Unas 32 familias productoras del Alto Valle Calchaquí que habían sufrido las consecuencias de fenómenos naturales como granizo, alud e incendios, recibieron una ayuda de $2.400.000 en herramientas, materiales e insumos a través del Programa de Asistencia Crítica y Directa de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (SAF) perteneciente al Ministerio de Agricultura de Nación.
Esos pequeños productores, agrupados en la Asociación de Productores de Fuerte Alto, presentaron, junto a los técnicos de la Secretaría de Agricultura, un proyecto dentro del programa mencionado y que resultó ser el primero que recibe Salta desde su implementación.
El coordinador Zona Oeste de la SAF, Miguel Plaza, quien entregó los bienes solicitados por la Asociación hace apenas unos días, celebró que ese organismo haya retomado su ritmo “luego de los cuatro años de vaciamiento” que sufrió durante la gestión Cambiemos, a lo que se sumó el 2020 y las restricciones a los que los sometió la pandemia del coronavirus.
“Ya estamos en esa etapa de ejecución por suerte, después de las dificultades administrativas y financieras que nos presentó la pandemia”, explicó el coordinador zonal. Plaza sostuvo que el objetivo de este programa “es muy claro”, y tiene que ver con contener a los productores de aquellas regiones en donde no se ha declarado la emergencia agropecuaria pero, sin embargo, sufrieron o sufren inclemencias climáticas, “y quedaban desprotegidos”.
En el caso de Cachi, contó que el proyecto era por aludes y granizo sufrido el año pasado y que habían generado cuantiosas pérdidas para los productores locales, a lo que se sumó un incendio en la zona de Rancagua.
El funcionario subrayó como positivo que los insumos hayan llegado directamente, para evitar la pérdida de tiempo que en general sufren, porque Nación transfiere a la provincia y luego ésta al municipio para que sea el encargado de hacer llegar el proyecto. Sin embargo, esta vez el dinero se depositó en la cuenta de la Asociación de Productores Fuerte Alto, quienes junto a la SAF realizaron las compras de los insumos necesarios para reponer las pérdidas.
Plaza aclaró que también los productores pueden solicitar ayudas y recibir la colaboración del Estado, siempre y cuando estén inscriptos en el ReNAF (Registro Nacional de la Agricultura Familiar), “en este caso optamos por hacer las compras para acortar los tiempos, que ya se habían extendido demasiado”, contó.
Por último, sostuvo que si bien es el primero que llega a la provincia, ya hay otros proyectos en evaluación y próximos a ser ejecutados. Puntualmente, en la zona de los valles están esperando por dos, uno de ellos es una granja que debido a la pandemia no pudo reponer sus pollos, “por eso ahora no tienen producción de huevos y no tienen con qué comprar alimentos para que comiencen a producir”.
Pero, además de la compra de bienes, el proyecto contempla capacitaciones en buenas prácticas en el uso de productos fitosanitarios, la promoción de la fabricación y uso de bioinsumos “más amigables con el ambiente y la salud humana”, así como de energías renovables.
En cuanto a la crítica situación de sequía que se vive en el norte provincial, en los departamentos Rivadavia y San Martín, el referente de Agricultura detalló que muchas familias recibieron, entre otras, ayuda a través del programa SemillAr, que promueve un sistema de producción de semillas adaptadas a los diversos territorios y climas y de esa manera rescatar variedades locales.
Ese programa cuenta con la participación de la Secretaría de Agricultura Familiar, el INTA el Instituto Nacional de Semillas (INASE), el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y universidades nacionales.