En la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional, el 1 de marzo pasado, el presidente Alberto Fernández informó que va a impulsar distintos proyectos legislativos desde el gobierno nacional. Entre ellos, se refirió específicamente a políticas de incorporación de valor agregado del litio, "el mundo avanza hacia vehículos eléctricos con baterías de litio o el uso del hidrógeno verde. Argentina debe ingresar paulatinamente en este sendero. Implementaremos incentivos tanto en la incorporación de movilidad sustentable como de la producción en el país de ese tipo de vehículos y su cadena de valor, que comienza en el litio" sostuvo el Presidente.
En las últimas décadas, el litio ha pasado de ser un mineral más del montón, a adquirir un lugar relevante y a consolidarse como un elemento necesario para la transición energética. Es requerido, entre otras actividades, para las comunicaciones, energía nuclear, cerámicas y vidrio, y en el almacenamiento de energía cuyo desarrollo lidera los cambios tecnológicos.
El litio multiplicó exponencialmente su demanda a nivel mundial en los últimos 20 años y las proyecciones a futuro coinciden en que el incremento en la demanda será sostenido en el tiempo. Las salmueras de litio más importantes, en términos de calidad y volumen, se encuentran en el norte de Argentina y Chile, y el sur de Bolivia, zona identificada como el "Triángulo del litio".
Teniendo en cuenta la potencialidad del mineral y la preponderancia que viene adquiriendo a nivel mundial, nace el gran desafío de tener una mirada estratégica y desarrollar políticas públicas que permitan a la Argentina generar alianzas, que nos posibiliten integrar distintos procesos de la producción del litio, obteniendo mayor valor agregado nacional, incorporación de nuevas tecnologías, mayor desarrollo económico-social del país y de la región, conocimientos que se transformen en una ganancia intangible nacional, superando el rol primario de exportación del producto primario y potenciar a la Argentina como un actor internacional en el rubro.
En este sentido, por ejemplo, es fundamental contar en el norte argentino con carreras universitarias y de educación superior que nos permitan contar con perfiles capacitados para la actividad.
El año pasado impulsamos un proyecto de ley para declarar las reservas minerales de litio existentes en la Argentina como recurso natural de carácter estratégico, y determinar de interés público nacional, como política de Estado, el estudio, investigación y desarrollo productivo del litio. Además proponemos la creación de una estructura donde participe la Nación y las Provincias productoras, para lograr decisiones conjuntas que posibiliten esos fines.
Por supuesto que este proceso productivo debe desarrollarse con estrictos criterios de sustentabilidad ambiental, social y económica, garantizando que los procesos extractivos y de industrialización cumplan con altos parámetros de impacto ambiental, y en caso de ser necesario, con medidas mitigatorias y de reparación.
El trabajo conjunto con los hermanos países de Bolivia y Chile, impulsando un espacio de sinergia en el marco del "Triangulo del Litio" tiene la potencialidad de posicionarnos en un fortalecido plano geopolítico, con un adecuado marco normativo para la generación de políticas destinadas a mantener la soberanía del recurso, sin perjuicio de la articulación público-privada y la seguridad jurídica que garantice la previsibilidad necesaria para lograr inversiones tanto locales como foráneas.
En definitiva, no podemos limitarnos a ver el aprovechamiento de este mineral solo con una acotada mirada en beneficio de explotación primaria, parcializada en términos territoriales y de toma de decisión. De esta manera estaríamos relegando la posibilidad de lograr un verdadero desarrollo productivo, económico, laboral y social, con sustentabilidad ambiental, en una región con enormes atrasos históricos.
* Diputado Nacional por Salta del Frente de Todos