Capaz fue un experimento. Seguramente esa comedia de enredos estuvo científicamente guionada para sondear los límites de tolerancia de la sociedad y el periodismo. O en una de esas hay que hacerle caso al dicho que reza que: “nunca hay que subestimar la estupidez humana”. Pero la torpe historia de la vacunación de estratégicos del gobierno hizo explotar las teorías de comunicación política, no solo por el desarrollo, sino también por el desenlace, que por el momento se zanjó con una escueta y caricaturesca lista de 22 nombres y ninguna renuncia, ni despido.
El único acierto del gobierno fue que el gobernador Gustavo Sáenz, sobrevoló a la distancia el conflicto y se limitó a dar la orden desde Buenos Aires de que se publique la lista, mientras charlaba con Dios sobre si esto de otorgarle el libre albedrío a los subalternos es una buena idea, aunque sean moldeados a imagen y semejanza.
La sucesión de tiros en los pies que se dio el oficialismo, comenzó en el momento en el que se filtraron los nombres de los primeros estratégicos, que supuestamente tenían guardados bajo siete llaves, pero que fueron apareciendo en cómodas cuotas hasta embocar a un peso pesado como Pablo Outes, mano derecha de Sáenz.
La lista se siguió ampliando con Antonio Hucena, Cristina Suazo (los estratégicos no distinguen nobles de vasallos), Pamela Calletti y el Tuti Amat. Ante la hemorragia constante de nombres, el gobierno decidió cortar por lo sano y lo mando al ministro Ricardo Villada a dar la cara, quien como argumento inicial juró que Sáenz no está vacunado, tampoco los ministros, ni secretarios, solo los del ministerio de Salud.
Al mismo tiempo entregaba a su colega de Salud, Juan José Esteban, en una bandeja y con una manzana en la boca y adelantaba que le iban a sacar el control de la lista de estratégicos (a pesar que supuestamente estaba todo bien) y que se la iban a dar ipso facto al COE, que preside... Esteban. Sin dudas el correctivo más raro del mundo.
Pero avanzada la conferencia señaló que en realidad eran 10 los funcionarios que se habían vacunados, obvio que por culpa de Esteban, pero que estaban con todo en regla y no había ánimo de ocultar nada... aunque por las dudas, aclaró que Sáenz ordenó que si había un vacunado que no correspondía se le haga tronar el escarmiento y que eso también se informe, porque nadie quiere ocultar nada, reiteró.
Y finalmente unos 5 minutos más tarde advertía que en realidad no se podían dar los nombres porque los asistía un derecho de confidencialidad, que solamente se podía romper delante de un juez, para determinar si fue correcto o no dar esas vacunas.
En síntesis Villada dijo que: Nadie se vacunó, solamente los de Salud... en realidad los de salud y unos diez más que están en regla y registrados, todo se hizo de forma correcta... pero capaz hubo alguna desprolijidad mínima culpa de Esteban, por eso le van a sacar la responsabilidad a Esteban y se la van a dar a un organismo que preside Esteban, pero está garantizado que los 10 que se vacunaron son justificados... aunque capaz hay alguno que esté flojo de papeles, pero que ese se agarre porque lo van a quemar en la hoguera con nombre y apellido... bueno tanto como nombre y apellido no, porque es confidencial... y hoguera tampoco, a menos que así los disponga el juez que será el que impondrá las sanciones si considera que hubo alguna anormalidad.
Este degradé argumental de Villada, que no pasó a desapercibido para la prensa, llevó a que un par de horas después el propio Sáenz pida desde Buenos Aires que se publique la lista para tratar de calmar el avispero alborotado por la sinuosa conferencia.
El rango de apuestas sobre los integrantes de la lista iban desde los 10 que dijo Villada a los mil estratégicos que alguna vez cuantificó Adriana Jure que existen en Salta. Finalmente fueron 22: los funcionarios de primera línea que ya se conocían, muchos desconocidos de segunda, tercera y hasta cuarta línea, el vice Antonio Marocco al que le hacen Bullying cada vez que pueden, y dos opositores como para dejar en claro que los privilegios se coparticipan para todos y todas.
El tema es que en el rubro opositores justo le apuntaron a Gladys Paredes, que es una médica que se vacunó cuando vacunaban a los médicos, y un mayor de 70 años, Santiago Godoy, que se vacunó cuando vacunaban a los mayores de 70 años. Obviamente ambos salieron a despegarse apenas apareció la lista, tal como lo hicieron también Marocco (mayor de 70) y Celeste Dib (personal de educación).
Fuera de la lista quedaron, por ejemplo, la hermana del ministro Esteban, que se vacunó bajo las mismas condiciones que Dib, y la diputada metanense Ema Lanocci, vacunada como médica al igual que Paredes. En los pasillos de la Legislatura, tanto del lado izquierdo como del derecho, se comenta que hay más legisladores profesionales de la salud inoculados y mayores de 70 que también recibieron sus dosis, pero que se olvidaron de sumarlos al listado.
