las herencias, que trabaje incansablemente por lo justo en ramificaciones simbióticas con todos los seres que habitan el mundo. Una educación que favorezca nacimientos simbólicos igualitarios y sostenga una convivencia colaborativa y materialmente digna para todos". 

Como una "posta" de la "querida Elida", cuentan que El Bucle Red “nace como un espacio formado por múltiples voces ciudadanas, abiertas al diálogo, sin banderías sectoriales, que hace un aporte a recuperar a la educación como bien social y derecho humano superior a cualquier interés sectorial.”

"El Bucle Red está creciendo y gracias a la participación de cada uno de sus miembros sostendremos ideas, espacios y proyectos educativos democráticos, plurales, creativos… esos que anhelamos para poder contar experiencias de bicicletas y sillones en las tardecitas de las veredas, caminatas y exploraciones nocturnas en nuestros parques y museos, fiestas comunitarias con barrileteadas poéticas, escuelas con menos rejas y más movimientos de cuerpos y pensamientos". 

Sobre el futuro, desde El Bucle Red plantearon: "Nos queda la tarea infinita de pensar e invitar a pensar, siempre desde el sentido que únicamente nos otorga lo colectivo, pensar en políticas educativas que transformen, que promuevan un cambio real donde lo instituido dé lugar a lo instituyente. Nos queda seguir sumando voces, para que el murmullo se vuelva grito, para que la queja se transforme en acción, y para que las brechas y las desigualdades sean cada vez menores. Sumar más voces, más pensamientos, donde la educación sea el motor hacia una sociedad más justa e igualitaria".