En un contexto en el que las autoridades nacionales y provinciales advierten sobre la llegada de una segunda ola de contagios, con números cada vez más preocupantes en la ciudad y la provincia, un fenómeno que se repite cada fin de semana es el de las fiestas clandestinas. A pesar del trabajo coordinado entre la Secretaría de Control municipal, la policía y la fiscalía, las reuniones masivas exceden la capacidad de fiscalización y de disuasión. A esto se le suma la violencia de quienes responden agresivamente ante la presencia de los agentes que llegan para desbaratar las fiestas, como ocurrió el sábado por la noche en barrio Azcuénaga, en donde agentes de la GUM fueron amedrentados a tiros.

“Todos los fines de semana llegan denuncias al número 147 o a mis redes sociales de un montón de lugares en el que se están llevando a cabo encuentros ilegales. Ante esto, hacemos la evaluación correspondiente porque hay muchos que, dada la ubicación, no son lugares para que abordemos solamente con los agentes de control y entonces los derivamos a la policía”, explicó a Rosario/12 Carolina Labayru, secretaria de Control y Convivencia de la Municipalidad.

Un ejemplo de esto se dio el domingo por la madrugada en Camilo Aldao y Pellegrini. Allí intentó intervenir la GUM ante una denuncia de fiesta clandestina pero al llegar un grupo de jóvenes que se movilizaba en motos comenzó a disparar al aire de manera amenazante y también se escucharon tiros desde un domicilio. Ante esto se pidió la asistencia del Comando Radioeléctrico que rápidamente acudió al lugar y detuvo a cinco jóvenes de entre 14 y 26 años y secuestró dos armas de fuego. “No es la primera vez que pasa, ya hemos tenido inconvenientes porque nos han recibido a los tiros o con botellazos. Hay lugares que si no tenés algún tipo de protección no podes actuar porque es peligroso”, advirtió la funcionaria municipal.

A la hora de analizar los lugares más frecuentes en donde se llevan a cabo las fiestas clandestinas, Labayru detalló que mientras que en el centro se dan encuentros de no más de 30 personas, las zonas más periféricas se convirtieron en los lugares propicios para fiestas más masivas. “Los encuentros de gran convocatoria, en el que hay más de 100 personas, generalmente no se están dando en la zona del macro ni microcentro”. Según evaluó, las reuniones en casas o departamentos del centro pueden darse en el orden de no más de 30 personas, “que sin dudas no está permitido pero no es algo masivo”. Por eso, advirtió que muchos de esos encuentros de pocos participantes pasan desapercibidos salvo que se excedan con el volumen de la música y algún vecino los denuncie.

Por el contrario, las convocatorias más masivas se suelen dar en barrios periféricos y alejados del centro, como ocurrió el viernes a la noche en Olegario Víctor Andrade al 1900, en donde se constató que se estaba realizando una fiesta ilegal en el Club Argenper, del que participaban más de 350 personas a quienes se les cobró una entrada de 100 pesos. Como consecuencia del hecho, la policía detuvo a 10 personas en carácter de organizadores. Otra intervención se dio en Álvarez Condarco al 1300 bis. En este caso se estaba realizando un encuentro en la vía pública con cerca de 300 personas.

Otra realidad es que los eventos con mayor cantidad de gente se están dando fuera de Rosario pero muchos de sus organizadores son oriundos de la ciudad. Es el caso de Funes, Roldán, Ibarlucea, Capitán Bermúdez y otras localidades cercanas en donde buscan campos alejados para evitar los controles. “Si bien están fuera de nuestra jurisdicción, cuando nos llegan denuncias de esos lugares las derivamos a la policía o a fiscalía para que tomen cartas en el asunto”, aclaró Labayru.

 

En relación a la detección de este tipo de incumplimientos, la secretaria de Control aclaró que “es imposible darse cuenta porque no podés tener a un agente en cada cuadra mirando cuántas personas entran en un edificio”, y agregó que se realizan recorridos por las calles pero cuando es una fiesta clandestina en un domicilio particular es muy difícil darse cuenta si no hay denuncias por ruidos molestos. “Por lo general este tipo de encuentros ilegales ingresan por denuncias que hacen los vecinos por ruidos molestos cuando lo escuchan desde sus domicilios. Por los recorridos es difícil darse cuenta, salvo que hagas la evaluación de que hay muchos autos en una cuadra”.

Con la llegada del otoño se prevé que se intensifiquen los controles teniendo en cuenta la amenaza de una segunda ola de contagios: "Si hay que incrementar los controles se hará. Vamos a ir viendo cómo se desarrolla todo". Además, agregó que se volverán a reunir con el Ministerio de Seguridad para trabajar en conjunto pero también con Fiscalía "que es fundamental para que ordene las detenciones porque si son domicilios particulares nosotros llegamos hasta la puerta, no podemos irrumpir en un domicilio sin autorización, entonces necesitamos si o si del trabajo del fiscal que es quien determina cómo sigue el procedimiento".