Cuando bajó de su auto, a Alberto Fernández lo esperaban en la entrada de la casa de HIJOS en la ex ESMA con un jacarandá y una pala con la que iba a tener que plantar el árbol como parte de la campaña de los organismos, llamada Sembramos Memoria, para recordar el 45° aniversario del golpe cuando el distanciamiento social desalienta los actos y las movilizaciones.
Con algunas bromas sobre "agarrar la pala", el Presidente se puso manos a la obra junto con Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, que fue quien invitó a Fernández a participar de la actividad en la exESMA. Fue un mensaje de WhatsApp el que lo llevó al mandatario nuevamente al espacio de memoria, en el que había estado el pasado 10 de diciembre junto con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Taty Almeida y el Presidente ubicaron el jacarandá en el hueco y lo abonaron con tierra hasta que quedó firme frente a la casa de HIJOS. Allí estaban también, entre otros, Carlos Pisoni, referente de esa agrupación, y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla.
El Presidente recordó que Néstor Kirchner lo envió en 2004 a la entonces Escuela de Mecánica de la Armada a recorrer el lugar para ver las posibilidad de sacar a los marinos de allí, como efectivamente sucedió el 24 de marzo de ese año. El recorrido lo hizo junto con el entonces jefe de la Armada, que lo llevó por último al casino de oficiales --donde estaban cautivos los detenidos-desaparecidos. "Es imposible que no hayan visto lo que pasaba ahí", contó Fernández que le dijo a Kirchner entonces. Después Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner recorrerían ese lugar con sobrevivientes.
"Cada vez que vengo a la ESMA tengo esa sensación", dijo sin encontrar la palabra que mejor describiera la conmoción que le genera al ingresar a un lugar donde se estima que estuvieron 5 mil personas en calidad de detenidas-desaparecidas. Y contó que, un rato antes, le había dicho a Julio Vitobello que había decidido venir manejando su auto. "En el fondo, lo que quiero es entrar a la ESMA como un ciudadano más", explicó Fernández.
Después de sembrar el jacarandá, el Presidente pidió sacarse una foto frente a la imagen que recupera otra escena memorable de ese 24 de marzo de 2004, cuando Kirchner ordenó bajar los cuadros de los dictadores en el Colegio Militar de la Nación, otro hito que tuvo lugar mientras el primer mandatario era jefe de Gabinete. Fernández habló de esa jornada en El Palomar y posó ante la imagen junto con Pietragalla y Taty Almeida, a metros de la entrada a la Secretaría de Derechos Humanos.