El sainete de la lista se completa con la versión de que fue enviada con copia al fiscal federal Ricardo Toranzos, que la venía pidiendo desde varios días antes. En este momento es probable que el fiscal este evaluando si insiste de buena onda y pide amablemente que le manden como anexo el listado con todos los nombres que faltan o si directamente ordena un allanamiento para ver si engancha la computadora del COE, el cuaderno de Villada o el anotador de Esteban que tengan los registros completos de los inoculados.
Como apartado especial cabe destacar que el derrotero del ministro de Salud en el gabinete, se parece al de esos jugadores de fútbol muy talentosos dentro de la cancha, pero sumamente desordenados fuera de ella. En dos semanas pasó de ser uno de los candidatos a senador por la capital, gracias al reconocimiento por su tarea como médico que tenía entre los salteños, a poco más que un villano perfecto.
Su popularidad se limó primero con una ingenuidad que no se veía desde Forrest Gump, ya que admitió con impávida naturalidad que negoció el ingreso de su hija a la salud pública antes de asumir como ministro. Después pidió disculpas si es que mal interpretó la resolución que fijaba la categoría de estratégicos, dio a entender que vacunaron a otros ministros y admitió que no escuchó la conferencia de Villada en la que lo mandaron al muere, porque a esa hora él trabaja.
En el ministerio de Salud ya se preparan para un cambio de timón, que solo lo demora la inminente llegada de la segunda ola de Covid-19.
Al final las PASO no eran tan malas
Pero como no solo de vacunas vive el hombre, suponiendo que si en los próximos tres meses el coronavirus no extingue la raza humana, o no por lo menos a los salteños, el 4 de julio se vota.
Hasta ahora la única certeza es que si se hacen las elecciones, las máquinas del voto electrónico (o Boleta Única Electrónica, para los puristas) como siempre las enchufarán y desenchufarán la gente de Magic Software, que como sabe que compite solo en este tipo de licitaciones se da el lujo de hacer dos ofertas: una más cara que lo previsto por el Tribunal Electoral y otra más cara aún que la primera oferta.
Como si fuese un corralón, Magic software ofrece el servicio por 474 millones de pesos, pero si se paga casi de contado rebaja ese precio a $451 millones. En la medida que siga sin competencia en el rubro, podrán continuar innovando con las ofertas, así por ejemplo para la próxima elección puede cotizar un precio más económico si se hace parte del monto con factura y parte en negro, u otra opción podría ser si se le paga en dólares.
Y mientras se va yendo el verano, y ya casi estamos en abril, los partidos como Penelopes tejen alianzas durante el día y por la noche la destejen, sin poder ponerse de acuerdo acerca de los frentes y los candidatos.
Los Radicales lograron algo que parecía imposible y metieron una elección de autoridades que bien podría ser válida como interna. Miguel Nanni retomó la conducción de los boinas blanca y de paso logró que el Chato Correa se de el gusto de ganar por fin una elección, que además lo dejó muy complicado con sus aspiraciones futuras al diputado Héctor Chibán.
En el peronismo siguen apostando al dedo todo poderoso de Gustavo Sáenz para definir quienes y en que orden salen a pelear una banca en la Legislatura y en el Concejo Deliberante. Mientras tanto los compañeros de primera línea del PJ lograron ser vacunados. Por lo menos tuvieron la prudencia de no mostrarse sacándose fotos en el vacunatorio con los dedos en V y una remera de Perón y Evita en el balcón de la Rosada.
Mientras en el Frente de Todos apuestan al consenso para lograr la menor cantidad de listas posibles que concentren el voto. Aunque ya casi descartaron la opción ideal de una sola lista fuerte en la capital, por lo que de esta manera los votos kirchnerista se deberán repartir en por lo menos dos opciones.
Sin un liderazgo marcado, y tampoco sin un candidato que reviente las urnas, el FdT si no puede hacer cuajar el armado con el diálogo podría recurrir al piedra, papel o tijera, o al Pan y Queso y como última opción hacerse tirar las runas. Lejos de haber beneficiado la vida interna de los partidos, la eliminación de las PASO del calendario obligó a la improvisación.
Otro ejemplo es el Partido Obrero con su disputa entre la vieja guardia y los nuevos troskos, que amenaza resolverse en Tribunales. La titularidad del nombre y de los sellos es el botín en juego en este divorcio. Capaz puedan organizar una especie de régimen de visitas, entonces para las elecciones legislativas el nombre lo usa un sector y para las ejecutivas otro.
Por último, los renovadores también tienen pendiente una interna en la que deberán definir que tan saencistas quieren ser en el futuro. Mientras que el olmedismo ya saben que su horizonte está junto con el romerismo y dentro de Cambiemos, por lo que ahora solamente le falta conseguir candidatos que completen la lista que encabezará Carlos Zapata.