“En un tiempo en el que la sexualidad y los derechos sexuales y (no) reproductivos de las mujeres están en primera plana, la menopausia sigue siendo un tabú. Más aún, pesa sobre este período de la vida de las mujeres densos discursos estigmatizantes, patologizantes, y medicalizantes”, dice la socióloga Verónica Giordano y advierte sobre las consecuencias de dejar el tema en manos de discursos de las “fuerzas conservadoras”: “Si no asumimos el tema como un problema social es posible que las fuerzas conservadoras lo hagan yen un sentido que puede redundar en beneficio de las corporaciones farmacéuticas y la medicina privada”, plantea.
Giordano es investigadora del Conicet/Iealc-UBA, integra la Red de Cuidados Derechos y Decisiones en el final de la vida Conicet y profesora a cargo de la cátedra Taller de Investigación de Sociología Histórica de América Latina de la Facultad de Sociología de la UBA. La menopausia es un tema que la interpela desde varias aristas. Como mujer, está próxima a cumplir 50 años y atraviesa en primera persona la experiencia del climaterio. Como instructora de tai chi, transmite prácticas para encontrar un equilibrio saludable en esta etapa de la vida. Y como investigadora en ciencias sociales encontró pistas de cómo desde los liderazgos conservadores y de derechas se está asumiendo el tema de la menopausia como un problema social que debe concitar la atención del Estado. La pregunta que se plantea luego de analizar algunos liderazgos femeninos conservadores como el de la chilena Evelyn Mathei es: ¿qué ocurre cuando las derechas «se montan» sobre la ola feminista con una agenda de género?
--En estos casos los tópicos ingresados en la agenda conviven sin fricciones con las estructuras de la desigualdad y la opresión --explica--. La consecuencia en el corto y largo plazo es la captura de la agenda progresista por parte de sectores que promueven la desarticulación de las luchas sociales y políticas que enfrentan al statu quo, que niegan la legitimidad de sus demandas y que, en general, tienden a responder a ellas con el aparato represivo del Estado. Situado el feminismo en la esfera de la cultura, llama la atención como en ciertos medios se están multiplicando las referencias a los liderazgos femeninos anclados en el sacrificio y la excepcionalidad en esa esfera. Veamos por ejemplo la serie The Crown (Netflix). Allí se reponen liderazgos femeninos que no son feministas pero que sí son reivindicados por el “feminismo cultural”.
En estas indagaciones sobre los liderazgos de derecha se topó con la campaña de la parlamentaria conservadora Rachel Maclean “Menopause Awareness” en 2018. “Su posición fue respaldada por la mismísima primera ministra Theressa May en el Parlamento en 2019. Ese año, la doctora Louise Newson lanzó en el Reino Unido su libro Menopause Manual, que se convirtió en un bestseller. Newson dirige el centro Newson Health especializado en menopausia, además de patrocinar la app Balance promocionada como una app que brinda “menopause support”, cuenta.
Por estos lares, sin embargo, mientras algunos temas como la menstruación fueron saliendo del closet en los últimos años, todavía no pensamos en política cuando hablamos de la menopausia. “Sigue siendo un tabú. Y a partir de la observación de lo que sucede en países como el Reino Unido, si no asumimos el tema como un problema social es posible que las fuerzas conservadoras lo hagan en un sentido que puede redundar en beneficio de las corporaciones farmacéuticas y la medicina privada”.
--¿Cuál es la mirada desde el tai chi?
--Desde el punto de vista de la filosofía y medicina chinas, las mujeres vivimos ciclos vitales que se cuentan cada siete años. Así, a los 14 atravesamos la primera menstruación y a los 49 entramos en la menopausia y el climaterio. Esta instancia es conocida como la “segunda primavera”. Es un período de cambios biológicos, psicológicos y de nuestros comportamientos sociales. Casualmente, en inglés se lo conoce como “the change”, a diferencia del vocabulario utilizado en español que lo nombra como “los calores”.
La menopausia no tiene por qué asociarse con la pérdida (de la fertilidad, por ejemplo, o del deseo sexual, también). Al contrario, la menopausia puede ser el punto de partida de un nuevo comienzo, una oportunidad para la realización plena.
Claro que para ello es necesario encontrar un nuevo equilibro entre el yin y el yang, el elemento agua y el elemento fuego. La práctica del tai chi se basa en la repetición de movimientos circulares que promueven la serenidad. Hay ejercicios específicos para fortalecer el suelo pélvico y vigorizar la circulación de sangre y energía.
-¿Qué propone entonces?
-El PAMI ha incorporado el tai chi entre los tratamientos para la “tercera edad”. No es imposible pensar que pueda haber una política de salud en relación a la menopausia que incorpore la práctica del tai chi y miradas más holísticas que eviten la patologización de nuestras vidas.