Tras el escándalo en las elecciones internas de la UCR en Córdoba, el partido centenario volverá a ir a las urnas este domingo en la provincia de Buenos Aires y en la Ciudad de Buenos Aires. En ambos distritos, el senador Martín Lousteau juega sus fichas para sumar dirigentes que acompañen su idea de cambiar la estrategia dentro de la alianza de Juntos por el Cambio: él le dice "eliminar el complejo de minoría" ante el PRO. La interna bonaerense enfrentará al intendente de San Isidro, Gustavo Posse -respaldado por Lousteau- con Maximiliano Abad, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los intendentes, y del ex vicegobernador Daniel Salvador, que tiene una posición más condencendiente con el PRO. En la Ciudad, las dos listas que tienen más posibilidades de ganar -la que respalda Enrique "Coti" Nosiglia y la de Daniel "El Tano" Angelici- lo apoyan a Lousteau, mientras que una tercera no lo acompaña.

La elección del domingo pasado en Córdoba terminó en papelón cuando las autoridades no pudieron mostrar resultados oficiales definitivos, cosa que continuó sin resolverse a lo largo de casi toda la semana. La elección enfrentaba a Rodrigo de Loredo, apoyado por Lousteau, contra una lista que respaldaban Mario Negri y Ramón Mestre, antes enemigos, ahora aliados. Esta última lista (Convergencia) es la que finalmente ganó, con el intendente de General Cabrera, Marcos Carasso, como candidato, por escasa diferencia: 51,5% a 48,5%. Son muy pocos votos en una elección en la que fueron a votar 37 mil afiliados. Sumar, el espacio que llevó a De Loredo, ya anunció que competirá con candidatos propios en las primarias de agosto próximo.

Terminada esa batalla, la que sigue es la de la provincia de Buenos Aires. ¿Por qué es importante? Entre Córdoba, el territorio bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires reúnen el 70 por ciento de los convencionales de la UCR, que son los que definirán la estrategia de alianzas del radicalismo. Y Lousteau busca tener injerencia en cambiar la actitud de la UCR dentro de Juntos por el Cambio, lograr una renovación de figuras, una ampliación de la alianza hacia sectores como el socialismo o el GEN y pasar al frente para 2023. "No podemos seguir siendo el socio menor del PRO como en 2015 y 2019. Eso nos lleva al fracaso", insisten en ese sector.

Juego de tronos bonaerense

En la provincia de Buenos Aires se enfrentarán Maximiliano Abad con Gustavo Posse. Abad cuenta con el apoyo de Salvador, de 30 de los 32 intendentes radicales bonaerenses y de figuras como Facundo Manes. Con estos apoyos, va de suyo que la lista de Abad sería la que más posibilidades tiene que ganar, aunque el retador Posse viene dejando transmitir en los últimos días que el escenario es parejo.

Detrás de Abad están también Negri, Gerardo Morales, Luis Naidenoff, y gobernadores como el de Corrientes, Gustavo Valdés, y el de Jujuy, Gerardo Morales. Este último le metió picante a la interna cuando lo cruzó a Posse: "Es la expresión de una gestión que es un feudo, y un feudo hereditario, ya que gobierna desde hace 22 años, y eternizarse en el poder no tiene mucho que que ver con la filosofía del partido", dijo. También cuestionó los apoyos de Posse: “No es Lousteau el que arma una estrategia para disputar el poder en el partido, sino Nosiglia".

Posse fue respaldado por Lousteau al punto de que lo acompañó en diversas recorridas. En su entorno, se quejan de que Abad cambió su discurso y empezó a imitar el de ese espacio: a hablar de poner en pie a la UCR.  Tampoco descartan que pueda haber alguna acusación de fraude, como las que sobrevolaron en Córdoba.

En un encuentro que tuvieron el viernes con periodistas en un hotel, Posse y Lousteau contraatacaron ante las críticas de Morales: "¿Cuántas veces vino Morales a la provincia durante los cuatro años del gobierno provincial? Nunca".  "Me gustaría que Gerardo Morales explique por qué ninguno de sus legisladores estuvieron en contra del recorte de fondos que hizo el kirchnerismo a la ciudad de Buenos Aires  o por qué votaron el presupuesto o el cambio de la reforma previsional o por qué quiere eliminar las PASO", retrucó Lousteau.  "Basta de la comodidad del radicalismo de minoría, cuándo así sea, vamos a dejar de ser un partido que se organiza mirando hacia afuera, por eso queremos erradicar el complejo de minoría", indicó el senador. Posse aseguró que el domingo llegan a su fin "cinco años de inacción, servilismo, sumisión" por parte de la conducción de la UCR bonaerense.

La Ciudad sin estridencias

En la Ciudad de Buenos Aires, las aguas parecen estar menos agitadas, dado que las dos listas principales acompañan a Lousteau. De un lado está el sector que actualmente maneja el Comité Capital, con Guillermo De Maya como su presidente. Es decir: el sector de Nosiglia y de Emiliano Yacobitti, con el apoyo de Franja Morada. Del otro lado, está la lista del "Tano" Angelici que les peleará la conducción (incluso, podría ir él mismo como presidente del Comité). Con Angelici, están el legislador y exministro de Justicia Martín Ocampo y el ex defensor adjunto José Plamiotti.

Se habla también de una elección pareja entre dos sectores que, a nivel nacional, representan lo mismo.

Una salvedad: en esta elección se eligen las autoridades locales (9 delegados por comuna, que definirán el nuevo presidente). Los convencionales nacionales recién se elegirán hacia noviembre, algo que despertó reclamos en la tercera lista que se presenta, llamada "Radicales por Argentina" (que quería que se eligieran este domingo). En esa lista -que es la que no acompaña a Lousteau- se encuentran figuras como Jesús Rodríguez, Facundo Suárez Lastra, Ricardo Gil Lavedra, Luis Brandoni y el ex ministro (luego secretario) de Salud Adolfo Rubinstein.

Con las tres elecciones culminadas, se podrá ver con mayor claridad cuánta influencia real tendrá Lousteau sobre el armado partidario hacia 2023 y qué estrategia tendrá la UCR hacia su principal socio, el PRO. Si será la que tuvo hasta ahora, o si habrá cambios en la política de contrapesos interna de la alianza opositora.